Emisario del Papa enviado a Irak por una semana regresó a Roma
9.00 p m| 21 ago 14 (FIDES/BV).- El Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que recién regresó de Irak al finalizar su visita como enviado personal del Papa Francisco, se reunió con el Pontífice para referirle todo sobre la misión que le encomendó. En la entrevista a continuación, el Cardenal Prefecto del Dicasterio misionero narra a la Agencia Fides los encuentros, detalles e impresiones que han marcado los días pasados en el país de Oriente Medio.
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Eminencia, el suyo fue un viaje a la emergencia humanitaria en la que se han visto involucrados los cristianos y los demás habitantes del norte de Irak. ¿Qué fue lo que vio?
Fue una misión al sufrimiento, sobre todo entre los cristianos que huyeron de Mosul y de la Llanura de Nínive. Expulsados de sus casas, de las sencillez de su vida cotidiana, para acabar catapultados a una situación imprevisible. La de encontrarse de un día a otro sin casa, sin ropa, sin lo mínimo que se da por descontado y, en cambio, ya no lo es. Como no tener agua para lavarse, con una temperatura de 47 grados. O dormir en la calle o en los parques, bajo un árbol o bajo un techo de plástico. Con mujeres acostumbradas a trabajar en casa y que están desorientadas. Con los niños que tal vez son los únicos que no perciben el dramatismo de la situación y van corriendo de aquí para allá. Con los ancianos arrojados a un rincón y los enfermos que no saben si hay un médico o medicinas para ellos.
¿Alguno de los encuentros, alguna de las historias, lo sorprendió particularmente?
Una mamá me enseñó a su hija de tres meses y me dijo que mientras huían de Mosul tuvieron que quitarle a la pequeña incluso los aretes dorados. Objetos que, en sí mismos, no son importantes, pero la violencia sufrida expresa el desprecio incluso hacia los más pequeños. Le dije: “Les quitaron los aretes, pero las cosas más preciosas todavía están con ustedes: la niña y su dignidad. Esta dignidad herida que nadie les ha podido arrebatar”. Estaban contentos. Se pusieron a aplaudir.
¿Cómo fue recibido?
Que el Papa, al no poder estar personalmente presente, haya mandado inmediatamente a un enviado personal (no un representante diplomático, sino personal) fue un signo elocuente de que quería compartir todo con ellos. Y viví esos días en medio de ellos. Me sentía privilegiado frente a ellos, por el hecho de tener una habitción para dormir y un poco de agua para lavarme las manos. Pero compartí todo con ellos. No iba en representación de mí mismo, sino del Santo Padre, y al compartir todo con ellos quería dar un signo de la cercanía del Papa. Visité aldeas de cristianos y de yasidíes. Y también participé en la vida de la Iglesia local. También los obispos, los sacerdotes, los religiosos y las religiosas tuvieron que huir y tuvieron que buscar un sitio para dormir. Mediante su enviado, el Papa quiso animar a todos, decirles que no han sido olvidados.
Al volver de Corea del Sur, Papa Francisco reconoció que hay que buscar la manera para detener al agresor injusto en los organismos internacionales
La Iglesia como Iglesia está y siempre ha estado en contra de la guerra. Pero esta pobre gente tiene derecho a ser defendida. Ellos no tienen armas, fueron expulsados de sus casas por bellacos, no han comenzado ninguna lucha. ¿Cómo garantizar el derecho de esta gente a vivir con dignidad en las propias casas? Claro, sin dar espacio a la violencia y tratando de contenerla de cualquier forma. Pero no podemos escuchar el grito de esta gente que nos pide ayuda y defensa.
¿No sería útil, en primer lugar, saber quién es el que vende las armas y el que ofrece dinero a los yihadistas para tratar de cerrar el flujo?
Son aparatos y grupos que actúan mostrándose bien provistos de armas y de dinero, y uno se pregunta cómo es posible que todo este tráfico de armas y recursos haya pasado desapercibido frente a quienes tiene nel deber de vigilar y prevenir semejantes tragedias. La pregunta que muchos se hacen es la del “control remoto”, quién mueve las cosas desde lejos. Pero creo que, por el momento, es difícil dar una respuesta.
