En la “periferia de la periferia”: Francisco visita Papúa Nueva Guinea

4:00 p.m. | 12 set 24 (NCR/LN).- El uso justo de sus recursos, menos corrupción entre las autoridades, más respeto para las mujeres y el fin de la violencia tribal. Eso pidió el Papa en la segunda parada de su extenso viaje por Asia-Oceanía, durante su visita a Papúa Nueva Guinea. A pesar de albergar enormes reservas naturales, alrededor del 40% del país vive en la pobreza, alimentada por la inestabilidad del gobierno y desastres naturales. Francisco también apeló a las raíces cristianas comunes (más del 90% de la población) para animarles a trabajar juntos por el bien común.

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Pocos saben dónde queda Papúa Nueva Guinea. Está ubicada en Oceanía, en la segunda isla más grande del mundo, y es uno de los países menos explorados, donde se hablan más de ochocientas lenguas de otros tantos grupos étnicos. Rodeada de barreras coralinas, con una de las floras y faunas más sorprendentes y enormes recursos minerales, debería ser un paraíso. Pero es uno de los países más olvidados y pobres del mundo, explotado por multinacionales, marcado por alta criminalidad, violencia tribal, abusos a mujeres, sida, inestabilidad política y severos efectos del cambio climático.

“Se desaconseja el viaje bajo cualquier circunstancia”, recomiendan las cancillerías. Pero Francisco igual llegó al país más remoto de su maratón a cuatro destinos, para ponerlo bajo los reflectores y alentar a su castigada población, que, agradecida por esto, lo recibió con calidez. Indígenas de diversas tribus, algunos semidesnudos, con plumas, con caras y cuerpos pintadas, lo honraron durante la jornada con danzas típicas. Algunos niños incluso aprendieron para la ocasión a tocar una versión con violines y bombos, con ritmos de Melanesia, del himno argentino, algo que el Papa, de excelente forma y entusiasmado por este viaje a la otra punta del mundo, agradeció repartiendo caramelos.

“Su país, además de islas y lenguas, también es rico en recursos de la tierra y de las aguas. Estos bienes están destinados por Dios a toda la colectividad”, recordó el Papa, que repitió dos veces este concepto. “A toda la colectividad”, insistió. “Y aunque para su explotación sea necesario recurrir a competencias más amplias y a grandes empresas internacionales, es justo que se tenga debidamente en cuenta en la distribución de los ingresos y la utilización de la mano de obra las necesidades de las poblaciones locales, de manera que se produzca una mejora efectiva de sus condiciones de vida”, agregó, en su primer discurso ante autoridades locales.

Francisco aludió así a la contradicción implícita en el hecho de que la inmensa riqueza de Papúa Nueva Guinea, que tiene minas de oro, cobre y níquel, y yacimientos de petróleo y gas, así como ingentes recursos hídricos, energéticos y forestales, jamás ha beneficiado a su población de casi 9 millones de habitantes. Un tercio, en efecto, vive bajo el umbral de la pobreza, con una esperanza de vida que alcanza apenas los 67 años debido a las pésimas condiciones sanitarias, falta de infraestructuras -caminos, agua potable, red eléctrica- y falta, sobre todo, de educación.

VIDEO. Francisco pone el dedo en las heridas de Papúa Nueva Guinea

 

La mayoría de la gente es analfabeta, hay una altísima desocupación y una creciente criminalidad. Justamente por eso recomiendan no viajar a este país a menos que no sea realmente necesario, no hay turismo pese a a ser un lugar que lo merecería y recomiendan a los periodistas del vuelo papal no salir del hotel -un oasis blindado y protegido por muros y guardias armados-, si no cuentan con seguridad. Port Moresby -que debe su nombre al explorador británico John Moresby-, donde viven unos 325.000 habitantes, es considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo debido a bandas criminales llamadas “raskol”, alto consumo de droga, trata de personas.

Papúa Nueva Guinea, ubicada al norte de Australia, ha tenido una historia compleja. En el siglo XIX, europeos dividieron la isla: los holandeses e indonesios tomaron el oeste, mientras que los alemanes y británicos el este. Australia administró el territorio dividido hasta su independencia en 1975. Y si al principio fueron las potencias coloniales europeas las que explotaron las inmensas riquezas, después, debido a una clase política cuestionable y corrupción, las cosas no cambiaron demasiado. Y hoy son las grandes multinacionales y la cercana Australia quienes siguen controlando los negocios.

