Mons. McElroy: “Ataques al P. James Martin exponen un cáncer dentro de la Iglesia católica de los EE.UU.”
11:00 a m| 02 nov 17 (AMERICA/BV).- El padre James Martin es un distinguido escritor jesuita que ha pasado su vida construyendo puentes dentro de la Iglesia católica y entre la Iglesia y el resto del mundo. Además, ha sido particularmente eficaz transmitiendo el Evangelio a los millenial. Así se expresa el obispo de San Diego (California), Robert W. McElroy, quien además reconoce que la última iniciativa de Martin está en armonía con la enseñanza católica, a pesar de ser particularmente “espinoso”: construir puentes entre la Iglesia y la comunidad LGBT en los Estados Unidos.
Esa invitación al diálogo de Martin, acogida por algunos y criticada por otros de manera constructiva, también ha desencadenado una feroz campaña difamatoria de su trabajo y de sus ideas. Una campaña que ha ejercido tanta presión que el jesuita ha sido vetado como orador en varias instituciones. Sin embargo, eso ha despertado el respaldo, no solo de fieles, sino de cardenales, que resaltan la importancia y pertinencia de su llamado.
—————————————————————————
Cuando examinamos el abismo entre los adultos jóvenes y la Iglesia en los Estados Unidos, resulta claro que no hay aventura misionera más importante para el futuro del catolicismo que el ámbito al que el Padre Martin se ha dedicado con pasión y elocuencia en las últimas dos décadas. Hay pocos evangelizadores en este espacio con más corazón, habilidad y devoción.
El año pasado, el padre Martin emprendió un proyecto particularmente espinoso en esta obra de evangelización: construir puentes entre la Iglesia y la comunidad L.G.B.T. en los Estados Unidos. Lo hizo sabiendo que las cuestiones teológicas relativas a la homosexualidad constituían quizás el elemento más volátil de la vida eclesial en la cultura de los Estados Unidos.
Fue esta misma volatilidad lo que impulsó al padre Martin a escribir su nuevo libro “Tendiendo un puente: cómo la Iglesia católica y la comunidad LGBT pueden comenzar una relación de respeto, compasión y sensibilidad”. Utilizando una metodología que concuerda totalmente con la enseñanza católica -empleando las Escrituras, la rica herencia pastoral de la Iglesia y un realismo sin adulteraciones que aclara tanto la dificultad como la urgencia de establecer un diálogo más profundo- el Padre Martin abre una puerta para proclamar que Jesucristo y su Iglesia buscan acoger plena e inmediatamente hombres y mujeres de la comunidad LGBT.
“Tendiendo un puente” es un libro serio, y cualquier trabajo de ese tipo invita a críticas y diálogo sustantivos. Esto es particularmente cierto con un tema complejo como la relación de la comunidad LGBT y la Iglesia. Muchos análisis en los argumentos del Padre Martin apuntan a problemas importantes que no tienen respuesta fácil y a la realidad de que el diálogo siempre debe proceder en un marco de respeto y verdad.
Pero junto a esta crítica legítima y sustantiva al libro del padre Martin, ha surgido tanto en publicaciones católicas como en redes sociales una campaña para difamarlo, distorsionar su trabajo, etiquetarlo como heterodoxo, atentar contra el perfil de sus proyectos y aniquilar sus ideas y el diálogo que ha iniciado.
Esta campaña de distorsión debe ser enfrentada y expuesta por lo que es, no por el bien del padre Martin sino porque la práctica enfermiza, este cáncer, de la difamación se está filtrando en la vida institucional de la Iglesia. Ya varias instituciones importantes han vetado al padre Martin como orador. Frente a las intensas presiones externas, estas instituciones han comprado paz, pero al hacerlo han accedido y reforzado una táctica y objetivos que son profundamente perjudiciales para la cultura católica en los Estados Unidos y para el cuidado pastoral de la Iglesia de los miembros de la comunidad LGBT.
