Sínodo: ¿Cuáles son las prioridades? Comunión, participación y misión

3:00 p.m. | 30 set 23 (NCR/RD).- En las últimas semanas, varios medios han ido señalando los temas más importantes que deberá abordar el Sínodo sobre la Sinodalidad a iniciarse en los próximos días. Cuestiones como la posibilidad de sacerdotes casados, el diaconado femenino e incluso la bendición de parejas homosexuales han marcado la pauta. Se espera que todo eso forme parte del debate, pero el jesuita Thomas Reese recuerda que centrarse en eso no es precisamente el hilo central propuesto en el documento de trabajo: “que el fruto de la asamblea sea que el Espíritu nos inspire a caminar unida como pueblo de Dios”.

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Se espera que el sínodo aborde las cuestiones que han estado en la mira de los medios de comunicación, más todavía al acercarse el inicio de la Asamblea. Pero hacer de estos temas el foco principal del sínodo sería un gran error. Con toda seguridad, no son centrales en el Instrumentum laboris, o documento de trabajo, que guiará las reuniones iniciales del sínodo, ni tampoco lo son en la mente del papa Francisco.

Tanto en el documento como para el Papa, los temas prioritarios son la comunión, la participación y la misión. Si el sínodo no fomenta una mayor comunión, participación y misión, entonces será un fracaso. La esperanza de Francisco es que el fruto de la próxima asamblea sea que el Espíritu inspire a la Iglesia a caminar unida como pueblo de Dios en fidelidad a la misión que el Señor le ha encomendado.

La comunión es un elemento central de lo que somos como Iglesia. Según el Instrumentum laboris, que cita el Concilio Vaticano II, la Iglesia es signo e instrumento de la unión con Dios y de la unidad de toda la humanidad. La gente debería apreciar esta unión con Dios y esta unidad humana en la vida de la Iglesia. La Iglesia debe ser un medio privilegiado para que las personas alcancen esta unión. Fomentar esa comunión es la esencia de lo que significa ser una Iglesia sinodal- Si olvidamos esto mientras discutimos sobre quién puede o no puede ejercer el ministerio, entonces no entendemos nada.

Del mismo modo, discutir sobre quién puede ser sacerdote no debe hacernos olvidar que todos somos responsables de la misión de la Iglesia al servicio del Evangelio. Si todos aceptáramos nuestra responsabilidad en la misión de la Iglesia, no habría el gran desbalance a favor del clero al influenciar en la vida de la Iglesia.

Nuestra necesidad de comunión y nuestra corresponsabilidad en la misión nos llevan a plantearnos cuestiones sobre la participación, el gobierno y la autoridad, donde la autoridad es el servicio y las decisiones se toman a través del discernimiento. La participación y el discernimiento no son sólo para el sínodo; son la esencia de cada iglesia local.

Esto no quiere decir que el sínodo ignore los problemas reales del mundo. El Intrumentum laboris, que considera los insumos de la fase de escucha a los fieles, informa de las situaciones particulares que vive la Iglesia en distintas partes del mundo. Entre ellas, demasiadas guerras, la amenaza del cambio climático, así como “la explotación, la desigualdad y una cultura de usar y tirar, y el deseo de resistir a la presión homogeneizadora del colonialismo cultural que aplasta a las minorías”. A esto se añade “la persecución hasta el martirio”, así como las heridas provocadas por los abusos sexuales y el abuso de poder, conciencia y dinero en la Iglesia.

Los progresistas están pensando en pequeño. A través del sínodo, Francisco está pidiendo una sacudida espiritual mucho mayor de lo que nadie puede imaginar. No busca unos cuantos miles de nuevos clérigos para mantener a la Iglesia en pie. Quiere un movimiento de masas que haga que el Evangelio esté vivo en nuestro tiempo. Por otro lado, los católicos conservadores temen que este movimiento se descontrole. Quieren que el Espíritu esté bajo el pulgar de la jerarquía.

Según el Instrumentum laboris, esta revolución ya ha comenzado en los preparativos del sínodo: “La primera fase renovó nuestra conciencia de que nuestra identidad y vocación es llegar a ser una Iglesia cada vez más sinodal: caminar juntos, es decir, llegar a ser sinodales, es el camino para llegar a ser verdaderamente discípulos y amigos de aquel Maestro y Señor que dijo de sí mismo: ‘Yo soy el camino’ (Jn 14,6)”.

Las conversaciones espirituales que han tenido lugar en parroquias y diócesis de todo el mundo ya han fomentado la comunión y han ayudado a las personas a ser más conscientes de su responsabilidad en la misión de la Iglesia al servicio del Evangelio. La Iglesia sinodal comenzó a crecer en las bases y es de esperar que florezca en el sínodo de Roma. La esperanza es que el sínodo “siga animando el proceso sinodal en la vida ordinaria de la iglesia, identificando qué caminos nos invita el Espíritu a recorrer con más decisión como un solo Pueblo de Dios”, según el Instrumentum laboris.

Francisco está apostando su papado a la esperanza de que estas ondas locales de sinodalidad se combinen en un tsunami que transforme a la iglesia para que sea verdaderamente un signo e instrumento de comunión con Dios y de unidad de toda la humanidad. La Iglesia se convertirá en el instrumento de Dios para la transformación del mundo.

