Chile y Australia: impulso desde los laicos para la Iglesia en crisis
6:00 p m| 5 mar 19 (LT/VN).- En medio de las críticas a las autoridades eclesiásticas por los casos de abusos y encubrimiento, un grupo de laicos católicos en Chile elaboró una propuesta con 10 reformas para la institución. El documento fue entregado a Mons. Scicluna, delegado de Francisco para los casos de abusos en el país sudamericano. Y en Australia, el episcopado convocó un foro nacional centrado en el diálogo de fieles y obispos, para desarrollar la “complementariedad” de los ministerios laicales y ordenados, evitando la “clericalización”. Se publicó un documento conclusivo.
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10 ideas del mundo laico para enfrentar la crisis de la Iglesia en Chile (La Tercera)
“El edificio está en llamas por el abuso, el encubrimiento, la jerarquía renunciada, y los cimientos también están debilitándose. No puede ser que el laicado esté tan pasivo y silencioso ante algo así, somos parte del pueblo de Dios”. El economista Joseph Ramos habla con carácter de urgencia. El exdecano de Economía de la Universidad de Chile dejó la academia y renunció a todos sus trabajos remunerados para centrarse en escribir y reflexionar sobre el tema que le apasiona: la religión y la fe.
En junio pasado escribió junto a otros laicos mayores, como Alvaro Covarrubias y Jorge Mardones, un documento con propuestas sobre las reformas necesarias que debería realizar la Iglesia Católica. El informe firmado por 50 personalidades fue entregado al delegado del Papa Francisco para los casos de abusos en Chile, Charles Scicluna, y enviado a cada uno de los obispos chilenos.
No son los únicos laicos que han comenzado a movilizarse y pensar en soluciones de largo plazo para enfrentar de raíz la crisis institucional. Silenciosamente, diversas agrupaciones están elaborando ideas al respecto. En la Pontificia Universidad Católica, el rector Ignacio Sánchez encomendó a un equipo multidisciplinario que incluye a las facultades de Ciencias Sociales y Comunicaciones -además de los decanos de Historia, Medicina, Filosofía y Teología-, estudiar los problemas que está enfrentando la Iglesia.
“Se va a focalizar el trabajo en tratar de entender mejor por qué ha pasado lo que ha pasado y cuáles son las causas de que en Chile haya una mayor proporción de sacerdotes o religiosos que estén involucrados en hechos así”, señala Sánchez. El cronograma contempla un primer informe en el plazo de un año y la realización de un foro sobre abusos sexuales en la Iglesia que se realizará en el salón de honor de la UC.
En las agrupaciones de fieles hay una idea que se repite: la participación de los laicos y el fin del clericalismo, la visión del sacerdote como figura de autoridad que interviene en los asuntos políticos.
1. Fin al clericalismo
Detener el clericalismo fue el mensaje central del Papa durante su visita a Chile. “La Iglesia no es ni será nunca de una élite de consagrados, sacerdotes u obispos. La falta de conciencia de pertenecer al pueblo fiel de Dios como servidores, y no como dueños, nos puede llevar a una de las tentaciones que más daño le hacen al dinamismo misionero: el clericalismo. Digámoslo claro, los laicos no son nuestros peones ni nuestros empleados”, señaló el Papa en su encuentro con los obispos en la Catedral de Santiago el 16 de enero.
El clericalismo va directamente ligado al tema de los abusos, señala el abogado y teólogo Alejandro Álvarez, de Voces Católicas: “El clericalismo genera relaciones de poder y dominación que no son cristianas. Consiste en que al sacerdote se le da más atribuciones que las que debe tener. Habla de una fe muy inmadura e infantil que se sustenta en la autoridad. El clericalismo generó varias generaciones de laicos en Chile que les cuesta mucho cuestionar lo que diga un sacerdote, un obispo o el Papa”.
Afirma que el clericalismo tan marcado en Chile se explica en la historia reciente, ya que ante una Iglesia política muy fuerte en los años 60 y 70 liderada por el cardenal Raúl Silva Henríquez, surgió como contraparte la figura del sacerdote Fernando Karadima en el barrio alto, donde se refugió la elite de derecha.
2. Rol de los laicos
Dar más participación y protagonismo a los laicos en la Iglesia es una práctica que ya realiza, por ejemplo, el Opus Dei, donde al ser una agrupación laical tiene un gobierno colegiado en que el vicario es asistido por un número símil de mujeres y hombres.
Así lo explica la directora de comunicaciones de la prelatura, Ana María Gálmez: “A la gente le cuesta entenderlo, pero los sacerdotes en el Opus Dei son uno más. Ellos pueden confesar y celebrar la eucaristía, pero es una vocación de servicio, como la que tengo yo como laica. El gran problema es haber endiosado a los sacerdotes y haberlos seguidos sin ninguna reflexión. El papel de los laicos para nosotros desde la Obra es central”. Señala que es importante que la Iglesia delegue a laicos temas de administración, finanzas o apoyo.