En este marco de enormes desigualdades, marginación y tensiones tribales ancestrales en las zonas más remotas, la Iglesia tiene un rol clave, sobre todo en el campo de la educación, la salud y en la defensa de los descartados. El 70% de las escuelas son manejadas por Iglesias cristianas, entre las cuales más de 3000 son católicas; además, la Iglesia es esencial en la asistencia de los últimos: niños de la calle, enfermos, discapacitados, mujeres violadas, abusadas o rechazadas porque las acusan de brujería, como contó una religiosa en un encuentro con el Papa.

La violación de mujeres es otro drama de Papúa Nueva Guinea: algunas estimaciones indican que dos de cada tres mujeres han sido violadas. En su saludo oficial, el gobernador general Bob Bofend Dadae -representante del rey Carlos III ya que Papúa Nueva Guinea es parte del Commonwealth-, amén de agradecer la visita del Papa -la tercera de un Pontífice después de las que hizo Juan Pablo II en 1984 y 1995-, aludió a la necesidad de que se respete y defienda a la mujer. Y destacó el compromiso de la Iglesia católica en este sentido.

“Usted ha mencionado a las mujeres”, le respondió a su turno Francisco, saliéndose del discurso preparado. “Ellas son las que sacan adelante el país, ellas tienen la fuerza de dar la vida, de construir y hacer crecer un país. No olvidemos a las mujeres, que están en primera línea del desarrollo humano y espiritual”, subrayó Francisco. Además, en su discurso pidió “que cesen las violencias tribales” que causan ríos de sangre en el interior selvático e impenetrable del país, y que pueda resolverse definitivamente la cuestión de la isla de Bouganville. Se trata de la mayor isla del archipiélago de las Salomón, que quiere independizarse de Papúa y actualmente goza de una autonomía especial, donde una guerrilla secesionista provocó una guerra civil con miles de muertos.

VIDEO. Un niño pregunta al papa: ¿Por qué no tenemos oportunidades como otros niños?

 

Finalmente, a los cristianos, que son la mayoría en Papúa Nueva Guinea, el Papa los exhortó a no reducir la fe a una observancia de ritos y preceptos, sino a que ésta consista en amar y seguir a Jesucristo, inspirando las mentes y las acciones, porque “la fe podrá ayudar a la sociedad entera a crecer y encontrar soluciones, buenas y eficaces, a sus grandes desafíos”.

Después se reunió con el clero, religiosas y catequistas -que llegaron incluso de países cercanos- en un santuario levantado por salesianos en las afueras de esta capital. Allí también fue recibido y homenajeado por indígenas de toda edad y de diversas tribus. “De mi diócesis vinieron cien, algunos caminaron durante días, otros vinieron en lancha, sólo para ver al Papa. Muchos nunca habían venido a Port Moresby”, contó Fátima Benito, una religiosa de las Hermanitas de los Enfermos. “Es una bendición la presencia del Papa”, dijo la hermana Angélica Quirante, misionera filipina salesiana que trabaja en el Instituto Tecnológico Don Bosco, que consideró que es la educación el principal desafío en este rincón del mundo.

Ante todos ellos, el Papa recordó que los misioneros que llegaron a este país a mediados del siglo XIX, encontraron miles de dificultades -incluso hubo algunos masacrados y comidos por caníbales-, pero jamás se rindieron. Y les indicó un rumbo importante hacia el cual dirigir sus salidas: “el de las periferias de este país”.

“Me refiero en concreto a las personas de los sectores más desfavorecidos de las poblaciones urbanas, así como a aquellas que viven en las zonas más remotas y abandonadas, donde a menudo falta lo indispensable”, señaló. “Pienso también en las personas marginadas y heridas, tanto moral como físicamente, a causa de los prejuicios y las supersticiones”, agregó.

“La Iglesia quiere estar particularmente cercana a estos hermanos y hermanas, porque en ellos, Jesús está presente de un modo especial, y donde está Él —nuestra cabeza— allí estamos también nosotros”. Con este encuentro, Francisco terminó su primer día en Papúa Nueva Guinea, y tenía para el día siguiente la actividad más emblemática de su visita.

