Perú. Educación privada: una revolución pacífica

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Tomado de http://www.tvperu.gob.pe/noticias/nacional/costa/37836-entradas-de-peruanos-al-pais-aumentaron-en-41.html

Un Tsunami en curso: la migración de público a privado

En el Perú, y en el mundo, existen varias formas de enfrentar los problemas sociales. Algunas son el resultado de decisiones colectivas que se expresan como políticas. Otras tienen expresión social pero son resultado de decisiones individuales y frecuentemente, además son síntoma de la disfuncionalidad de las soluciones políticas y colectivas. Las migraciones son un fenómeno típico de esta última variedad. A falta de políticas que resuelvan los problemas mediante acciones colectivas (reformas o revoluciones) los individuos votan con los pies; se van y rompen el equilibrio perverso.

 Por eso, las migraciones pueden tener efectos revolucionarios. Las migraciones del campo a la ciudad en el Perú, por ejemplo, aunque no han tenido el carácter violento que se atribuye a las revoluciones han impuesto cambios sobre todas las dimensiones de la vida urbana que son de una magnitud mucho mayor del que suele atribuirse a las reformas. Las causas de la migración son muy distintas, pero en todos los casos existe un polo que expulsa y otro que atrae: por ejemplo el campo expulsa, la ciudad atrae; o bien España expulsa y Latinoamérica atrae. El extremo que expulsa se asocia a la desesperanza, el que atrae a la esperanza. En un cierto plazo, sin embargo, los polos pueden alcanzar un nuevo equilibrio o revertir la polaridad, como en el caso de España hasta hace poco atractora de inmigrantes.

 En las últimas décadas existe un importante proceso migratorio en educación de instituciones públicas a instituciones privadas. Mientras que en los 90 el 85% de la matrícula era pública, en 2011 apenas supera el 60%. Esto es más significativo en varias ciudades. En Lima más del 65% de los centros educativos son privados y concentran casi la mitad de la matrícula total.

Educación Privada 2011 - ciudades

 ¿Cómo y porqué sucedió esto?

 Más que cultura política en el Perú, lo que existe frecuentemente es un cierto sentido común poco elaborado que da por ciertas afirmaciones no sometidas a evaluación. Uno de estos lugares comunes dice que la educación debe ser brindada por del Estado.

 1.

En la mayoría de los casos no hay otro argumento detrás de esta afirmación que el que dice que la educación estatal es gratuita y -por tanto- no discrimina y puede atender a los pobres, mientras que la educación privada solo se ofrece a quien puede pagarla y -por tanto- discrimina y en el mejor de los casos solo puede llegar a las clases medias. Por supuesto, este argumento no contempla la posibilidad de que el Estado financie la prestación privada de servicios de modo que no haya discriminación, pero éste no es el único ni mejor argumento para dar espacio a las iniciativas privadas.

 Pero además, no hay manera de convertir al 40% de alumnos que va a educación privada en los ricos del país. Cualquier analista de la distribución de ingreso sabe que nuestra curva de ingresos, excluido el 1% del extremo de mayores ingresos, es una distribución muy plana.

 2.

Un argumento más sutil dice que solo la educación estatal puede expresar el interés general o el bien común, mientras que la educación privada solo puede expresar intereses particulares. El interés general es el que puede descubrir que todo niño tiene derecho a la educación; el interés privado por otro lado solo podría referirse a lo que le conviene a cada individuo, y este interés va en contra del interés general. Desde esta perspectiva, por supuesto, los individuos no pueden descubrir por si mismos que -en bien de su propio interés- conviene sostener que todo niño tiene derecho a recibir educación. Bajo este supuesto el derecho a la educación no es argumentable de modo racional. Por tanto, el Estado debe proteger a los individuos de si mismos. Pero no se trata de discutir este sentido común, basta indicar que es predominante y repetido sin crítica.

 ¿Pero qué pasa si se descubre que la mayoría de los profesores de la educación estatal no tienen ni los conocimientos ni las capacidades requeridos para enseñar lo que debieran enseñar y que el Estado les ha concedido derechos tales que no se puede pensar siquiera en cambiarlos por personas competentes? Es posible entonces que la educación estatal no sirva ya al interés general de educar a los niños sino al interés particular de estos maestros incompetentes de asegurar ingresos por un servicio que no pueden prestar, y al interés particular de la administración pública y de los gobernantes en evitar el conflicto y la impopularidad.

 La situación descrita se parece mucho a la que denuncia el segundo argumento: un grupo de interés ha subordinado el interés general de que todos los niños reciban educación a sus intereses particulares. Sucede entonces que la educación estatal no solo no expresa el interés general expresado como derecho de los alumnos a la educación, sino que -defendiendo el statu quo- se enfrenta a los intereses particulares de los padres de familia que quieren que sus hijos aprendan.

