Archivo por meses: noviembre 2011

El capitalismo, un sistema inestable

La revista New Scientist publica en su número del 12 de noviembre del 2011 un artículo de Andy Coghlan y Debora MacKenzie sobre la red capitalista que recorre el mundo Revealed-the capitalist network that runs the world. Se trata de un estudio de las relaciones entre 43 mil corporaciones transnacionales y un pequeño grupo de compañías, principalmente bancos, con un desproporcionado poder sobre la economía mundial.

20111114-mg21228354_500-3_600.jpg Solo hay 147 puntos rojos

El estudio tiene sus críticos, pero los expertos en sistemas complejos señalan que este esfuerzo puede permitir aprender cómo hacer el capitalismo más estale.

Este es un discurso común entre los denostadores del capitalismo, o entre los mevientos de indignados que se manifiestan en diversas partes del mundo, sin embargo esta es la primera vez que hay base científica para identificar la red global del poder económico.

“Realmente es algo muy complejo, debemos ubicarnos fuera de los dogmas, más allá de la teoría de la conspiración, o del libre mercado” dice James Glattfelder. Nuestro análisis está basado en la realidad”

Los estudios anteriores señalan el poder de las transnacionales y sus encadenamientos a nivel internacional, pero ellos incorporan un número limitado de compañías e inversionistas mundiales y omiten indirectamente a los propietarios que las vinculan, de manera que resulta difícil poder decir cómo afectan a la economía global, o si la hace más o menos estable, por ejemplo.

El equipo suizo utilizó una base de de datos de 37 millones de compañas alrededor del mundo, la Orbis 2007, y de allí seleccionaron un conjunto de 43 mil vinculadas entre ellas. Luego construyeron un modelo para observar como unas compañías controlan a otros a través de sus redes de accionistas principales y directivos, y como se relacionan las ganancias, para entonces cartografiar el poder económico.

La primera revelación del estudio fue que hay un núcleo de 1,318 compañías fuertemente vinculadas. Cada una se relaciona con dos o más compañías. El promedio de relación es 20. Y aunque ellas en sí mismas representen el 20 de las utilidades mundiales, por sus vínculos contralan el 60% de las ganancias mundiales.

Analizando más en detalle las relaciones empresariales uno encuentra 147 entidades que controlan el 40% de la economía de la red. LA mayoría de ellas entidades financieras. Las top 20 incluyen a Barclays Bank, JPMorgan Chase & Co, y el Goldman Sachs Group.

El problema no es solo que unas pocas compañías control la economía global, sino lo que ello puede significar para la estabilidad económica, señala John Driffil de la Universidad de Londres. La concentración de poder no es buena ni mala en sí misma, pero la cercanía de sus miembros si lo puede ser. Esto hace de la red algo inestable. Si a una compañía le va mal, la enfermedad se contagia.

Lo crucial de analizar la arquitectura del poder económico global, es la posibilidad de hacer más estable. Al encontrarse las vulnerabilidades del sistema los economistas pueden sugerir medidas para prevenir el colapso del sistema. Glattfedler recomienda la creación de medidas internacionales contra la concertación entre grandes compañías. Sugihara, dice el análisis sugiere una posible solución: las empresas deben pagar impuestos por la interconectividad para desalentar el exceso de este riesgo.

Un aspecto importante a tener en cuenta en el análisis es que estas estructuras no son producto de alguna conspiración, sino que tiene sus equivalentes en la naturaleza, dice Sogihara. Responde a una lógica simple según la cual el dinero va a donde más dinero hay, y así el que más tiene mayores conexiones tendrá.

Sin embargo es posible especular sobre la concertación política de 147 entidades. Algunos piensan que el número es aún alto para que sea posible, otros agregan que ello no obsta para sentir su presencia en torno a intereses comunes, como puede ser el de resistirse a los cambios de la estructura actual.

The top 50 of the 147 superconnected companies
1. Barclays plc
2. Capital Group Companies Inc
3. FMR Corporation
4. AXA
5. State Street Corporation
6. JP Morgan Chase & Co
7. Legal & General Group plc
8. Vanguard Group Inc
9. UBS AG
10. Merrill Lynch & Co Inc
11. Wellington Management Co LLP
12. Deutsche Bank AG
13. Franklin Resources Inc
14. Credit Suisse Group
15. Walton Enterprises LLC
16. Bank of New York Mellon Corp
17. Natixis
18. Goldman Sachs Group Inc
19. T Rowe Price Group Inc
20. Legg Mason Inc
21. Morgan Stanley
22. Mitsubishi UFJ Financial Group Inc
23. Northern Trust Corporation
24. Société Générale
25. Bank of America Corporation
26. Lloyds TSB Group plc
27. Invesco plc
28. Allianz SE 29. TIAA
30. Old Mutual Public Limited Company
31. Aviva plc
32. Schroders plc
33. Dodge & Cox
34. Lehman Brothers Holdings Inc*
35. Sun Life Financial Inc
36. Standard Life plc
37. CNCE
38. Nomura Holdings Inc
39. The Depository Trust Company
40. Massachusetts Mutual Life Insurance
41. ING Groep NV
42. Brandes Investment Partners LP
43. Unicredito Italiano SPA
44. Deposit Insurance Corporation of Japan
45. Vereniging Aegon
46. BNP Paribas
47. Affiliated Managers Group Inc
48. Resona Holdings Inc
49. Capital Group International Inc
50. China Petrochemical Group Company
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La socioneurociencia, un nuevo campo de estudio.