La doctora en Teología Moral de la UC, Claudia Leal, apunta a que la participación de los laicos permite mayor transparencia y supervisión en las labores de la Iglesia. Álvarez, de Voces Católicas, propone que sean laicos los encargados de administrar justicia en la institución.
3. Celibato
“Creemos que el celibato es innecesario para el cura de pueblo, para el cura de una parroquia en Santiago, la soledad que tienen es enorme. Ese clero tiene una soledad afectiva brutal. Ese es el argumento para permitir que los sacerdotes se puedan casar. No es nada revolucionario, pocos lo saben, pero hasta el día de hoy hay curas católicos romanos que se pueden casar según los ritos orientales de la Iglesia Católica” señala Joseph Ramos sobre uno de los puntos más controversiales de su propuesta.
Álvaro Covarrubias complementa: “La soledad afectiva es una cruz innecesaria. Hoy ser cura es ser heroico, ¿por qué les exigimos tanto? Casarse era la tradición de los primeros mil años hasta que alguien dijo: los curas tienen que ser célibes”. La propuesta de permitir el matrimonio aplicaría a los sacerdotes diocesanos y no a los de órdenes como los franciscanos. Además de algunos ortodoxos, también están casados sacerdotes de iglesias anglicanas reconvertidas o misioneros de zonas extremas.
En Voces Católicas y el Opus Dei concuerdan que el celibato no es un dogma de fe de la Iglesia, por lo que se puede discutir; sin embargo, consideran que es una virtud valiosa para el sacerdocio. Para Ana María Gálmez “el celibato es una entrega de amor que se hace libremente, dejar los amores afectivos terrenales por Dios. La gente lo ve como un yugo, pero la persona mantiene su afectividad”.
4. Reforma al seminario
“En el siglo XIX el clero era mucho más educado que el pueblo. Hoy en día, buena parte del laicado tiene tanta o más preparación que el clero”, sostiene Ramos. Lejos quedaron los tiempos de los sacerdotes intelectuales como Alberto Hurtado, quien era abogado. “Yo creo que los seminaristas deberían estudiar en la universidad para que tengan más puntos de vista y estén en diálogo con la cultura moderna”, dice Ramos.
Para varios entrevistados es necesaria una reforma al seminario para aumentar las varas de selección y exigencia académica a los futuros sacerdotes, pese a las bajas en las vocaciones que se han registrado en los últimos años. “Hoy al sacerdocio se le considera una vocación y no profesión. Pero hay que profesionalizarlo, se deben establecer derechos y deberes. Se ordenan como sacerdotes y al día siguiente creen que ya saben todo de teología”, señala Claudia Leal.
Agrega que hoy “los sacerdotes tienen una formación muy infantil” donde al ser muy pocos alumnos por curso, reciben una presión y control sobre su vida privada, estudios, y vida social. Se les debe dar mayor autonomía para que se responsabilicen de sus actos.
5. Mujeres en la Iglesia
Entre las propuestas no figura la idea del sacerdocio femenino, ya que no es parte de la tradición católica. Sin embargo, los entrevistados coinciden en la necesidad de mayor espacio a las mujeres laicas y religiosas. “El problema que tenemos con el clericalismo es que los sacerdotes no saben trabajar con mujeres y establecen relaciones de dominio con la mujer y la religiosa”, considera Alejandro Alvarez. Coincide Ramos: “Pese a que las mujeres son la mitad de la Iglesia, las religiosas se han convertido en las secretarias o las que sirven el café”,
Para Ana María Gálmez, la Iglesia, al igual que el resto de la sociedad, se tiene que ir haciendo cargo de una mayor participación de la mujer, más aún cuando en el catolicismo la figura femenina es central. En este sentido, valora el reciente nombramiento de la abogada canónica Ana María Celis como presidenta del Consejo Nacional de Prevención de Abusos, aunque lamenta que no le paguen honorarios y no tenga un horario fijo.
ENLACE: “La Iglesia que queremos”. Carta abierta al Papa y a los obispos de Chile
6. Tradición y doctrina
La propuesta de Ramos y Covarrubias plantea revisar algunas tradiciones de los rituales de la Iglesia para modernizarla y acercarla a las nuevas generaciones. Por ejemplo, terminar con los títulos monárquicos como “reverendísimo”, “excelentísimo” o “príncipe”.
Asimismo, dejar en el pasado las vestimentas “arcaicas” o ceremonias “pomposas” que no responden a esta época. Pero también proponen revisar temas de doctrina, dando mayor relevancia a asuntos centrales como “la Santísima Trinidad, el amor a Dios y al prójimo, la presencia de Cristo en la eucaristía”, por sobre doctrinas que consideran de segundo y tercer nivel de relevancia como “el pecado original, las indulgencias, los pecados capitales, la marianología o los mandamientos”.
El asunto generó debate entre los firmantes de la carta y no todos lo suscribieron. Para Ana María Gálmez, al menos, la eucaristía debería centrarse en la comunión y reducir la prédica a la mínima expresión.
