El Papa a los jóvenes: “Lleven el Evangelio a todos sus ámbitos, incluido Internet”
“¡Déjense atraer por él! ¡Vivan esta experiencia del encuentro con Cristo, junto a tantos otros jóvenes que se reunirán en Río para el próximo encuentro mundial! Déjense amar por él y serán los testigos que el mundo tanto necesita“, exhorta Benedicto XVI.
El Mensaje, titulado “Id y haced discípulos a todos los pueblos” quiere ser una llamada misionera que resuene con especial fuerza entre los jóvenes, más en el contexto del actual Año de la fe y del desafío de la nueva evangelización. Un llamado al que el Papa anima a responder sin miedo: “Ustedes son los primeros misioneros entre los jóvenes”.
Este llamado misionero se hace también por otra razón: “Es necesario para vuestro camino de fe personal”. Y es que, asegura el Pontífice, “no se puede ser un verdadero creyente si no se evangeliza, un reto que se inserta en la tradición y la misión de la Iglesia: No olvidemos nunca que formamos parte de una enorme cadena de hombres y mujeres que nos han transmitido la verdad de la fe y que cuentan con nosotros para que otros la reciban”.
Valor y creatividad
La evangelización pasa, indudablemente, por el encuentro personal con Jesucristo: “Cuando lo encuentro, cuando descubro hasta qué punto soy amado por Dios y salvado por Él, nace en mí no solo el deseo, sino la necesidad de darlo a conocer a otros”.
Por eso Benedicto XVI recomienda a los jóvenes: “Tengan el valor de ‘salir’ de ustedes mismos hacia los demás y guiarlos hasta el encuentro con Dios”. Una idea, la de no tener miedo, en la que insiste en varios momentos a lo largo del Mensaje: “No tengan miedo de proponer a vuestros coetáneos el encuentro con Cristo. Invoquen al Espíritu Santo: Él los guiará para poder entrar cada vez más en el conocimiento y el amor de Cristo y los hará creativos para transmitir el Evangelio”.
La tarea de anunciar la Buena Noticia debe realizarse en comunión con la Iglesia, y debe llegar a todos los hombres y mujeres, también a los alejados: “Abramos a todos las puertas de nuestro corazón; intentemos entrar en diálogo con ellos, con sencillez y respeto mutuo. Este diálogo, si es vivido con verdadera amistad, dará fruto”, aconseja el Papa.
Y más adelante, añade “cercanía” y “sencillo testimonio”, y actuar “como el buen samaritano”: Debemos tratar con atención a los que encontramos, debemos saber escuchar, comprender y ayudar, para poder guiar a quien busca la verdad y el sentido de la vida hacia la casa de Dios, que es la Iglesia, donde se encuentra la esperanza y la salvación”.
Evangelizar en Internet
Hay dos campos principales para la misión de los jóvenes. Uno es -como viene repitiendo el Papa en los últimos años- “el continente digital”, Internet y las redes sociales: “Sientan el compromiso de sembrar en la cultura de este nuevo ambiente comunicativo e informativo, los valores sobre los que se apoya vuestra vida. (…) Sepan usar con sabiduría este medio, considerando también las insidias que contiene, en particular el riesgo de la dependencia, de confundir el mundo real con el virtual, de sustituir el encuentro y el diálogo directo con las personas con los contactos en la red”, advierte.
El otro es el ámbito de la movilidad, “todos los movimientos migratorios, con los que millones de personas, a menudo jóvenes, se trasladan y cambian de región o país por motivos económicos o sociales. También estos fenómenos pueden convertirse en ocasiones providenciales para la difusión del Evangelio”.
“Como muestra la gran estatua de Cristo Redentor en Río de Janeiro, su corazón está abierto para amar a todos, sin distinción, y sus brazos están extendidos para abrazar a todos. Sean ustedes el corazón y los brazos de Jesús. Id a dar testimonio de su amor, sean los nuevos misioneros animados por el amor y la acogida. Sigan el ejemplo de los grandes misioneros de la Iglesia”, finaliza el Mensaje.
Artículo publicado en la revista Vida Nueva.