El ataque concertado a la obra del Padre Martin ha sido motivado por tres impulsos: homofobia, una distorsión de la teología moral católica fundamental y un disimulado ataque al Papa Francisco y su campaña contra pensar la Iglesia como un tribunal judicial.
Los ataques a “Tendiendo un puente” aprovechan la intolerancia de larga data, de la Iglesia y la cultura de los Estados Unidos, contra miembros de la comunidad LGBT Las personas que lanzan estos ataques no retratan la reconciliación de la Iglesia y la comunidad LGBT como un objetivo digno sino como una grave amenaza cultural, religiosa y familiar. La actividad sexual de los homosexuales no se ve como un pecado entre otros, sino como una degradación tal que las personas LGBT deben ser excluidas de la familia de la Iglesia. El lenguaje y las etiquetas peyorativas se despliegan constante y estratégicamente. Los complejos asuntos sobre la orientación sexual y su discernimiento en la vida individual son desestimadas y ridiculizadas.
El ataque coordinado a “Tendiendo un puente” debe ser una llamada de atención para que la comunidad católica realice un examen de conciencia y se purgue de la intolerancia contra la comunidad LGBT. Si no lo hacemos, construiremos un abismo entre la Iglesia y los hombres, mujeres y familias LGBT. Aún más importante, construiremos un abismo cada vez mayor entre la Iglesia y nuestro Dios.
El segundo impulso corrosivo de la campaña contra la propuesta del P. Martin proviene de una distorsión de la teología moral católica. El objetivo de la vida moral católica es formar nuestras vidas tomando como ejemplo la de Jesucristo. Debemos modelar nuestro interior y exterior sobre las virtudes de fe, amor, esperanza, misericordia, compasión, integridad, sacrificio, la oración, humildad, prudencia y más. Una de estas virtudes es la castidad. La castidad es una virtud muy importante de la vida moral cristiana.
Pero la castidad no es la virtud central en la vida moral cristiana. Nuestro llamado central es amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Muchas veces, nuestras discusiones en la vida de la Iglesia sugieren que la castidad y la “pureza” tienen un papel singularmente poderoso en la determinación de nuestro carácter moral o nuestra relación con Dios. No es así.
Esta distorsión de nuestra fe paraliza muchas de nuestras discusiones sobre la sexualidad en general y la homosexualidad en particular. El modelo abrumador de nuestras vidas morales es Jesús; todos estamos llamados a vivir las virtudes de Cristo. Todos triunfamos magníficamente en algunas y fracasamos en otras. Quienes enfatizan la incompatibilidad de hombres homosexuales o mujeres lesbianas para llevar vidas con sentido dentro de la iglesia, ignoran la naturaleza multidimensional de una vida cristiana virtuosa -y del pecado- de todos nosotros.
El tercer impulso detrás de la campaña contra “Tendiendo un puente” surge del rechazo a la teología pastoral que el papa Francisco ha llevado al corazón de la Iglesia. Sobre la homosexualidad, en particular, muchos de los que atacan al Padre Martin simplemente no pueden perdonar al Santo Padre haber declarado: “¿Quién soy yo para juzgar?”. La controversia sobre “Tendiendo un puente” es realmente un debate sobre si estamos dispuestos a desterrar el ánimo judicial de la vida de la Iglesia. El papa Francisco nos recuerda que el Señor llamó incesantemente a los discípulos a rechazar la tentación de juzgar a los demás, precisamente porque es un pecado en el que caemos fácilmente y hace mucho daño a la vida de la Iglesia.
El abismo entre la comunidad LGBT y la Iglesia no se basan principalmente en la orientación; es un abismo creado por el ánimo de juzgar desde ambos lados. Ese es el verdadero punto de partida hoy en día para un diálogo entre la Iglesia católica y la comunidad L.G.B.T. en los Estados Unidos. Se debe agradecer al padre Martin por señalar esta realidad, y no esquivarla.