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El Papa en Vanimo, la periferia de la periferia

En la remota localidad costera de Vanimo, en el extremo noroccidental de Papúa Nueva Guinea, los católicos suelen esperar semanas o meses para recibir la visita de un sacerdote. Excepto el domingo 8 de septiembre, cuando Francisco, transportado por un avión de la Fuerza Aérea Australiana, aterrizó en el umbral de la selva para ir donde ningún Papa había visitado antes y transmitir un sentido mensaje a una naciente comunidad católica: “Llevan a cabo algo muy lindo, y es importante que no se queden solos”.

El catolicismo llegó a Papúa Nueva Guinea a mediados del siglo XIX, pero no llegó a esta parte del país hasta hace unos 50 años. Mientras el Papa contemplaba a miles de católicos -muchos con tocados de plumas de colores y faldas de hierba y rodeados de la flora tropical- comentó que le evocaban imágenes del Jardín del Edén.

Hace años que el Papa deseaba visitar esta lejana región, después de conocerla a través de su compatriota, el sacerdote misionero Miguel de la Calle, del Instituto del Verbo Encarnado, que ha prestado sus servicios en la zona durante casi tres décadas. Ahora, tras años de correspondencia con la comunidad y dos horas de vuelo desde la capital, Port Moresby, Francisco ha logrado lo que muchos consideran la parada más exigente de un viaje de 12 días por Asia y Oceanía, ya de por sí audaz, para el Pontífice de 87 años.

Con una población de poco más de 11.000 habitantes, muchos católicos contaron que habían caminado varios días para llegar al encuentro con el Papa. Aunque hubo mucho júbilo a la llegada, nadie trató de ocultar las dificultades a las que se enfrentan. Steven Abala, catequista, habló al Papa de las dificultades de ejercer su ministerio en una zona donde los católicos esperan semanas o meses para ver a un sacerdote o recibir los sacramentos. “La mayoría de nosotros somos catequistas misioneros que dejamos nuestros hogares para servir a los católicos en otros pueblos donde no hay otro catequista presente”, dijo, antes de pedir al Papa sus continuas oraciones y bendiciones. Cuando terminó su testimonio, Abala regaló al Papa un tocado de plumas local, que Francisco se puso inmediatamente.

En su discurso, el Santo Padre ha hecho un breve repaso de lo que los misioneros, desde el siglo XIX, han aportado a la población papuana en este lugar. Obras como escuelas, hospitales y centros de asistencia de todo tipo, por supuesto, pastoral, emprendidas “debiendo afrontar no pocas dificultades, para ser instrumentos de paz y de amor”. Les ha dicho que la naturaleza que les rodea, y que evoca el Edén, es un regalo que Dios les confía a ellos. También les ha explicado que hay otro espectáculo además del natural: el de amarse como hermanos. Un signo de este amor es, por ejemplo, el de acudir a las comunidades lejanas para llevar los sacramentos o la Palabra de Dios.

VIDEO. Francisco viaja a un pueblo remoto de Papúa invitado por misioneros argentinos

 

“Llevan a cabo algo muy lindo, y es importante que no se queden solos, sino que toda la comunidad los apoye”, ha subrayado Francisco. Por eso, ha pedido a todos que sean misioneros allá donde se encuentren para que “a la belleza del paisaje, corresponda la belleza de una comunidad en la que las personas se aman, como nos ha enseñado Jesús”.

Francisco les ha explicado que así formarán algo como una gran orquesta que será capaz, “con sus notas, de acabar con las rivalidades, de vencer las divisiones —personales, familiares y tribales— de expulsar del corazón de las personas el miedo, la superstición y la magia; de terminar con los comportamientos destructivos como la violencia, la infidelidad, la explotación, el consumo de alcohol y drogas, males que aprisionan y hacen infelices a tantos hermanos y hermanas, también aquí”. El Papa les ha invitado a difundir que “el amor es más fuerte que todo esto y su belleza puede curar el mundo, porque tiene sus raíces en Dios”.

“El tesoro más fascinante está en sus corazones y se manifiesta en la caridad con la que se aman”, ha destacado el Pontífice. Les ha indicado que, viviendo así, podrán hacer que Papúa sea famosa no solo por su belleza, sino por las buenas personas que la pueblan. Y ha dejado una misión especial a los más jóvenes del lugar: “Les digo especialmente a ustedes, niños, con sus sonrisas contagiosas y su alegría desbordante, que fluye en todas direcciones. Son la imagen más hermosa que quienes parten de aquí pueden llevarse y conservar en el corazón”.

