Reforma de la curia: transparencia y sinodalidad por decreto
11:00 a.m. | 3 jun 22 (VN/VTN).- La nueva Constitución Apostólica (Praedicate Evangelium) que reforma la Curia Romana es una auténtica apuesta por la “transparencia”. Así lo ha defendido la autoridad de las finanzas vaticanas, Juan Antonio Guerrero Alves, en una jornada de estudio en la Santa Sede. Explicó que esa transparencia se puede apreciar en los filtros y revisiones exigidas a cada transacción financiera, así como a las contrataciones en el Vaticano. Pietro Parolin, Sec. de Estado Vaticano, inició el evento e indicó que la Constitución remarca una actividad de la Curia Romana que no se concibe centrada en el ejercicio del poder, sino en el servicio a todas las instancias de la Iglesia, “bajo un ambicioso objetivo de gobierno en comunión”.
——————————————————————————————–
Praedicate Evangelium: apuesta por la transparencia
En el aula magna de la Pontificia Universidad lateranense se celebró una Jornada de estudio sobre la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium que se promulgó el pasado 19 de marzo sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia y al mundo. Juan Antonio Guerrero Alves, prefecto de la Secretaría para la Economía del Vaticano, comentó aspectos -en el ámbito de las finanzas- de la reforma. La idea central del P. Guerrero fue la transparencia como consigna.
Un ejemplo de esa transparencia, “uno de los principios rectores” de la reforma para el sacerdote español, es que “las transacciones financieras en inversiones deben pasar por el Instituto para las Obras de Religión (IOR) y esas mismas inversiones, si superan los 500.000 euros, deben ser aprobadas por la Secretaría de Economía; con la pandemia, el umbral se había rebajado a 100.000 euros”. Las reformas también llegan a las contrataciones del Vaticano. Para ello, se vetará a las empresas condenadas por fraude o corrupción, a aquellas que tengan sede en paraísos fiscales o evadan impuestos y también a las que no respeten el medio ambiente, según recoge Europa Press.
El prefecto explicó que el Vaticano ya cuenta con un registro único de empresas autorizadas a presentarse y otro registro único con los empleados habilitados para actuar como expertos o adjudicadores. Tras la polémica de la cooperativo del hermano del excardenal Angelo Becciu, se excluirán los parientes hasta el cuarto grado, así como los socios o afines hasta el segundo grado.
Otra cuestión aprobada es el hecho de que las operaciones financieras propias de la Santa Sede tienen como “objetivo ayudar y obtener medios materiales para facilitar y hacer posible la misión de la Curia Romana” pero “sin hacer perder credibilidad a la evangelización de la Iglesia”. Para ello, añadió, “hay que esforzarse para que el funcionamiento de la Curia no se convierta en un impedimento para su misión”. Una tarea en la que, aclaró el cardenal Pietro Parolin, la Secretaría de Estado “conserva un estatus especial en el derecho debido a su tarea específica de asistir estrechamente al Sumo Pontífice en el ejercicio de su misión suprema”.
Una ley para la Curia Romana y su servicio a la Iglesia
En su disertación, el secretario de Estado comenzó recordando que con la publicación de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium se ha realizado uno de los principales objetivos que, desde el inicio de pontificado, se había propuesto Francisco. El Papa había señalado en diversas ocasiones que con la reforma de la Curia Romana deseaba llevar a buen puerto una de las peticiones recurrentes de los cardenales durante las Congregaciones previas al Cónclave de 2013 que lo eligió para la Sede de Roma. Con solo unas semanas de elegido, el Santo Padre ya había expresado su deseo de constituir un “Consejo de Cardenales” específico con la tarea de ayudarlo en el gobierno de la Iglesia y “estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica Pastor Bonus sobre la Curia Romana”. Obra que se ha ido realizando gradualmente a lo largo de estos años.
Al explicar que la reforma prevista se ha aplicado progresivamente a lo largo de estos años, con la creación de nuevos organismos y con los inevitables ajustes posteriores, en instituciones “en rodaje” totalmente nuevas y llamadas a trabajar juntas, ahora, dijo el cardenal Parolin: “La Praedicate Evangelium pretende sacar conclusiones de las experiencias y ajustes de los últimos años, implementando nuevos pasos, por otra parte, ya anunciados por el propio Pontífice, para completar el marco general de la deseada reforma”.
