“La Iglesia debe hacer política, no partidaria, sino de construcción de los pueblos”
3:00 p.m. | 22 abr 22 (VN/ALC).- Reconocido defensor del debate político que se manifieste desde “la experiencia de la realidad” (y no desde ideologías) el filósofo y político Rocco Buttiglione, presentó su libro “Caminos para una teología del pueblo y de la cultura”. Un reciente coloquio internacional, organizado por la Academia de Líderes Católicos de Latinoamérica, fue el espacio elegido para el evento, y en donde Buttiglione, asesor de Juan Pablo II en materia social, comentó que el perfil del papa Francisco es bastante político pero con la mira puesta en el desarrollo de los pueblos, y no en agendas partidarias o ideológicas. Con respecto a los desafíos actuales comentó: “En este tiempo de populismos, necesitamos políticos y líderes con corazón de pueblo, pero también cabeza para entender la complejidad del mundo de hoy”.
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“Este libro nace de una experiencia de Iglesia, de escuchar y formular de manera crítica y rigurosa de una experiencia, de acoger lo que dicen mis amigos, de dejar que la Iglesia que me conteste a mí para convertirme, de mi seguimiento a Jesús”. Con esta reflexión, el pensador Rocco Buttiglione justificó la publicación de “Caminos para una teología del pueblo y de la cultura”, que cuenta con un prólogo elaborado por el Papa Francisco.. Como consejero de la Academia de Líderes, sostuvo que “la Iglesia tiene que hacer política, pero la política de la Iglesia no es la política de los partidos sino la de la construcción de los pueblos y las naciones. No necesitamos políticos geniales, sino pueblos vivos y nuevos”. Así, expuso cómo la Iglesia no es el único actor que debe abordar este reto, pero sí debe comprometerse como uno más en ello.
En esta misma línea, planteó cómo debería ser la presencia de los políticos católicos: “Somos socialistas, demócratas cristianos o de Vox, pero antes que todo, somos católicos, universales. Dentro de esta universalidad, cada uno encuentra su espacio adecuado”, apreció, si bien alertó que fuera de ella “no hay sinfonías sino choque”. Por eso, apuntó a los presentes que “no debemos tener miedo a las contradicciones” fruto de los posicionamientos particulares, si se viven desde “la comunión con Jesucristo”. Buttiglione advirtió de que “vivimos un tiempo de populismos”. Frente a ello, el pensador italiano apuntó que “necesitamos una nueva clase de líderes que tengan entraña y corazón de pueblo, pero también cabeza para entender la complejidad del mundo de hoy”.
Junto a esta idea, también se sumó a la propuesta del papa Francisco de construir una “patria grande”. Así, instó a conformar “una clase diferente que lleven a las clases populares a reconstruir la identidad del pueblo” y de esta manera conformar “una humanidad reconciliada en Cristo”. De la misma manera, defendió que “una comunidad nacional no es auténtica si no escucha la voz de los pobres”, por lo que esta debe ser también una de las prioridades de los políticos católicos.
Enseñanza social católica, el manual ideal
“Muchos de nuestros partidos no están a la altura de los desafíos de las sociedades modernas”, defendió el portavoz de la Fundación Konrad Adenauer, Wilhelm, Hofmeister. Por eso, defendió la existencia de este encuentro en tanto que los participantes se conviertan en embajadores de “valores éticos y morales” desde “el manual ideal de la Doctrina social de la Iglesia, que debe ser consultado continuamente por los políticos”. Por su parte, el director de la Academia de Líderes Católicos, José Antonio Rosas, instó a los presentes a “no paralizarnos por el miedo”. “La Iglesia no se puede confundir con ninguna organización político”, defendió, desde el convencimiento de que “no queremos atrincherarnos ni creemos en guerras culturales sino en crear puentes”.
Rodrigo Guerra, secretario de la Comisión Pontificia para América Latina, expuso en su intervención cómo Rocco Buttiglione “reencuentra las razones para superar cualquier tentación de pensar que hay una ruptura de magisterio socialentre Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco”. “¡Qué fácil es afirmar rupturas en la enseñanza pontificia y caer en la ideologización de uno y otro papa para descalificarles!”, lamentó, a la vez que reivindicó “la hermenéutica de la continuidad” entre los tres papas.
Para el cardenal mexicano Carlos Aguiar Retes el nuevo libro de Buttiglione ofrece luces para contemplar el pontificado del primer Papa Latinoamericano como el Kairós desde el que se puede profundizar una teología del pueblo”. “El pueblo es un auténtico lugar teológico”, subrayó el pastor, que identificó directamente con el sufrimiento tanto de los migrantes mexicanos como el de la población ucraniana. El purpurado reivindicó además “la genuina opción por los pobres” que representa Francisco y su pensamiento frente a la tentación de caer en “recursos ideológicos y perspectivas dialécticas que ya han sido superadas”. Ante una mirada “populista”, Aguiar aplaudió la mirada de Bergoglio: “Es urgente propiciar una verdadera promoción humana que aspire a la liberación de la persona, no a través de la revolución, sino mediante un desarrollo integral”.
Adelanto editorial: Prólogo del papa Francisco
Al escribir unas líneas para prologar el libro de Rocco Buttiglione, de inmediato mi mente y mi corazón me conducen a Romano Guardini, y a través de él, a repensar a mi pueblo, el Pueblo de Dios… Guardini logró articular una interpretación del mundo que permite afirmar que la única manera de comprender la realidad singular y viviente de las personas y de los pueblos es a través de un acto bipolar, intuitivo y conceptual a la vez. Dicho de una manera un tanto simplificada, para comprender la verdad, es necesario sumergirse en una dialéctica dinámica entre vida y pensamiento. Solo de esta manera es posible evitar la dolorosa fractura entre las ideas y la realidad, y su consecuencia inmediata: la fractura entre el pueblo y quienes dicen “pensarlo”, “dirigirlo” o “administrarlo”.
Guardini, siguiendo estas pistas, nos ayuda a entender que la persona y el pueblo son dos realidades entretejidas. El pueblo, no solo es un agregado de seres humanos, sino una comunidad de valores, de relaciones, de historia, de lengua, de creencias y de horizonte utópico compartido. El pueblo es síntesis de lo más humano que poseen las personas que lo integran y, por ello, comprenderlo a fondo es penetrar en el fascinante misterio del ser humano en relación… (click aquí para leer prólogo completo).
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Fuentes
Revista Vida Nueva (2) / Video y Foto: Academia de Líderes Católicos