Mientras la efusiva multitud se deleitaba con su presencia, Francisco, que ha insistido en que las periferias de la Iglesia son más importantes que su centro institucional, se deleitó al ver la universalidad de la Iglesia católica en Papúa Nueva Guinea. Al terminar, Francisco depositó una rosa dorada a los pies de una estatua de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, que los misioneros llevaron hace 25 años y que ahora forma parte de la piedad popular en Vanimo. También pasó un rato en privado con los misioneros argentinos antes de regresar al avión que le llevó de vuelta a Port Moresby.

VIDEO. Con un tocado de plumas, el Papa encuentra el “Edén” en Papúa Nueva Guinea

 

Labor misionera en las periferias

En vísperas de la visita del Papa, el padre Miguel compartió la historia de cómo surgió la invitación al Papa para visitar Vanimo. El Instituto del Verbo Encarnado (IVE), un instituto religioso católico fundado en Argentina en 1984 al que pertenecen los sacerdotes misioneros, abrió una misión en Vanimo en 1997. Francisco “conoció el trabajo que hacemos aquí” cuando uno de los miembros de la comunidad, el padre Martín Prado, se reunió con él en el Vaticano y le explicó su labor. Francisco quedó impresionado por lo que hacían en “la periferia de las periferias” y prometió visitarlos.

“Es difícil llegar a Vanimo”, dijo el padre Miguel, porque esta zona de Papúa Nueva Guinea tiene muy pocas infraestructuras. “Sólo se puede llegar -desde Port Moresby- en avión o por mar”. Son tres los sacerdotes argentinos en la misión de Vanimo, y también hay una comunidad de religiosas, las Siervas de la Virgen de Matara. “Ellas dirigen un hogar para niñas y mujeres abandonadas, maltratadas o con alguna discapacidad, y es el único lugar de este tipo en esta parte del país”, explica el misionero.

Además de la labor de evangelización y catequesis y de ayudar al obispo local, Francisco Meli, la comunidad también dirige una escuela secundaria y ha creado un coro y una orquesta juvenil de cuerda, “La Orquesta Reina del Paraíso”. La orquesta se creó, según el padre Miguel, en respuesta a los continuos ciclos de violencia contra y entre los jóvenes de la zona. “Fue entonces (al ver lo que estaba ocurriendo) cuando pensé que la música podía ayudar a transformar todo esto, y que los que tocan llegarían a sentirse valorados y que los demás les valorarían”, explicó.

La orquesta fue diseñada “para rescatar socialmente a niñas y niños a través de la música, siguiendo el sistema venezolano de Antonio Abreu”, dijo, refiriéndose al famoso director de música venezolano que en 1975 fundó “El Sistema”, un innovador método de educación juvenil en el que la música es la principal vía para la mejora social e intelectual, a menudo llamado “música para el cambio social”. En 2021, la orquesta (única de su clase en el país) tocó ante el Primer Ministro y el Parlamento. También se han presentado ahora ante el papa Francisco.

VIDEO. La Periferia en el corazón del viaje del Papa: Perspectivas desde PNG

Actividades centrales del papa Francisco en Papúa Nueva Guinea

1) Encuentro con autoridades y la sociedad civil (7 de septiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video completo

2) Visita a niños con discapacidad en la Escuela Secundaria Técnica de Cáritas (7 de septiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video completo

3) Encuentro con el clero, personas consagradas y catequistas (7 de septiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video completo

4) Santa Misa en el estadio “Sir John Guise” (8 de septiembre)
Reseña completa en Vatican News / Homilía completa / Video completo

5) Encuentro con los fieles de la diócesis de Vanimo (8 de septiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video completo

6) Encuentro con los jóvenes en el estadio “Sir John Guise” (9 de septiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video completo

VIDEO. Imágenes de los más destacado del Papa en PNG

Información adicional
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Fuentes

La Nación / National Catholic Reporter / Revista Alfa y Omega / America Magazine / Videos: Rome Reports – Vatican News – Canal Orbe 21 – AFP / Fotos: AFP – AP

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