Camino Sinodal alemán: aprueban primera ronda de reformas
4:00 p.m. | 18 feb 22 (CNS/NCR).- La tercera Asamblea alemana para introducir reformas en la Iglesia terminó con las primeras decisiones concretas del proceso. La mayoría de los obispos alemanes respaldaron acciones hacia un cambio profundo. “En el camino de la conversión y la renovación” es el título del texto teológico base y vinculante de las demás reformas, y subraya que “los signos de los tiempos y el sentir de la fe del pueblo de Dios” son fuentes cristianas a considerar, sumadas a “la Biblia, la tradición, el magisterio y la teología”. Otras dos reformas ratificadas apuntan a la participación de laicos en la selección de obispos y a una renovación de la moral sexual, que “ha humillado, herido y excluido a demasiadas personas”.
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La tercera Asamblea Sinodal alemana (de las cinco previstas) para introducir reformas en la Iglesia católica terminó el 5 de febrero con las primeras propuestas aprobadas y ratificadas. La mayoría de los obispos señalaron que están dispuestos a apoyar un cambio profundo en la Iglesia. Durante tres días, cerca de 230 delegados -laicos y clérigos- debatieron las reformas a partir de los textos elaborados en cuatro foros de trabajo y que reflejan los argumentos teológicos que esperan presentar a Roma en 2023, al final del proceso del Camino Sinodal.
Los textos recibieron la aprobación de más de dos tercios de todos los delegados, además de la aprobación de más de dos tercios de los obispos. Pero dos años después del inicio del proceso del Camino Sinodal, el Vaticano aún no ha dado una señal clara de respaldo. El obispo de Limburgo, Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, anunció que se reunió con el Papa en enero y que está dialogando con el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos. Monseñor Bätzing dijo que se creará un grupo de diálogo entre la secretaría del Sínodo (Santa Sede) y el comité ejecutivo del Camino Sinodal en Alemania. Además, prevé que en 2023 estas reformas sean parte del debate en el Sínodo sobre la sinodalidad, cuyo proceso de consulta ya ha comenzado.
La agencia de noticias católica alemana KNA informó que la condición de una mayoría episcopal de dos tercios se incluyó en los estatutos del Camino Sinodal por insistencia del Vaticano, para evitar que allí se decidan cosas que puedan significar una ruptura con la doctrina de la Iglesia. Tan sólo 23 votos negativos episcopales bastarían para evitar exigencias audaces, informó la KNA. Al mismo tiempo, la aprobación explícita de más de dos tercios de los obispos significa una especie de sello de aprobación que otros órganos magisteriales, incluidos los de Roma, no pueden pasar por alto.
Entre las exigencias ratificadas en la reunión de tres días se encuentran una renovada enseñanza de la moral sexual, incluyendo una revaloración de la homosexualidad; la apertura del sacerdocio a las mujeres; la flexibilización de la obligación del celibato para los sacerdotes; y un cambio en el ejercicio del poder. Las resoluciones aprobadas por la Asamblea Sinodal tienen distintas perspectivas de entrar en vigor, ya que muchos de los cambios deseados afectan a prácticas que están sujetas a las normas eclesiásticas universales y no pueden tratarse de forma diferente en Alemania.
El texto, “Las mujeres en el ministerio sacramental”, dice: “En la Iglesia Católica Romana se iniciará un proceso de forma transparente, con una comisión a la cabeza, que continuará el Camino Sinodal en Alemania de forma sostenible. Se creará una comisión que se ocupará exclusivamente de la cuestión del ministerio sacramental de las personas de todos los sexos. La excelencia científica y las preocupaciones espirituales en el sentido del anuncio del Evangelio cristiano se combinarán entre sí”. Ese texto volverá al foro sobre la mujer antes de ser presentado en una futura asamblea para su adopción definitiva. En 2016, el Papa Francisco reiteró la sentencia de San Juan Pablo II de 1994 de que las mujeres no pueden ser sacerdotes. Sin embargo, el Papa Francisco ha creado una comisión vaticana para estudiar el papel de las mujeres diáconos en el cristianismo primitivo.
En cuanto a la elección de los obispos diocesanos, la asamblea pidió un órgano de decisión de laicos que, con el cabildo catedralicio de una diócesis, presente la lista de posibles candidatos a obispo al Vaticano. La primera lectura de los textos también incluyó la discusión de los derechos de los católicos LBGTQ, especialmente a la luz de las leyes laborales de la Iglesia. Esta última puede modificarse para ajustarla a las leyes laborales antidiscriminatorias alemanas y no necesita la aprobación del Vaticano. Casi el 90% de los delegados aprobó el texto sobre la “reevaluación magisterial de la homosexualidad”.
Gregor Podschun, presidente de la Federación de la Juventud Católica Alemana, organización que agrupa a 17 asociaciones juveniles católicas, dijo en la asamblea: “La Iglesia ha causado un gran sufrimiento a las personas homosexuales. Ahora estamos en un periodo de transición, y podemos cambiarlo. Puede volver a acercarse a la gente”. En una rueda de prensa posterior a la asamblea, Irme Stetter-Karp, presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes y copresidenta laica del Camino Sinodal, habló de los derechos de las mujeres en la Iglesia: “He vivido años en los que las mujeres han hecho posible la Iglesia a nivel local en la comunidad, pero no han sido valoradas. Ya no estoy dispuesta a tolerar eso; por eso, el debate sobre el acceso a todos los cargos y ministerios me afecta mucho personalmente”.
