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Comentario sobre los alcances y límites de la dualidad andina

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El mundo andino es visto en su totalidad como un mundo dual, tanto en sus estructuras sociales como en las políticas, cosmolpogicas, de distribución geográfica, etc. Las dos partes del mundo, bajo la visión andina, eran tanto opuestas como complementarias las unas con las otras. Así, se tiene el espacio Hanan (arriba) y Hurin (abajo) como el más claro ejemplo de la dualidad andina. También se ve esta dualidad entre opuestos y complementarios, entre lo masculino y lo femenino, la izquierda y la derecha. Sin embargo, esta oposición y complementariedad no se queda simplemente en dos “opuestos”, Platt, por ejemplo, en su texto ” sustenta que cada parte posee algo de la otra, como ocurre con lo masculino y lo femenino.

Masculino- Masculino I Femenino – Masculino
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Masculino- Femenino I Femenino- Femenino

Así, lo masculino no solo tiene como su opuesto a aquello que es femenino, sino que también a aquello que es tanto masculino como femenino, y lo mismo ocurre con el caso femenino. Un ejemplo relevante sobre este caso es el de Mama Huaco, quien representa a lo Femenino-Masculino, en contraste con Mama Ocllo, quien representa lo Femenino-Femenino.

Siguiendo aún con el texto de Platt, el autor hace mención a una vasta cantidad de ejemplos en los cuales la dualidad se encuentra presente. En el caso de los matrimonios, ambos esposos eran considerados “yanantin” para el otro, tomando la definición de Yanantin como complementarios entre sí y compañeros, usando también la definición de la Dra. Regalado de Yanantin como “aquel compañero, el que ayuda al otro”. En el caso de la cosmogonía andina la dualidad también se encuentra presente. Se tiene una oposición-complementariedad entre el Inti y la luna (en el caso del cielo) y del “padre tierra (Tata pacha) y la madre tierra (pacha mama). Platt toma como fuente y ejemplo principal al poblado Mocha en Bolivia, el cual, luego de la conquista, siguió realizando rituales con un claro carácter dual, como las peleas rituales en la plaza entre hombres por un lado y mujeres por otro. La plaza, en el ejemplo de Platt, representa lo femenino, mientras que la torre que se encuentra cercana a ella, representa lo masculino.

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Comentario sobre la hipótesis de la ‘herencia posicional’ que Susan Ramírez postula para los Incas

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Susan Ramírez en su texto considera a la “herencia posicional” como su hipótesis central. Para ella, este tipo de herencia en el mundo andino consistía en el uso o herencia del nombre de algún gobernante, ya sea de su propia Panaca de origen o de otra del Inca que asumía el poder. Para sustentar su hipótesis, Ramírez se basa en algunas crónicas como las de Garcilaso y Betanzos. Asimismo, utiliza como base el texto y trabajo de Tom Zuidema, así como trabajos parecidos realizados en grupos étnicos en África y un ejemplo, el cual sirve como punto de comparación central y como fundamento de su hipótesis, el caso de los Jayana en el territorio andino.

Ramírez explica en su texto que a medida que un niño iba creciendo y aumentando de edad, su nombre también iba cambiando, ya sea agregándole nombres o siendo modificado por completo. Al nacer, según explica la autora, el primer nombre se le otorgaba denominando alguna característica física (lo cual también sucedió en Roma). A medida que el joven iba realizando hazañas u obtenía victorias, iba adquiriendo nuevos nombres. Si durante su vida fue muy digno, era muy posible que sus descendientes utilizaran su nombre por dos o tres generaciones, luego de las cuales el nombre se extinguía. Como fuente que sustenta lo antes dicho, Ramírez cita las crónicas del siglo XVI. Los cronistas, al momento de querer realizar una genealogía de los gobernantes Incas antes de la llegada de los españoles, se encontraron con diversos testimonios de pobladores, es asó que se recogen entre nueve y más de cien gobernantes y diferentes fechas (posibles) del inicio del dominio Inca. Así, por ejemplo, Montesinos presenta en su trabajo un aproximado de cien gobernantes en un lapso de casi mil años.

Usando la hipótesis de Ramírez sobre la herencia posicional se podría llegar a explicar la causa de tantos gobernantes en el caso de Montesinos y de una cantidad tan reducida como doce o trece según muestran Guaman Poma y Garcilaso, respectivamente. Al utilizar por varias generaciones el nombre de un gobernante (entre dos y tres generaciones), es posible que las hazañas y acontecimientos durante un período determinado no se hayan llevado a cabo por un solo gobernante, sino por un grupo de ellos que, curiosamente, poseían el mismo nombre, como es el caso del nombre “Manco Cápac” el cual, según la autora, fue utilizado innumerables veces. Sin embargo, tal como considera Betanzos, el hacer una historia fiel a lo acontecido antes del gobierno de Pachacutec es algo casi imposible debido a las muchas versiones existentes de los hechos provenientes de la tradición oral.

Una de las principales funciones de la herencia posicional era el crear vínculos de parentesco aún más fuerte entre las Panacas al adoptor del nombre del gobernante anterior proveniente de dicha Panaca. Éstas, poseían una gran importancia dentro del funcionamiento de la sociedad cuzqueña. Al asumir un Inca el poder, al ser reconocido como el más apto y hábil, éste salía de su Panaca de nacimiento para fundar una nueva. Las Panacas por su parte, eran las encargadas de cuidar a la momia del Inca fundador de la misma, con el fin de mantener vivo su recuerdo y así, a pesar de no estar en todo el poder de una manera tan directa, legitimaban su importancia estando dentro de la sociedad.

A pesar de que la hipótesis quiere justificar la existencia de una herencia posicional dentro del Tawantinsuyu, ya no existen muchas evidencias físicas concretas, salvo los trabajos de los cronistas, los cuales deben ser tomados con cuidado; sin embargo, aún existen registros de que ciertos curacazgos, durante el período virreinal, se hayan adoptado nombres anteriores gobernantes, así como trabajos realizados en grupos étnicos en África. Un grave problema presente en la herencia posicional, es que se podía terminar siendo tanto nieto como abuelo, dependiendo si eras o no el fundador de una Panaca.

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