Ramírez explica en su texto que a medida que un niño iba creciendo y aumentando de edad, su nombre también iba cambiando, ya sea agregándole nombres o siendo modificado por completo. Al nacer, según explica la autora, el primer nombre se le otorgaba denominando alguna característica física (lo cual también sucedió en Roma). A medida que el joven iba realizando hazañas u obtenía victorias, iba adquiriendo nuevos nombres. Si durante su vida fue muy digno, era muy posible que sus descendientes utilizaran su nombre por dos o tres generaciones, luego de las cuales el nombre se extinguía. Como fuente que sustenta lo antes dicho, Ramírez cita las crónicas del siglo XVI. Los cronistas, al momento de querer realizar una genealogía de los gobernantes Incas antes de la llegada de los españoles, se encontraron con diversos testimonios de pobladores, es asó que se recogen entre nueve y más de cien gobernantes y diferentes fechas (posibles) del inicio del dominio Inca. Así, por ejemplo, Montesinos presenta en su trabajo un aproximado de cien gobernantes en un lapso de casi mil años.
Usando la hipótesis de Ramírez sobre la herencia posicional se podría llegar a explicar la causa de tantos gobernantes en el caso de Montesinos y de una cantidad tan reducida como doce o trece según muestran Guaman Poma y Garcilaso, respectivamente. Al utilizar por varias generaciones el nombre de un gobernante (entre dos y tres generaciones), es posible que las hazañas y acontecimientos durante un período determinado no se hayan llevado a cabo por un solo gobernante, sino por un grupo de ellos que, curiosamente, poseían el mismo nombre, como es el caso del nombre “Manco Cápac” el cual, según la autora, fue utilizado innumerables veces. Sin embargo, tal como considera Betanzos, el hacer una historia fiel a lo acontecido antes del gobierno de Pachacutec es algo casi imposible debido a las muchas versiones existentes de los hechos provenientes de la tradición oral.
Una de las principales funciones de la herencia posicional era el crear vínculos de parentesco aún más fuerte entre las Panacas al adoptor del nombre del gobernante anterior proveniente de dicha Panaca. Éstas, poseían una gran importancia dentro del funcionamiento de la sociedad cuzqueña. Al asumir un Inca el poder, al ser reconocido como el más apto y hábil, éste salía de su Panaca de nacimiento para fundar una nueva. Las Panacas por su parte, eran las encargadas de cuidar a la momia del Inca fundador de la misma, con el fin de mantener vivo su recuerdo y así, a pesar de no estar en todo el poder de una manera tan directa, legitimaban su importancia estando dentro de la sociedad.
A pesar de que la hipótesis quiere justificar la existencia de una herencia posicional dentro del Tawantinsuyu, ya no existen muchas evidencias físicas concretas, salvo los trabajos de los cronistas, los cuales deben ser tomados con cuidado; sin embargo, aún existen registros de que ciertos curacazgos, durante el período virreinal, se hayan adoptado nombres anteriores gobernantes, así como trabajos realizados en grupos étnicos en África. Un grave problema presente en la herencia posicional, es que se podía terminar siendo tanto nieto como abuelo, dependiendo si eras o no el fundador de una Panaca.