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Sínodo: 464 participantes, también dos obispos de China presentes

Cuatrocientos sesenta y cuatro participantes, 365 miembros (“Como los días del año: 364 más el Papa”), entre ellos 54 mujeres votantes. Entre los miembros, también dos obispos chinos propuestos por la Iglesia local “de acuerdo con las autoridades” y nombrados por el Papa. Estos son los números del próximo Sínodo sobre la sinodalidad que comenzará el próximo 4 de octubre en el Vaticano hasta el 29 del mismo mes. Cuatro semanas, marcadas por diversas citas, que verán a los cardenales, obispos, religiosos y laicos de todo el mundo reunidos en el Aula Pablo VI para trabajar con nuevas tabletas a través de las cuales cada participante podrá votar, descargar y leer documentos “para evitar el derroche de papel”.

Esta semana se publicó la lista “completa y definitiva” de los participantes-1 y el calendario de los actos de la próxima asamblea. Los presentaron en la Sala de Prensa vaticana Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación y también presidente de la Comisión para la información, flanqueado por el padre Giacomo Costa, secretario especial de la asamblea, y monseñor Luis Marín de San Martín, subsecretario de la Secretaría general del Sínodo.
https://www.synod.va/es/news/ESP-the-participants-of-the-16th-general-assembly-of-the-synod-of-bishops.html

Fueron muchos los momentos de oración para reafirmar la naturaleza, sobre todo espiritual, de un evento de discernimiento y escucha que es cualquier cosa menos –y vuelven de nuevo las palabras del Papa– un “parlamento” o una “tertulia”. Y precisamente para salvaguardar este aspecto, el Pontífice, como reiteró también en la reciente rueda de prensa en el avión desde Mongolia, desea una comunicación “respetuosa de las intervenciones de todos” y que “tratará de no ser charlatana, sino de decir justamente las cosas sobre el curso sinodal que son constructivas para la Iglesia”, para “transmitir el espíritu eclesial, no el político”.

Los eventos, módulos y reflexiones

Todos los participantes la noche del 30 de septiembre, tras la vigilia ecuménica Together (“Juntos”) en la Plaza de San Pedro, se han trasladado a la localidad de Sacrofano para un retiro espiritual hasta el 3 de octubre. Otros “pilares” serán después la inauguración solemne con misa celebrada por el Papa el miércoles 4 de octubre; misas diarias en el Altar de la Cátedra con todos los participantes; una peregrinación aún por definir el 12 de octubre; el 19 la oración “juntos” por los emigrantes y refugiados, “en la que al Papa le gustaría mucho participar” y el 25 de octubre el rezo del Rosario en los Jardines Vaticanos.

Los momentos que puntúan el desarrollo de la asamblea están articulados en cinco módulos: los cuatro primeros sobre las distintas partes del Instrumentum laboris y la “sesión de conclusiones para debatir y afinar el informe y la síntesis”. En las sesiones de los Círculos menores, “los grupos trabajarán en profundidad”.

“El Papa –explicaron los relatores– tiene mucho interés en que no surjan voces individuales en contraposición, sino que invita a pasar de lo que cada uno en su oración y reflexión ha podido elaborar a un tejido común y a la posibilidad efectiva de confrontación”. El jesuita Costa explicó que habrá 35 grupos de 11 personas y un facilitador: 14 serán en inglés, 7 en español, 5 en francés, 8 en italiano y 1 en portugués. La mitad de la asamblea eligió el inglés como primera lengua, y el italiano como segunda.

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“Together”, la gran Vigilia Ecuménica previa al Sínodo

El silencio: este es el concepto central de la breve homilía del papa Francisco durante la vigilia ecuménica de oración “#Together2023” (“Juntos” en español) celebrada este sábado 30 de septiembre en la Plaza de San Pedro. En las vísperas del inicio del retiro espiritual que precederá la apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Santo Padre reflexionó sobre la relevancia del silencio en la vida del creyente, de la Iglesia y en el camino de la unidad de los cristianos.

El Obispo de Roma habló frente a unos 18.000 miembros del Santo Pueblo Fiel de Dios, entre Cardenales creados durante el consistorio público ordinario de esta mañana, jóvenes de distintos países de Europa, sacerdotes, diáconos, laicos, laicas y doce líderes de diversas confesiones cristianas. A todos ellos el Papa agradeció al inicio de su discurso.

Francisco meditó sobre el silencio en la vida de la Iglesia y explicó que “hace posible una comunicación fraterna, en la que el Espíritu Santo armoniza los puntos de vista… Ser sinodales quiere decir acogernos así, unos a otros, con la convicción de que todos tenemos algo que testimoniar y aprender”.

“Caminemos juntos, no sólo los católicos, sino todos los cristianos, todo el Pueblo de los bautizados, todo el Pueblo de Dios, porque sólo el conjunto puede ser la unidad de todos”. El papa Francisco, abrazado al patriarca Bartolomé, líder de los ortodoxos; al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, responsable de la Comunión Anglicana; y hasta doce líderes religiosos, convocados por la Comunidad de Taizé, clamaron por la unidad entre los cristianos.

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Fuentes

National Catholic Reporter / Vatican News / Religión Digital / Videos: Rome Reports / Foto: Remo Casilli – AP