San José: Figura humilde y profética del cristianismo
5:00 p.m. | 11 dic 20 (VTN/RR).- Hasta diciembre del 2021 será el año de san José. Así lo ha decretado el Papa, para celebrar su 150 aniversario como patrono de la Iglesia Universal. En la carta apostólica Patris Corde (Con corazón de padre), Francisco propone que los cristianos descubrimos en san José “un padre en la acogida”, que con valentía y sin poner condiciones se entregó a ser el padre adoptivo de Jesús. Además, lo señala como ejemplo de personaje discreto, pero que “juega un papel incomparable en la historia de la salvación”. Además de la carta, una entrevista al autor del libro San José, la elocuencia de un taciturno, da una mirada más profunda a la figura de José.
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Un padre amado, un padre en la ternura, en la obediencia y en la acogida; un padre de valentía creativa, un trabajador, siempre en la sombra: con estas palabras el Papa describe a san José de una manera tierna y conmovedora. Lo hace en la Carta apostólica Patris Corde, publicada con motivo del 150 aniversario de la declaración del esposo de María como Patrono de la Iglesia católica. De hecho, fue el beato Pío IX con el decreto Quemadmodum Deus, firmado el 8 de diciembre de 1870, quien quiso este título para san José.
Para celebrar este aniversario, Francisco ha convocado, desde hoy y hasta el 8 de diciembre de 2021, un “Año” especial dedicado al padre adoptivo de Jesús. En el trasfondo de la Carta apostólica, está la pandemia de COVID-19 que -escribe Francisco- nos ha hecho comprender la importancia de la gente común, de aquellos que, lejos del protagonismo, ejercen la paciencia e infunden esperanza cada día, sembrando la corresponsabilidad. Como san José, “el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta”. Y sin embargo, el suyo es “un protagonismo sin igual en la historia de la salvación”.
Al mismo tiempo, José es “un padre en la acogida”, porque “acogió a María sin poner condiciones previas”, un gesto importante aún hoy -afirma Francisco- “en este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente”. Pero el esposo de María es también el que, confiando en el Señor, acoge en su vida incluso los acontecimientos que no comprende, dejando de lado sus razonamientos y reconciliándose con su propia historia.
La vida espiritual de José no “muestra una vía que explica, sino una vía que acoge”, lo que no significa que sea “un hombre que se resigna pasivamente”. Al contrario: su protagonismo es “valiente y fuerte” porque con “la fortaleza del Espíritu Santo”, aquella “llena de esperanza”, sabe “hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia”.
No es la primera vez que Francisco confiesa su particular cariño hacia la figura de san José. Ya en 2015 confesó que en su escritorio tiene una imagen de san José durmiendo. “Durmiendo cuida a la Iglesia. Él sí puede hacerlo, nosotros, no”, comentaba el Papa entonces, desvelando que, cuando tiene un problema, lo escribe y lo pone debajo de la pequeña escultura “para que lo arregle”. En algún que otra ocasión, ha bromeado sobre esta misma imagen, apuntando que el santo se toma su tiempo, como cualquier carpintero, pero finalmente cumple con su encargo.
ENLACES. Síntesis de la carta / Carta Apostólica Patris Corde (completa)
“José es en cierto modo un nuevo Moisés”
¿Su lugar en la Biblia habrá ayudado a convertirlo en un ejemplo de discreción y humildad? San José aparece en solo unos cuarenta versículos, es decir, el 0,45% del Nuevo Testamento. Sin embargo, es un personaje fundamental, que acompaña el cumplimiento de las Escrituras con su esposa, la Virgen María, y el hijo que Dios le ha confiado, Jesús. Su vida y actitud resuenan junto a las figuras del Antiguo Testamento, y hoy en día constituyen un modelo para muchos creyentes. Apoyado en la Palabra de Dios, el padre Philippe Lefebvre, dominico, profesor de Antiguo Testamento en la Facultad de Teología de Friburgo, Suiza, y autor del libro “San José, la elocuencia de un taciturno”, nos ayuda a profundizar en esta figura.
¿Qué significa el título de “Patrono de la Iglesia Universal” concedido a José, el Justo?
