Flaminia Giovanelli: “El hombre se siente todopoderoso porque ha creado la técnica”
11:00 a m| 15 set 17 (VN/RD/BV).- Los vertiginosos cambios tecnológicos están transformando el mundo y las relaciones humanas. Un mundo, sin embargo, donde persisten profundas desigualdades que amenazan con dejar al margen a más de la mitad de la humanidad. De ahí que, desde la Iglesia, se apueste por poner a la tecnología al servicio del desarrollo integral del ser humano y a “mantener el sentido de la gratuidad frente a la ambivalencia de la técnica”, según sostuvo Flaminia Giovanelli, subsecretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en la sesión inaugural del XXIV Curso de Doctrina Social de la Iglesia, realizado esta semana en España.
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Acogida de inmigrantes y cuidado de la casa común. En estos dos imperativos, alabados por muchos y algo criticados por otros, anda ocupado el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, creado hace poco más de un año por el Papa Francisco. Flaminia Giovanelli está al frente de una de las tres subsecretarías. La italiana fue la primera mujer laica en ocupar tan alto rango en la curia vaticana. Benedicto XVI la nombró para el ahora fagocitado Consejo Pontificio Justicia y Paz.
En conversación con un grupo periodistas, la subsecretaria del Dicasterio reconoció la aportación de la comunidad internacional al desarrollo de la humanidad y a la creciente toma de conciencia a favor de ese desarrollo. “Pero aún queda mucho por hacer”, matizó.
Así, cree que todavía es necesaria una reflexión desde el campo de las nuevas tecnologías pues, a ese respecto, “la idea del ser humano sigue siendo distinta. Porque, como dice el papa Francisco, “no somos Dios y a veces el hombre se siente todopoderoso, porque es el creador de la técnica, y esto hay que tenerlo siempre en mente”, asegura esta laica que lleva 40 años trabajando en el Vaticano y que ya había sido subsecretaria del Pontifico Consejo Justicia y Paz, también bajo las órdenes del cardenal Peter Turkson.
Los misioneros, motores de desarrollo integral
La subsecretaria alabó a los misioneros como auténticas motores para el desarrollo integral de las personas. “La suya es la evangelización, pero también la promoción humana. Lo espiritual no puede ir sin el desarrollo de una vida más digna, donde la persona tenga para comer”. Y puso como ejemplo la labor que están desarrollando en tantos países en vías de desarrollo, en donde la explotación minera está poniendo en peligro no solo el ecosistema, sino también la vida de las propias comunidades. “Ellos, los misioneros, los religiosos y religiosas, se han convertido en los interlocutores, porque de alguna manera los sienten responsables de aquellas personas”.
De cara a la cuarta revolución industrial que se avecina, y que cambiará de manera significativa las relaciones sociales, Giovanelli sostiene que la Iglesia tiene mucho que aportar, pues “es la única instancia que queda para el acompañamiento de la personalidad de los jóvenes, para ayudarles en la capacidad para ser resilientes, para la fortaleza, que es una virtud cristiana que ayuda a que las personas afronten las situaciones difíciles”.
Armas, el siguiente paso
La segunda pata del trabajo del dicasterio para el Desarrollo Humano Integral es el cuidado de la casa común. Giovanelli recalca que “la Iglesia está muy concienciada al respecto”. Un siguiente paso será organizar un congreso internacional en Roma acerca de un mundo libre de armas nucleares, en el que participarán varios premios Nobel de la Paz y supervivientes japoneses de Hiroshima y Nagasaki. “Este evento es muy importante, sigue la estela de denuncias del Papa de que detrás del dinero está el comercio de armas. Con el congreso queremos contribuir a crear una opinión”.
Para la subsecretaria vaticana este primer año de andadura del dicasterio “ha unido la parte de reflexión, que antes competía más a Justicia y Paz, con una atención pastoral más próxima a los enfermos y a los pobres, como dice el Papa en los estatutos” del nuevo dicasterio. Un acierto, según Giovanelli, ya que “la experiencia y la praxis han de ir unidas para ofrecer una visión completa”. Como ejemplo, cuenta cómo el sacerdote que se ocupa del apostolado del mar “hace poco celebró Misa en un barco británico que había atracado en Roma. Había miles de trabajadores de India y Filipinas que llevaban más de seis meses sin comulgar. Fue emocionante ver a todos en fila esperando para confesarse”.
Más sobre las conferencias del curso
Antes, en la presentación del curso, el obispo emérito de Barbastro, Alfonso Milián, recordaba que “la tecnología ha abierto un nuevo tiempo en la historia de la Humanidad, con muchos aspectos que suscitan esperanza y, también, preocupación”. De ahí que, ante estas nuevas realidades haga falta “discernimiento”, para “avanzar en una valiente revolución cultural”, porque “ciencia y tecnología no son neutrales”.
Por su parte, el director del secretariado de la comisión episcopal de pastoral social, Fernando Fuentes, explicó las peculiaridades de esta vigésimo cuarta edición del curso de Doctrina Social. A su juicio, dos: la novedad y la continuidad. Novedad, porque siempre se abordan temas de actualidad y de relevancia”. Continuidad, en cuanto a que las cuestiones sociales relevantes se examinan desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia.
Fuentes fue recorriendo las distintas temáticas que se van a abordar en el curso, entre ellas la de “la brecha digital”, que hace que nos planteemos preguntas como ésta: “¿Pueden los pobres tener acceso a los medios técnicos?”.
El futuro del empleo tras la revolución tecnológica en la que estamos inmersos, el humanismo que nace de un período de postsecularización dominado por la tecnocracia, los desafíos éticos y jurídicos que traen la robótica y los nuevos conocimientos tecnológicos fueron algunas de las cuestiones que se analizaron. En la web del evento se pueden ver los videos de todas las conferencias.
Fuentes:
Vida Nueva / Religión Digital / Alfa y Omega