El cerebro no funciona de manera aislada, al menos no el de los humanos. Somos, después de todo, criaturas sociales.

Un nuevo campo ha surgido a partir de esta idea: la neurociencia social o socioneurociencia, que trata de asuntos como el estudio de los mecanismos neurales, hormonales, celulares y genéticos que definen a las especies sociales.

Durante 40 años, la neurociencia tradicional consideró al sistema nervioso como una entidad aislada carente de influencias significativas del entorno social. Cuando a fines de los 90 comenzó el debate en torno a las células espejo quedo claro el papel del entorno en la construcción de la mente.

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Estos cambios vinieron de la convergencia de datos de los estudios de la psicología y la biología utilizando modelos animales tradicionales. Por ejemplo, el conocimiento acerca de la interacción social (los vínculos, el altruismo, la confianza) avanzó desde el descubrimiento de que la oxitocina y los receptores de la vasopresina están localizados en regiones diferentes de los cerebros del ratón de la pradera -más social- frente al de las montañas -más solitario. Debido a esta investigación, los estudios clínicos están surgiendo investigar la oxitocina intranasal como tratamiento para el autismo. “La socioneurociencia tiene una aplicación para diversos trastornos mentales, por ejemplo, la depresión y el autismo, ya que todos ellos tienen un componente social”, afirma Cacioppo.

El campo se basa en numerosas técnicas neurobiológicas tales como la resonancia magnética funcional (fMRI), la estimulación magnética transcraneal, electrocardiogramas y estudios de pacientes con lesiones cerebrales focales.

“La socioneurociencia es cada vez más un peso pesado en la ciencia, ahora que tenemos las herramientas, teorías, y un lenguaje común para comunicarnos entre nosotros”, dice Greg Norman, un postdoctorado en el laboratorio de Cacioppo. “Esta es la ciencia de la mente, no sólo la psicología, no sólo la biología, pero la integración de la condición humana. Que abarca muchos campos. Usted puede ser un genetista o un sociólogo y aún así ser un neurocientífico social. “

“Es un reto tratar de conseguir que la gente use un lenguaje común en lugar de tener diálogo de sordos. Y al mismo tiempo tratar de entender cómo encajan todas las piezas en un todo es muy difícil “, añade Norman. “Nuestro campo de estudio abarca desde la genética hasta el estudio de las sociedades. Puede estar en este campo 100 años y todavía no comprender su alcance.”

Para más detalles pueden consultar el artículo de Cacioppo et.al “Multilevel Integrative Analyses of Human Behavior: Social Neuroscience and the Complementing Nature of Social and Biological Approache” (2000)
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El tiempo pasa y la situación de la educación chilena se hace crítica

Ya se esta por perder un año completo de educación en Chile. A nosotros en el Perú nos pasó a fines de los 7, el 78 si mal no recuerdo, la huelga magisterial paralizó la educación básica por aumentos de salarios. El Estado daba “clases” por el canal público, se aprobó a todo el mundo una vez concluyó el paro y terminó una generación con un año menos de estudio. La población apoyó de diversas maneras, pero con la idea de que al aumentarle a los maestros el salario mejoraría la educación, pero eso no pasó. De allí en adelante hemos caminado dando trompicones, hemos copiado la mitad de las recetas y no hemos obtenido mucho. Hoy parece estar claro lo que no queremos, pero falta saber lo que queremos.

Hoy en Chile la cosa pinta distinto. Hay insatisfacción por la mala calidad de la educación y por el enorme costo para educarse en la educación superior. Este costo deja además al descubierto la injusticia de vivir en un país donde la desigualdad es de las más altas de latinoamérica, mayor que la del Perú cuando menos, donde se prefiere proteger al sistema financiero aumentando los intereses que a las familias que se endeudan para obtener educación.

Que otra cosa podía pasar si en lugar de ajustar a banqueros y empresarios, que en definitiva son responsables de la crisis, se ajusta a los estudiantes y sus familias. Los estudiantes no se quejan de la calidad de la educación que reciben cuanto de que no todos puedan recibirla.