Bíblicamente hablando, diría que hay algo muy profundo. Cuando leemos, en particular, el principio del Evangelio según san Mateo, José es en cierto modo un nuevo Moisés. El ángel del Señor habla a José, lo envía a Egipto, lo trae de vuelta de Egipto. Esto hace el ángel con palabras que ya habían sido dirigidas a Moisés en el libro del Éxodo. Moisés es realmente el que hace salir al pueblo de Egipto, y se ocupa de este pueblo con muchos reveses. Creo que algo así acontece con José, en primer lugar, con la Sagrada Familia, cuidando de María, de Jesús, yendo y viniendo entre Egipto e Israel, teniendo esta obediencia a lo que Dios le pide a través de su ángel. José es el primero, el precursor, de toda una aventura que mueve a la Iglesia.
Jesús es confiado por Dios a José, que es, por lo tanto, su padre putativo. ¿Qué nos dice esto hoy sobre cómo ser padre? ¿Qué puede aportar José a la paternidad?
Nos recuerda una realidad que la Biblia dice todo el tiempo: todo niño viene de Dios. Es ante todo Dios quien genera, no solo un conjunto de fenómenos físicos o fisiológicos, etc., sino también toda una serie de otros fenómenos. José nos recuerda eso. Se podría decir que es un padre de segunda clase, porque no es realmente el progenitor: ningún padre es en primer lugar el progenitor, en cierto modo. Toda vida viene originalmente de Dios. José es, por lo tanto, un padre porque no se define a sí mismo -como ningún padre en el mundo- por el mero hecho de ser un progenitor, sino que se define por la acogida del Hijo de Dios.
María, en el capítulo dos del Evangelio de Lucas, cuando Jesús tenía doce años y se quedó en el Templo, dijo a su hijo cuando lo encontró: “Tu padre y yo hemos sufrido mucho”. Tu padre y yo: un padre es aquel que recibe un hijo, y cuando encuentra a Jesús, lo recibe de nuevo, estaba perdido, es encontrado. Hay algo del padre visto como aquel que recibe un hijo de Dios, y esto me parece decisivo para nuestro pensamiento sobre la paternidad.
En el momento actual de prueba que vivimos, con incertidumbres, renuncias y una visión bastante oscura del futuro, ¿cómo puede inspirarnos la actitud de José?
José es consciente, tiene una visión privilegiada de lo que está pasando. Él vive algo que muchos están viviendo: saber que la vida viene de Dios, tener una vida que tal vez los otros no pueden entender, es decir, acoger a María que ya está embarazada. José está en un mundo difícil, una situación complicada, una situación política complicada incluso en su propio tiempo, con Roma, Israel, el establecimiento del Reino de David, etc. Está consciente, da refugio, está viviendo un secreto de vida que Dios le ha confiado.
En otras palabras, la vida viene de Dios, la salvación viene de Dios, la salvación es una persona que se le ha confiado. Creo que esto es lo que vivimos hoy en día. El mundo está complicado, no entendemos todo, pero sabemos que la vida viene de Dios, que es dada por Dios, y que está prometida a un futuro, a un viaje que nos transformará, y nos transformará mucho. José está atento, es como un poseedor consciente de este regalo de vida de Dios, en un mundo que se cuestiona y no está especialmente “al corriente” o consciente de su entorno. Esto también es lo que Jesús experimentará después.
En este tiempo de Adviento, a menudo nos referimos a la figura de la Virgen María como modelo de actitud interior para vivir este periodo. ¿San José también tiene su lugar?
Por supuesto, en primer lugar, porque María y él son una sola carne. Se embarcaron en esta aventura con Dios siendo hombre y mujer, se conocieron a través de Dios. Yo diría que son los primeros en albergar este secreto de la vida dada por Dios, la vida de un Hijo de Dios que transformará el mundo. Creo que el Adviento es un tiempo de retiro, y en este momento el mundo puede estar un poco adormecido, desesperado, pero existe este secreto de la vida que nos une, que nos sostiene, que nos prepara, y esto es lo que José y María viven primero. En esto, son absolutamente personas a las que hay que seguir y a las que hay que unirse durante este tiempo de Adviento.
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Fuentes:
Vatican News / Revista Vida Nueva / Rome Reports