Usted era Nuncio en Irak durante el período de Saddam Hussein. ¿Se puede comparar la situación actual con los hechos de 2003 y con la forma en la que fue derrocado el régimen?
Sí y no. Por una parte, se ha producido una sacudida en el país que ha creado muchas situaciones críticas y de sufrimiento, aunque no hay que olvidar que antes no había ninguna situación tranquila ni ideal. Por otra parte, han pasado más de 10 años. Entre más nos alejemos de aquellos eventos es más lícito preguntarse si lo que sucede hoy es solo culpa de los demás o de los hechos del pasado o si hay otras responsabilidades. Hay que preguntarse qué se ha hecho en todo este tiempo, y qué se habría podido hacer.
El Papa también ha insistido en que las víctimas de lo que está sucediendo en Irak no son sólo los cristianos, sino todas las minorías. ¿Qué sugiere este énfasis?
Obviamente, en Occidente, la situación de los cristianos es conocida. Pero, por ejemplo, los Yazidis se han encomendado a nosotros, porque –como me han dicho- “Somos un pueblo sin voz y nadie habla de nosotros”. Las situaciones dramáticas que he visto y que realmente están viviendo hacen de ellos las primeras víctimas. Pero hay pueblos chiítas de los que han tenido que escapar todos. Y luego los mandeos, y todos los demás grupos.
Usted ha hablado con líderes políticos influyentes tanto en el Kurdistán iraquí como en Bagdad. ¿Todavía comparten una perspectiva unificadora para el futuro del país o las fuerzas centrífugas se han vuelto imparables?
Irak es un país complejo. Una expresión de tipo político-geográfica que surge a partir de 1920, donde la entidad de la nación no se percibe como uniformidad, sino como multiplicidad. La Autoridad y los obispos hablan de un mosaico de presencias, culturas y religiones. Por supuesto, si este mosaico se mantiene intacto posee su propia belleza y un futuro. Pero si se empiezan a quitar bloques, tarde o temprano, todo se vendrá abajo. La unidad del Estado está garantizada por la Constitución, pero luego tiene que ser plasmada en la vida del país y esto es difícil, en parte debido a que cada grupo lleva consigo traumas, sufrimientos, largas persecuciones, injusticias. Ahora Irak es un país por reconstruir, y puede permanecer unido solo si en dicha unidad encuentran su espacio y el respeto debido las diferentes identidades.
En Occidente algunos se aprovechan de los acontecimientos en Irak para aumentar la contraposición entre cristianismo e Islam
Hay un hecho concreto: como ya he dicho, los ataques afectan a los cristianos, yazidíes chiíes, pero también se vuelven contra los sunitas. Así que la cuestión no se puede establecer como un conflicto entre el Islam y el cristianismo. Por otro lado, aquellos que están llevando a cabo estas terribles acciones contra las minorías lo hacen en nombre de una ideología intolerante político-religiosa. Y esto es algo que nos debe hacer pensar.
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Una entrevista más a su llegada a Roma, a Radio Vaticana
¿Qué nos puede decir sobre la reunión en Bagdad con el Presidente iraquí, Faud Masum, en la que entregó la carta del Papa Francisco?
El encuentro ha sido cordial. Yo estaba acompañado por el Patriarca Caldeo, el Patriarca Sako, por el Nuncio Apostólico y por Mons. Warduni. Le entregué la carta, a la cual el presidente responderá después; le narre un poco la experiencia de estos días y le señalé que mi visita no era política, sino era una visita humanitaria por encargo del Santo Padre y es por eso que en primer lugar fui a Erbil, donde la situación en Kurdistan es todavía muy seria y grave, y luego a Bagdad donde tuve este encuentro.
¿Cuál es la importancia de una carta del Papa Francisco al Presidente Iraquí en un contexto de compromiso por la paz?
Esto está en el corazón, en la mente y en las acciones pastorales del Papa. Pues el Santo Padre, delante a situaciones de grave emergencia, no descarta la posibilidad de intervenir personalmente para manifestar lo que siente en su corazón en favor de los pobres. La cuestión en Irak no es sólo una tragedia para el pueblo iraquí, para nuestros cristianos o para los yazidi, sino es algo más que toca a todos los hombres que tienen en su corazón a la humanidad. Pequeñas o grandes minorías, diversos credos y diversas religiones, no existe algún argumento para no creer que todos estamos unidos por una misma dignidad humana, que debe ser cuidada, defendida y valorada.