 El hecho consistente en el tiempo de que la educación estatal tiene malos rendimientos, está sometida a huelgas en las que no solo los alumnos no asisten sino que incluso se les expone a riesgos, y de que el Estado no hará nada para resolver el problema sino que sigue protegiéndose, es la explicación de la migración descrita. Entre migración (en primaria y secundaria) y crecimiento (en inicial y universitaria) la educación estatal pierde un millón de alumnos entre 2000 y 2011, y la matrícula privada crece en un millón.

Cambio público - privado 2000 a 2011  

 3.

Pero hay otro argumento todavía. La innovación incluye riesgos de fracaso; el Estado es muy adverso al riesgo. En general, la educación estatal incluso cuando funciona bien, más que innovar generaliza buenas prácticas. Pero en nuestro caso la educación pública cuenta con dificultades de todo orden. No solo los sistemas administrativos están diseñados para desalentar el riesgo y la toma de decisiones. Además, los Directores no cuentan con autoridad para construir sus equipos de profesores y ofrecer incentivos ni poner sanciones. El sistema desconfía de todos, pero protege a los profesores aunque no tengan capacidades y a pesar de que la calidad de ningún sistema educativo puede ser mayor a la calidad de sus  profesores. Además, los recursos asignados son escasos y no se puede apelar a los padres de familia por normas que buscan proteger a los más pobres.

 En un contexto así, tienen que alinearse demasiados planetas para que haya innovación: todos los profesores entusiastas y sin conflictos internos; armonía entre profesores y directores; padres de familia involucrados y de acuerdo entre ellos, respaldo externo de recursos adicionales privados y, autoridades locales, regionales y nacionales que no estorban sino promueven el cambio dentro de una cultura de confianza… Las probabilidades de asegurar todos estos supuestos son muy bajas en la educación estatal.

 Por todas estas razones las iniciativas privadas concentran la innovación. No solo las iniciativas como Innova Schools, los nidos Casa Amarilla o el recientísimo colegio Aleph, sino las de Fe y Alegría y Educación en Alternancia de ProRural que hacen gestión privada de recursos públicos. Salvo que las autoridades del Ministerio y los órganos intermedios estorben, las escuelas privadas pueden juntar las condiciones para innovar…

 A modo de conclusión

 Existe un tsunami en curso que se expresa como migración de los alumnos de la educación pública a la privada como resultado de que aun si las políticas estuvieran orientadas a mejorar la educación estatal, nada ofrece resultados de corto plazo a los alumnos actuales y a sus papás. Por eso todo el que puede, y esto incluye a congresistas, líderes sindicales, formadores de profesores, expertos en educación, y profesores y administradores de la educación estatal, pone a sus hijos en el mejor colegio a mano que suele ser un colegio privado.

 Por supuesto, esto no significa que toda la educación estatal sea considerada homogéneamente mala: el Colegio Presidente de la República y los colegios emblemáticos no pierden alumnos sino que tienen prestigio y más postulantes que vacantes. Migran quienes no pueden entrar en los colegios estatales de prestigio. También es cierto que solo migran los que pueden. En áreas rurales no suele haber oferta privada; por eso esto se refleja principalmente en las ciudades.

 La situación en el Perú requiere de hacer una distinción fuerte entre educación estatal y educación pública. La educación estatal es la que administra el estado; la educación pública es la que custodia el bien público o interés general. En el Perú, salvo excepciones la educación estatal no protege el bien público de la educación de los niños sino el bien privado de estabilidad laboral esgrimido por la corporación de profesores. Por otro lado, existen organizaciones privadas sin o con fines de lucro, que garantizan el bien público de educación de los niños y jóvenes.

 Este tsunami sucede en todo el mundo, la ciudad de Delhi en India tiene al 75% de la matrícula de educación básica en instituciones privadas. El proyecto Affordable Learning de Pearsons está financiando experiencias de colegios privados for profit con costos entre 3 y 12 dólares mes para los muy pobres en África, India, y Pakistán. La idea es que el Estado es muy lento y los niños no pueden esperar.

 El tsunami en curso merece la designación de revolución por los cambios que implica en las relaciones entre lo público y lo privado, lo estatal y lo particular; en las prioridades del sistema educativo, en la participación de los actores. Pero hay otra acepción del concepto de revolución que acuñó Thomas Kuhn, y que es muy pertinente: la de cambio de paradigma. El nuevo espacio y legitimidad ética de la participación privada en educación genera una nueva perspectiva que probablemente establezca nuevas prácticas, ritmos y equilibrios.

 ¿Este movimiento anuncia la desaparición de le educación estatal? No. Es más, existe preocupación y es esperable una reacción en la educación estatal como resultado de este nuevo protagonismo de la educación privada. Por supuesto, si la preocupación no se expresa en acciones la educación estatal se replegará continuamente a los espacios en que no se ofrezca todavía educación privada; será la única educación que se ofrezca a los más pobres y alejados.

 ¿Pueden convivir la educación estatal y la privada? Si. No solo deberían convivir sino competir/cooperar para el bien común. Un sistema diverso es requerido para la atención de poblaciones diversas; y el Perú es un país que debería prestar mayor atención a la diversidad.

 Referencias

Las tablas fueron tomadas del Informe INIDEN

Juan Fernando Vega Ganoza

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