Luego, el secretario de Estado se refirió a los “principios y criterios para el servicio de la Curia Romana” de esta ley en la que se enuncian doce reglas de buena administración, que “sin duda tienen un valor general en la Iglesia”. También dijo que estas reglas “se presentan como factores que guiaron la reforma organizativa de las instituciones de la Curia, pero son sobre todo criterios orientadores que deben guiar y renovar toda su actividad de forma relevante. De hecho, apuntan a una renovación de la gestión indicando los procedimientos de aplicación”. Añadió que su actividad está necesariamente al servicio de la misión de los obispos: “Así como el papel de Pedro está al servicio de la misión de todo el episcopado, la tarea de la Curia romana, que es su instrumento, estará necesariamente al servicio del Colegio episcopal y del ministerio de cada uno de los obispos”.
Se trata –explicó– de “un elemento fundamental que el Santo Padre ha subrayado desde el inicio de su pontificado, y representa una característica central de la nueva ley. Es decir, la institución y la actividad de la Curia Romana no pueden concebirse sólo como funcionales al ejercicio del poder primigenio en sentido estricto, ya que tal tarea debe incluirse en la dinámica colegial del gobierno pastoral de la Iglesia”.
Mecanismos de ayuda
El secretario de Estado recordó asimismo que en una entrevista publicada en La Civiltà Cattolica en septiembre de 2013, respondiendo a una pregunta sobre el papel de los dicasterios romanos, el Santo Padre afirmó claramente que “los dicasterios romanos están al servicio del Papa y de los obispos: deben ayudar tanto a las Iglesias particulares como a las Conferencias Episcopales. Son mecanismos de ayuda”. De manera que “toda la ley trata ahora de declinar concretamente este compromiso, indicando en cada caso y con referencia a las competencias de los respectivos órganos de la Curia cómo alcanzar este ambicioso objetivo de gobierno en comunión. Se apela al diálogo permanente que debe darse entre las instituciones curiales, los obispos y las Conferencias Episcopales”.
Reforma efectiva si se aplica con hombres “renovados”
Otro de los puntos importantes que trató el secretario de Estado es el relativo al ajuste de las “actitudes personales” entre los “principios y criterios para el servicio de la Curia Romana” que propone la Sección Segunda de la nueva ley, y que se refiere a las personas. “En muchas ocasiones, a medida que avanzaba el proceso de reformas organizativas de la Curia, el Papa Francisco manifestó la importancia primordial que tiene la renovación de las personas sobre la puramente organizativa e institucional”.
Asimismo, se detuvo en los argumentos referentes lo indispensable que resulta para el buen funcionamiento de la Curia Romana que el personal que trabaja en ella esté cualificado y tenga la profesionalidad y competencia necesarias. “Aunque son cualidades que se perfeccionan con el tiempo, deben estar presentes desde el principio. Por esta razón, dijo, “varias disposiciones de la nueva Constitución se hacen eco de la necesidad de fomentar el crecimiento personal y profesional del personal previendo su formación continua”.
Una reforma que sigue en curso, se puede corregir, adaptar
Al concluir su presentación en que ofreció una consideración global, tratando de destacar las principales novedades del texto promulgado, el cardenal Parolin dijo que será la doctrina de los canonistas y teólogos la que deberá valorar los diversos aspectos que surjan de la redacción del documento, y será también la práctica la que los confirme o sugiera nuevas correcciones, que, por otra parte, sólo pueden ser continuas en la organización de la Curia Romana, según el constante cambio de la sociedad eclesial, y la necesidad de que estas normas se adapten a ella.
Información adicional
- Marco Mellino: “La constitución no elimina la jerarquía”
- “Comunión y Sinodalidad en el Espíritu de la Nueva Constitución” – Ponencia del Cardenal Marc Ouellet
- Francisco crea una comisión para hacerle una ITV a la Curia
Antecedentes en Buena Voz Noticias
- Las 7 claves de la reforma del gobierno de la Iglesia
- La Iglesia y su gobierno: la idea de estar “siempre en reforma”
Fuentes
Revista Vida Nueva / Vatican News / Foto: Vatican Media