Las encuestas muestran que el tiempo debilita al movimiento. Así a pesar de contar con un apoyo significativo este ha disminuído. Según Adimark “Un 67% dijo estar “de acuerdo” con las demandas de los estudiantes, 12 puntos menos que en septiembre pasado (79%). Las personas que dicen estar en desacuerdo con las demandas de los estudiantes aumentan en 10 puntos y quedan en 24%.”

Para mayor información, adjuntamos los comentarios de Patricio Fernandez publicados en El País sobre este asunto.

El tema de la Educación Chilena se halla en un Pantano
Por: Pfernandez | 07 de noviembre de 2011

La semana pasada se cumplieron seis meses desde que el movimiento estudiantil chileno salió a la calle. En lo sucesivo, no ha dejado de hacerlo. El petitorio se resume en la pancarta “Educación Pública de Calidad para Todos”. Saben que no se puede conseguir de golpe, pero esperan señales claras de que el buque navegará hacia allá. Las propuestas abundan, pero las respuestas se hacen esperar. El gobierno no ha podido encontrarle todavía un camino de solución al conflicto. No tiene siquiera claridad interna. Se instaló en el tema policíaco.

El Congreso aparece y desaparece en esta historia, y por motivos tan diversos como anecdóticos. Recientemente, Camila Vallejo, la dirigente más visible del movimiento, aseguró que no confiaban en los acuerdos cupulares a que pudieran llegar los representantes de la derecha y La Concertación, oposición de centro izquierda. (Aquí datos de última encuesta) Descreen de los partidos tal como los ven. Mal que mal, durante la presidencia de Bachelet, aparecieron todos tomados de las manos festejando un acuerdo que, supuestamente, le pondría fin al problema. Así las cosas, salvo que nos organicemos en soviets u otro método de asambleas populares que reemplacen al Estado tal como lo conocemos, no aparecen visos de solución.

Son cerca de 400 los colegios que siguen en paro y 200 los que permanecen ocupados por sus alumnos. Los universitarios que perderán el año bordean los 6000. Más de la mitad de las universidades públicas se hallan en toma y no comenzarán el segundo semestre. La situación continúa, en lo concreto, como ese 28 de abril en que marcharon por primera vez.

Ha pasado de todo y no ha pasado nada. El tema de la educación y la irrupción de ciudadanos apoyando esa causa agudizó el convencimiento de que vivimos en una sociedad enfermamente desigual. La Polar (empresa de retail que cayó tras descubrirse sus cobros de intereses desmedidos a consumidores de bajos ingresos), entre medio, confirmó que reinaba el abuso. Los jóvenes instalaron en la agenda la urgencia de un cambio en nuestro sistema político y la necesidad de aumentar la carga tributaria, con claridad, al menos, para las grandes empresas y corporaciones a las que hoy pertenece un porcentaje desconcertante de la riqueza nacional.

Hablar de una nueva constitución dejó de ser un despropósito. Valga decir que nos sigue rigiendo la misma que se redactó en tiempos de Pinochet de espaldas a la población, y que fue aprobada por un plebiscito trucho (1980), en un contexto altamente represivo y con absoluta ausencia de libertad de expresión.

Es evidente que la democracia chilena requiere un aggiornamento, pero hasta aquí todo es blablá. Ninguna reforma importante en torno a estos asuntos se ha concretado, ni es fácil visualizar el camino que tomarán. Según mi amigo P.V., ejércitos de liceanos (as) y universitarios (as) podrían partir en el verano a reclamar en la playa de Zapallar, el más exclusivo de los balnearios chilenos, -u otros salones de la fortuna-, la parte del botín que necesitan para estudiar.

Si al movimiento no le sueltan algo convincente, nada indica que se detendrá. En caso de tomar vacaciones, regresará descansado el próximo año. Ahora quieren salir, como los canutos o los candidatos, a hacer puerta a puerta por los distintos rincones del país. Explicarle a la gente, cara a cara, en qué consiste esta batalla. Ellos mismos se están encargando de disolver la excusa de la violencia para no dejar oír los cambios que demandan. Si lo consiguen, el gobierno se quedaría sin plan. Ayer, sin ir más lejos, volvieron a reunirse cerca de 50.000 estudiantes con sus familias en el parque Almagro, uno de los más céntricos de Santiago, sin que se produjera ningún tipo de desmanes. ¿Se sabe de alguna nueva propuesta en curso, que no sea para sancionar con fuerza a los encapuchados?

Hasta aquí, es como en la película El Día de la Marmota. Las jornadas se suceden, las huelgas continúan, las asambleas no cesan, declaraciones van y vienen, pero el barco no se mueve. Evelyn Matthei, ex senadora y actual ministra del trabajo, sostuvo tiempo atrás que habría que acostumbrarse a gobernar con marchas periódicas, como si se trataran de música ambiental. Ya son seis meses en que muchos días parecen el mismo día. Es verdad que así son los ritmos de la historia, pero la pequeña política requiere más agilidad. Por el momento se encuentra en un pantano, donde no reina el buen olor. Leer más »