Los recientes desastres naturales de origen climático y la cobertura mediática de ellos han contribuido a que se genere una mayor información y una renovada conciencia respecto del problema. Así, el 64,1% de los encuestados afirma estar informado o muy informado sobre dicho fenómeno, en tanto que el 91% sostiene que está afectando mucho o bastante al país.
Nos encontramos frente a un tema de creciente relevancia pública, lo que ha originado, al mismo tiempo, el surgimiento de una demanda de acción dirigida a las autoridades, a los medios de comunicación y a la población en general. No obstante, aquí se advierte un gran contraste.
Apenas el 6,8% de los encuestados señala que las autoridades le confieren mucha o bastante importancia al tema, mientras la cifra llega apenas al 19,5% si se trata de la población. Bastante mejor aparecen los medios, con un 38,5%.
Estos resultados revelan una profunda autocrítica. Aunque se reconoce la dimensión del problema y la urgencia de atenderlo, se acepta asimismo la aún incipiente capacidad de nuestras instituciones y de la sociedad en general para enfrentar este desafío. Revertir esta situación exige el ejercicio de un fuerte liderazgo, y esto no es solo necesario en la esfera del Estado.