Iglesia en Francia difunde informe sobre abusos a menores
8:00 p.m. | 15 oct 21 (RNS/DW).- El resultado expone cifras catastróficas (más de 300 mil víctimas de las que 80% son menores) pero la Iglesia en Francia dio el paso necesario de nombrar una comisión independiente para investigar y luego difundir públicamente un reporte que da cuenta de los casos de abuso sexual entre 1950 y el 2020. Las víctimas han expresado que este momento marca un punto de inflexión para la Iglesia, y en medio del profundo dolor por lo expuesto, creen que es la oportunidad de hacer reformas. La comisión se conformó con 21 profesionales de diferentes disciplinas, y su reporte incluye 45 recomendaciones para evitar que algo así se repita.
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Tal como se anunció a la prensa, el informe de la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (CIASE) en su totalidad es extenso y detallado. El trabajo de los 21 miembros de la comisión independiente, nombrada por los obispos y religiosos de Francia, fue laborioso e intenso. Se observó además que entre los miembros no se consideró ningún funcionario de la Iglesia, para evitar conflictos de intereses. En la apertura de la conferencia de prensa, el presidente, Jean-Marc Sauvé, citó una carta de una víctima para decir que lo que ha surgido en casi dos años y medio puede ser a veces “desestabilizador y desalentador”, pero da esperanza “de un nuevo comienzo”, de “otra relación” con esta historia de dolor.
Una “atmósfera humana”, subrayó un miembro de la Comisión, caracterizó la escucha de las víctimas, un aspecto central en la redacción del informe. En nombre de los sobrevivientes, François Devaux, fundador de la asociación de víctimas La Parole Libérée, se ha dirigido visiblemente enfadado a los obispos: “Ustedes son una vergüenza para nuestra humanidad, han pisoteado la obligación de proteger la vida y la dignidad de la persona, que es la esencia misma de su institución. Deben pagar por todos estos delitos”. pero también de gratitud por el trabajo de la Comisión.
Luego, Devaux expresó su gratitud por el trabajo de la comisión: “Es del infierno que ustedes han regresado. Han estudiado los detalles más oscuros y abyectos que el hombre sabe engendrar en sus neurosis”. Devaux pidió a la Iglesia reformas profundas, considerando que el informe habla de un problema “sistémico”. Durante largo tiempo se trató a las víctimas con indiferencia e incluso crueldad. Muchas cosas se ocultaron y negaron. Solo a partir del año 2000 se tomaron medidas para evitar tales abusos y ocuparse de esos casos, pero de manera insuficiente.
Se calcula que 216 mil personas fueron agredidas por clérigos
El Presidente del CIASE, Jean-Marc Sauvé, presentó el contenido del informe (que tiene 485 páginas, con más de 2000 páginas de apéndices) aportando un gran número de datos precisos que se recogieron atravesando varias disciplinas, desde la medicina hasta la teología, pasando por la sociología, la antropología, la psiquiatría y el derecho civil y canónico. Sobre todo, la investigación permitió entrar en contacto con miles de víctimas. Como ya se ha comunicado en la prensa, el CIASE ha dado una estimación de 2900 a 3200 sacerdotes y religiosos implicados en delitos de pederastia en Francia entre 1950 y 2020.
Pero eso es una estimación mínima: una gran encuesta de población general estima que un total de 216000 personas en Francia hoy en día (con un margen de error de 50000) han sido agredidas sexualmente por sacerdotes y religiosos católicos, un tercio de las cuales fueron violadas. Si incluimos las agresiones cometidas por laicos (especialmente en las escuelas), esta estimación se eleva a 330000 personas. Además, la investigación encontró que el 60% de las víctimas habían sufrido serios disturbios en su vida posterior en su vida emocional y sexual, y se cree que la mayoría de los casos evaluados por el panel son demasiado antiguos para ser procesados bajo la ley francesa.
El llamado a una “acción enérgica”
Denunciando la mentalidad corporativista de la Iglesia católica, que durante mucho tiempo ha tratado de encubrir estos casos (en particular, condicionando el silencio de las víctimas a las indemnizaciones), Jean-Marc Sauvé pidió una “acción enérgica”, que incluya el reconocimiento de los actos del pasado y medidas preventivas en la formación y el discernimiento vocacional. Advirtió sobre una excesiva sacralización de la persona del sacerdote. El informe del CIASE hace 45 recomendaciones específicas, entre las que se incluyen un refuerzo de los mecanismos de control interno, una mejor definición del papel del obispo para evitar que sea juez y parte, y una mayor participación de los laicos en el gobierno de la Iglesia.