“Los derechos humanos en la Iglesia sólo serán una realidad cuando haya justicia para todos los géneros, bendiciones para todos, participación de todos en las decisiones que conciernen a todos”, dijo. Añadió que el Camino Sinodal ha puesto en la agenda cambios que llevaban décadas de retraso. KNA informó de que el obispo de Maguncia, Peter Kohlgraf, dijo que veía muchas expectativas de que algo tuviera que ocurrir rápidamente, y añadió: “Yo sería un poco más cauteloso al respecto, porque la intervención de la Iglesia universal es siempre importante. Ya se gana mucho si se abre la puerta a una conversación con la Iglesia universal. Quizá sea demasiado optimista esperar que el resultado sea el gran avance para el estado actual, bastante desastroso, pero son pasos iniciales”, añadió.
Más detalles de los textos aprobados y qué podría pasar con ellos
El pleno aprobó tres textos en segunda lectura. El primero, el llamado texto de orientación, es un documento puramente teológico, pero que tiene consecuencias para todas las ideas de reforma presentadas. Trata de la cuestión de las fuentes de las que la Iglesia sustenta sus verdades. Ahora, además de las fuentes conocidas como la Biblia, la tradición y el magisterio, el texto indica tres más: la ciencia teológica, los “signos de los tiempos” y el “sentir de la fe del pueblo de Dios”. Lo más probable es que, hace unos años, la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma hubiera declarado errónea tal apertura del registro de fuentes de la Iglesia. Pero, por el momento, no se espera tal veto por parte de Roma.
Esto también se aplica al segundo texto básico relativo a la cuestión del poder en la Iglesia. Este texto no cuestiona completamente la jerarquía tradicional, pero concede una mayor voz de codecisión a los laicos. Los principios del estado de derecho democrático deben ser ahora la referencia de la Iglesia, pero sin que ésta se transforme en una democracia mayoritaria. Se convertiría en una institución “ordenada sinodalmente”. La asamblea también aprobó un texto que pide una mayor participación de los laicos en la elección de los obispos. Implica al cabildo catedralicio, un grupo de clérigos que asesora al obispo y ejerce cierto gobierno cuando no hay obispo. Estos clérigos también ayudan al nuncio a elegir una lista de tres posibles obispos para presentarla al Vaticano. En el texto sinodal aprobado, los cabildos catedralicios se ampliarían de forma que los laicos puedan participar en la selección de los candidatos a obispo. Dado que los derechos especiales de los cabildos catedralicios están regulados en su mayor parte por concordatos, éstos deberán ser modificados o aplicados con mayor flexibilidad. No se espera ningún veto de Roma en este sentido.
Lo mismo ocurre con algunos de los textos que sólo han pasado la primera lectura. Entre ellos, una vigilancia más estricta de los abusadores sexuales y cambios en la legislación laboral de la Iglesia. Debido a que la iglesia es un empleador a gran escala en Alemania, este último tema ha sido repetidamente un asunto de problemas -como cuando un empleado de la iglesia que vivía abiertamente en una relación homosexual perdió su trabajo debido a su “estilo de vida personal”. Esto también es algo que los obispos alemanes pueden cambiar sin la intervención del Vaticano, y algunos ya han empezado a hacer cambios en sus diócesis.
El resto de los textos relativos a la sexualidad y la igualdad de género serán más complicados. Sólo hay una pequeña posibilidad de que el Vaticano apruebe las resoluciones que piden una flexibilización de las normas de celibato para los sacerdotes y que permitan a las mujeres ser diáconos. En ambos casos, los obispos alemanes deben solicitar al Papa un permiso especial. En cuanto a la cuestión del celibato, en 2019 el Sínodo de los Obispos se pronunció a favor de una flexibilización, para que en caso de una aguda escasez de sacerdotes sea posible al menos una celebración básica de los sacramentos. Desde entonces, en algunas diócesis alemanas se ha producido una dramática escasez de sacerdotes, por lo que esta puerta ahora, al menos, está entreabierta. Lo mismo ocurre con las mujeres diáconos. El Papa Francisco ha manifestado repetidamente su disposición de principio a la idea. Pero las posibilidades de que lo permita en Alemania mediante un permiso especial -como el que defiende el Camino Sinodal- son escasas.
En un futuro próximo, parece poco probable que las resoluciones del Camino Sinodal sobre la sexualidad y los servicios de bendición católica para parejas homosexuales reciban la aprobación del Vaticano. En este caso, la ruptura con la doctrina tradicional sería demasiado flagrante. Por lo tanto, la cuestión ahora no es si Roma estaría de acuerdo, sino si las autoridades vaticanas tomarían medidas contra los obispos que permitan o promuevan tales servicios de bendición.
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Fuentes
Catholic News Service / National Catholic Reporter / Foto: Synodale Weg