¿El Papa Francisco, en el avión de regreso a Corea, durante la conferencia de prensa dijo: “Estoy dispuesto, mejor dicho, me hubiese gustado haber ido a Irak. Pero estoy dispuesto a ir si esto fuera necesario?
Conociendo el corazón, la mente y el motivo por el cual me enviaba, no tengo duda alguna que en ese momento él hubiese ido, ciertamente no habría dejado de hacerlo, a pesar de las diferentes situaciones que podían haber surgido. Pues estoy seguro que mi intuición no estaba equivocada.
¿El Papa también ha dicho: “detener al agresor injusto es lícito”. Cómo se han recibido estas palabras en Irak?
Yo creo que el Santo Padre no hizo otra cosa que manifestar el pedido de todos los cristianos, de todos los yazidi, de todas estas personas refugiadas, que tienen el deseo de retomar sus propias vidas, su propia dignidad. Ante esta situación precaria, y también dura, yo creo que aquí no se trata de la guerra: nosotros no podemos estar jamás a favor de la guerra, pero existen conflictos donde por defender a los más pobres – pensamos en nuestros cristianos que no tenían armas, los yazadi que no tenían armas – han sido sacados de sus propias tierras, agredidos en su propia dignidad, sustraídos de sus propias familias.
Ahora, ¿Podemos permanecer indiferentes? Se trata de defender los derechos de toda persona de buena voluntad. Cada uno lo debe de hacer según su propia capacidad. El Santo Padre lo hace con toda su capacidad moral y espiritual. Cada uno después a nivel civil, a nivel social, a nivel personal asumir su propia responsabilidad. Si nosotros no intervenimos, luego tendremos el genocidio y tal vez después de alguna semana un remordimiento de conciencia, como desgraciadamente ha sucedido en el pasado en algunas situaciones dramáticas como en África. Por ejemplo no pensemos que la situación de las 450 niñas robadas de sus casas sea un caso cerrado. Son aspectos sobre los cuales creo yo, que cualquier persona podría pensar: “esta niña, esta joven podría ser mi hermana, uno de mi familia. ¿Podría yo ser indiferente? ¿No haría de todo para liberarla?
Otros enlaces importantes:
– El Papa envía al cardenal Filoni a Irak (Vatican Insider)
– El cardenal Filoni llegó a Irak y los cristianos agradecen su presencia (AICA)
– El cardenal Filoni y el Patriarca caldeo piden que se intervenga Irak (Religión Digital)
– El Papa pide usar todos los medios para resolver la crisis humanitaria en Irak (Vatican Insider)
Cronología de la visita del cardenal Filoni (Videos)
http://www.youtube.com/watch?v=-qOvw7iAbR0?list=UULB3FgLIasAtHEvlxLMludg
http://www.youtube.com/watch?v=dQNYcy3cWDY?list=UULB3FgLIasAtHEvlxLMludg
http://www.youtube.com/watch?v=WFqAje6sf08?list=UULB3FgLIasAtHEvlxLMludg
Cardenal Fernando Filoni – Perfil
Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Su eminencia monseñor Fernando Filoni nació en Manduria, diócesis de Oria y provincia de Taranto (Italia) el 15 de abril de 1946. Fue ordenado sacerdote el 3 de julio de 1970. Encardinado en la diócesis de Nardo. Es Licenciado en Filosofía y Derecho Canónico. Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede, el 3 de abril de 1981, desempeñó sucesivamente su trabajo en las representaciones pontificias en Sri Lanka e Irán, en la Secretaría de Estado, en Brasil y Filipinas. El 17 de enero de 2001 fue elegido a la sede titular del Volturno, con la dignidad de arzobispo y nuncio apostólico en Jordania e Irak. Recibió la ordenación episcopal del Beato Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro, el 19 de marzo de 2001. El 25 de febrero de 2006 fue nombrado nuncio apostólico en Filipinas. El 9 de junio de 2007, Benedicto XVI lo nombró sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, el 10 de mayo de 2011, lo nombró Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Fuentes:
Agencia Fides / Vatican Insider / Religión Digital / News.va / Rome Reports