Llamando a un “trabajo de verdad, perdón y reconciliación”, Jean-Marc Sauvé subrayó que la Iglesia católica es “un componente esencial de la sociedad” y que debe trabajar para “restablecer un pacto que ha sido dañado”. “Nuestra esperanza no puede ser ni será destruida. La Iglesia puede y debe hacer todo lo posible para restaurar lo que se ha dañado y reconstruir lo que se ha roto”, concluyó, saludando el valor de las víctimas.
Plena independencia
El abogado Jean-Marie Burguburu, presidente de la Comisión estatal de Derechos Humanos y miembro de la Comisión CIASE, remarcó la total independencia con que trabajó el grupo. Marie-Jo Thiel, directora del Centro Europeo de Estudios Éticos de la Universidad de Estrasburgo, subraya que todos los sectores valoran la integridad de Sauvé. Indica igualmente que la independencia de la comisión se funda en el sistema francés de estricta separación de la Iglesia y el Estado. A esa independencia se debe seguramente que el resultado de la investigación haya causado tanta sorpresa. “Nadie había contado con que el abuso estuviera tan extendido en nuestra Iglesia”, dice el arzobispo Olivier Leborgne, vicepresidente del episcopado francés.
En su discurso, el arzobispo Eric de Moulins-Beaufort, presidente del episcopado francés, describió la situación como “espantosa”, que “supera lo que podríamos suponer”. A las víctimas “les expreso mi vergüenza así como mi determinación de actuar con ellas para que desaparezca la negativa a ver, a escuchar, el deseo de esconder u ocultar, la renuencia a denunciar públicamente. Mi deseo hoy es pedirle perdón”.
Primeras reacciones
Luego de la publicación del reporte, desde el Vaticano, el papa Francisco expresó a las víctimas toda su tristeza y dolor por el trauma que han sufrido, y “la vergüenza por el hecho de que la Iglesia no les haya colocado durante demasiado tiempo en el centro de sus preocupaciones”. Luego a los sacerdotes y religiosos los animó a que sigan haciendo todo lo posible para que no se repita esta tragedia, y les expresó su cercanía, “ante esta prueba, que es dura pero saludable, e invito a los católicos franceses a asumir sus responsabilidades para que la Iglesia sea un hogar seguro para todos”.
El presidente de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores, el cardenal Seán Patrick O’Malley, dejó en claro que desde el Vaticano están comprometidos “con la defensa enérgica de los derechos de los supervivientes, y con la educación para la prevención de los abusos, la transparencia, la responsabilidad y la tolerancia cero”. Por su parte, mons. Charles Scicluna, experto en investigaciones canónicas sobre abusos cometidos por clérigos, instó a “actuar de forma más decidida y positiva” ante las cifras del informe, y explicó que en adelante se necesita un compromiso renovado con la formación de los futuros sacerdotes y la capacidad de reaccionar con claridad y determinación cuando se enfrentan a una acusación de abuso.
Para el monje franciscano Michel Laloux, el informe pone en tela de juicio el clericalismo, es decir, la influencia de la Iglesia. “Nuestra estructura debe volverse más democrática y necesitamos más mujeres en funciones directivas”, dice. Coincide en que hay que acompañar e indemnizar a las víctimas, pero no cree que la abolición del celibato resolvería el problema.
Francisco promulgó en mayo de 2019 una nueva ley eclesiástica que obliga a todos los sacerdotes y religiosos católicos a denunciar ante las autoridades de la Iglesia los abusos sexuales del clero y el encubrimiento por parte de sus superiores. En junio, Francisco dijo que era necesario un proceso de reforma y que cada obispo debía asumir la responsabilidad de la “catástrofe” de la crisis de los abusos sexuales.
La impactante estimación de más de un cuarto de millón de víctimas potenciales empequeñece las cifras publicadas por otros países que también se han enfrentado a un ajuste de cuentas nacional con los abusos sexuales de la Iglesia. Pero cada país ha investigado el problema de forma diferente. En lugar de limitarse a casos concretos, el informe de Francia hizo una estimación de la magnitud global del problema, extrapolando el número de víctimas a partir del estudio de incidentes concretos y de encuestas a nivel nacional.
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Fuentes
Vatican News / Deutsche Welle / Vida Nueva / Religion News Service / AFP / Foto: Jeff Pachoud (AFP)