7. Obediencia
Según Claudia Leal, de la facultad de Teología, “antes entre los religiosos se decía ‘el que obedece no se equivoca’, sin embargo hay que revisar ese concepto”. A su juicio, la obediencia mal entendida es la que ha permitido situaciones de abuso y también de encubrimiento, ya que genera nula reflexión y autocrítica en el actuar de los religiosos, debido a que el superior y la institución están por sobre los valores. Asimismo, plantea revisar la figura del director espiritual que tiene control sobre la vida de su dirigido, lo que facilitó casos como el de Karadima. Para Alvarez “la obediencia bien entendida es un valor importante, sin renunciar a la posición adulta de la fe, para que no pase lo del mundo evangélico donde cada uno se va a fundar su iglesia”.
8. Democracia y participación
Según Ramos, “es llamativo el sistema de designación de obispos. El problema institucional es que en una Iglesia tan jerárquica como el ejército prusiano, el sistema de designación donde el nuncio recomienda el cura a Roma, hizo agua. En China el nombramiento de obispos se hace por acuerdo entre el Vaticano y el gobierno chino. ¿Será demasiado pedir que los nombramientos de obispos y pastores sea con participación de los laicos?”.
9. Prevención de abusos
La noticia de la filtración de un nuevo manual de prevención de abusos de la Iglesia, donde entre otras cosas recomendaban no tocar “el área de los genitales” a los menores de edad, para el mundo laico dejó al descubierto el retraso y desconocimiento que todavía existe en el clero sobre el tema.
Para Claudia Leal es urgente que se hagan asesorar por psicólogos y profesionales en estas materias. “No basta con protocolos hechos a la rápida copiando modelos extranjeros. Que no lo hagan todo en Roma, deben escuchar a los laicos, a los académicos”, sostiene, agregando que es importante comenzar a hablar los temas de sexualidad directamente con los sacerdotes y sin eufemismos.
10. Comisión de Verdad
Para hacer un catastro real de los alcances que tiene el tema del abuso y la pedofilia en la Iglesia, organismos han propuesto la creación de una Comisión de Verdad y Reparación que tenga autoridad moral, que sea independiente y dé garantías a todos los sectores. Que maneje adecuadamente el tema del secreto y la publicidad bajo estándares internacionales y que fije el tema de una reparación económica y funcione al alero del Estado. La propuesta se inspira en las antiguas comisiones Valech y Rettig de Derechos Humanos, y estudia experiencias internacionales como los informes sobre el tema publicados en Australia, Irlanda y Pensilvania.
Los laicos, artífices de la renovación de la Iglesia australiana
En el 2018, la iglesia australiana celebró una nueva edición de Proclaim, un foro nacional dedicado a la nueva evangelización celebrado en la diócesis de Brisbane, al este del país. El documento conclusivo lleva el título de “Fieles acompañantes de la gracia de Dios” y refuerzan la opción de las iglesias locales por el papel del laicado para el futuro de la fe en el país en el que la Iglesia católica ha sufrido una tremenda pérdida de credibilidad tras unos años en los que se han conocido diferentes casos de abusos de sacerdotes y religiosos.
Para el obispo de Rockhampton Michael Fabian McCarthy este material es un importante “documento de trabajo” que “aporta una base teológica sólida” para la pastoral laical que desarrollará la Iglesia australiana de cara al concilio plenario convocado en el país para el 2020.
Este documento surge como una necesidad detectada por los obispos en el 2012 cuando –con la vista puesta en este concilio que están preparando– sintieron la necesidad de favorecer el diálogo para definir mejor el ministerio laical. Tras un análisis de la realidad y el estudio de la rica teología del laicado, este documento intenta fortalecer el compromiso de los laicos a partir de estos años en los que se ha configurado una visión compartida y un entendimiento entre los laicos y la jerarquía católica.
ENLACE: Documento “Fieles acompañantes de la gracia de Dios” (enlace a web con PDFs)
Unos y otros consolidan con este paso que hablan “un lenguaje común” y señalan que, a partir de ahora, se abren nuevos “caminos formativos, políticas ocupacionales y prácticas de consolidación, acreditación y responsabilidad respecto a los encargos” recibidos por cada uno. Por ello, el documento se esmera en clarificar en qué consiste la “complementariedad de los ministerios” evitando la “clericalización de los laicos” y formulando unas competencias profesionales que los laicos desarrollan en la Iglesia en primera persona en sintonía con las propuesta del papa Francisco en “Evangelii Gaudium”.
Aterrizando la teología del laicado, el documento conclusivo incluye una serie de “recomendaciones” para que laicos y sacerdotes encarnen realmente esta “visión compartida”. En este sentido se subraya la necesidad de “afirmar y celebrar” la vocación y el servicio de los laicos.
ENLACE: Documento completo en un PDF
La segunda recomendación reclama el “desarrollo de estructuras formales que sostengan el trabajo de los ministerios pastorales laicales” y para ello propone “implementar buenas prácticas” que destaquen por su compromiso ético y que se traduzcan en un lenguaje uniforme sobre los roles de seglares y clérigos. Criterios que piden que sean aplicado tanto para los laicos asalariados, como para los voluntarios.
Fuentes:
La Tercera / Revista Vida Nueva / Revista Mensaje