ENLACE: Cardenales Versaldi, Tobin y Farrell, por una Iglesia que acoge y dialoga
Cupich sale en defensa de James Martin, y le invita a impartir las reflexiones cuaresmales en su diócesis
“Un sacerdote que ha dado su vida al servicio de la Iglesia”. Ese es el respaldazo que el cardenal Blase Cupich acaba de brindar al jesuita James Martin, objeto de una campaña de acoso por parte de la ultraderecha católica. “Ha sido muy dedicado, es muy respetado”, ha añadido el arzobispo de Chicago sobre el autor de Building a Bridge, que busca “construir un puente” de respeto entre la Iglesia y las personas LGBTIQ.
Según informa el National Catholic Reporter, el cardenal Cupich invitó al padre Martin a que diera una serie de reflexiones públicas durante la próxima Cuaresma en la catedral de Chicago. Dicha invitación viene después de que Martin viera canceladas tres charlas suyas previstas para los próximos meses: en el seminario de la Universidad Católica de América, en una cena de la orden del Santo Sepulcro en Nueva York y en la agencia para el desarrollo internacional de los obispos de Inglaterra y Gales.
ENLACE: Jesuit writer James Martin disinvited from talk at prestigious seminary
Al extender su invitación al jesuita -autor de una docena de libros y un editor de la revista America- Cupich dijo que “quería asegurarme de que refrendara lo que [Martin] estaba haciendo”, tal y como informa The Sun Times. “Creo”, continuó el purpurado, “que estas instancias de no invitarle o retirarle la invitación fueron muy desafortunados, y quería hacerle saber que le apoyaba”.
Martin “es un sacerdote que ha dado su vida al servicio de la Iglesia”, añadió el arzobispo de Chicago. “Ha sido muy dedicado, es muy respetado. El Santo Padre le nombró a una comisión en Roma [a la Secretaría para la Comunicación]. Así que, solo le diría a la gente: decide por ti mismo, forma tu propia decisión, leyendo exactamente lo que escribió”.
ENLACE: Building a bridge: our gay brothers and sisters (Bishop Patrick Dunn, Auckland)
Por su parte, Martin dijo al Sun Times que estaba “encantado” de ir a Chicago pese a las cancelaciones forzadas por las campañas de los católicos ultras. Con respecto al elogio del cardenal Cupich, el jesuita lo calificó como un “voto de confianza de un líder de la Iglesia muy respetado por lo que estoy intentando lograr con este libro”.
Ya bromeando acerca de la polémica levantada por su libro, Martin afirmó que “las noticias de las cancelaciones… triplicaron las ventas semanales”, algo que en todo caso, testifica el hecho de que la acogida que ha recibido su tomo ha sido tremendamente positiva.
ENLACE: Jesuit leadership and America’s editor issue statements in support of James Martin, SJ.
“Tengo el apoyo del 99,9% de los fieles católicos”, zanjó Martin, añadiendo que cuando visita parroquias “es todo abrazos y el darme las gracias”. Por no decir nada de que, incluso tras la tumulta, “Jesús me está muy cerca en la oración, y también tengo su apoyo, que es lo que más importa”.
Otros enlaces recomendados:
- James Martin SJ: Tendiendo un puente entre la verdad y el amor (Entrevista)
- James Martin SJ: “Homosexualidad, ese puente por construir en la iglesia católica” (Entrevista)
- Q&A: Rev. James Martin contemplates reaction to his book on LGBT Catholics
- The real scandal
- James Martin SJ: Necesitamos construir un puente entre la comunidad LGBT y la Iglesia
- Bishop John Stowe leads prayer at LGBT Catholic gathering
Fuente:
Texto tomado de America Magazine, “Bishop McElroy: Attacks on Father James Martin expose a cancer within the U.S. Catholic Church”. Traducido por Buena Voz Noticias.
Creo que el amor a Dios y a nuestro prójimo es la principal enseñanza de Jesus