Tras 27 años, se cierra el cisma de la Iglesia ortodoxa de Etiopía
11:00 a m| 21 ago 18 (VI/VATN).- La antigua Iglesia ortodoxa de Etiopía se vio contagiada por el impulso hacia la paz que promueve el primer ministro Abiy Ahmed. Precisamente, mientras se consolida el pacto que pone fin al histórico conflicto con Eritrea, llega la noticia de otro acuerdo muy importante para la comunidad etíope, que marca oficialmente -tras 27 años- el fin del cisma entre la Iglesia ortodoxa etíope “oficial”, guiada desde 2013 por el patriarca Mathias, y la comunidad de la diáspora que sigue siendo fiel al expatriarca Merkorios, depuesto en 1991 después de la caída del régimen de Menghistu (Derg) y que ha vivido durante todos estos años exiliado en Nueva Jersey, EE.UU.
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La noticia del acuerdo llegó a finales de julio desde Washington, en donde el primer ministro etíope Ahmed se encontraba en esos días. El acuerdo eclesial forma parte del marco más amplio del proceso de reconciliación nacional que el político de cuarenta y un años (en el gobierno de Adís Abeba desde la primavera) está promoviendo en el país.
Con sus 38 millones de fieles (alrededor del 45% de la población) la Iglesia ortodoxa etíope es una de las presencias cristianas más antiguas y numerosas en África. Como la Iglesia copta de Egipto (a la que estuvo vinculada durante siglos), pertenece al grupo de las Iglesias ortodoxas de Oriente que en 451 no reconocieron las conclusiones del Concilio de Calcedonia sobre la cuestión teológica de la naturaleza de Cristo.
Sin embargo, el cisma que ahora quedará subsanado es mucho más reciente y tiene que ver con la historia política de Etiopía. Se consumó, de hecho, a la sombra del Derg, la junta militar de inspiración marxista que en 1974 derrocó al imperio de Hailé Selassié.
Después de haber encarcelado y luego asesinado al entonces patriarca Tewophilos, Menghistu (en ese entonces líder del Derg) impuso una férrea vigilancia sobre la Iglesia ortodoxa etíope. Y precisamente por este motivo, al final del régimen, en 1991, el patriarca en funciones Merkorios (que había sido elegido tres años antes) fue obligado por el nuevo gobierno a la renuncia, un gobierno que era expresión del Frente democrático revolucionario del pueblo etíope (partido que el actual primer ministro Ahmed lidera).
Al llegar a Estados Unidos, Merkorios se negó a reconocer al nuevo patriarca elegido, Paulos, sosteniendo que se le había impuesto la abdicación. Así, en las comunidades de la diáspora se creó un Sínodo paralelo, apoyado políticamente por la oposición al nuevo gobierno de Adís Abeba. Cuando, en 2007, este segundo Sínodo precedió con el nombramiento de nuevos obispos, las dos jerarquías llegaron a la excomunión recíproca.
El acuerdo actual (firmado oficialmente en la catedral de San Miguel de Washington y celebrado por los cantos de la comunidad “ge’ez”) prevé una reconciliación plena con la restitución de la dignidad de patriarca a Merkorios, pero dentro de un único Sínodo que será guiado, en lo que respecta a la administración de la Iglesia, por Mathias, el patriarca actual, que sucedió a Paulos después de su muerte en Etiopía.
El texto indica que Merkorios puede volver a Adís Abeba y residirá dentro del patriarcado. El acuerdo también especifica que “servirá a la Iglesia en la oración y en la bendición”; una descripción de los deberes del religioso etíope octogenario que recuerda bastante el perfil que eligió para sí el Papa emérito Benedicto XVI. Hay que añadir, sin embargo, que en el caso etíope serán citados los nombres de ambos patriarcas en todas las liturgias. Los obispos creados por el Sínodo de la diáspora serán integrados en la jerarquía de la Iglesia etíope. Obviamente serán anuladas las excomuniones.
El acuerdo se refiere explícitamente a la aportación que ha ofrecido el primer ministro Abiy Ahmed en las negociaciones entre ambas comunidades: “El Santo Sínodo –se lee en el texto– le expresa su profundo aprecio y su agradecimiento, y reza para que todos los años en los que sea responsable de la guía del país sean tiempo de paz, amor, unidad, progreso y prosperidad”.
Nuevos pasos hacia la paz entre Etiopía y Eritrea
Continúan a soplar vientos de esperanza sobre el continente africano, entre Etiopía y Eritrea, que después de más de 20 años, han vuelto a dialogar no solo con las palabras sino también con los hechos. El mes pasado, durante la visita del primer ministro etíope Abiy Ahmed a Asmara, se firmó la declaración conjunta con la cual se define concluido el “estado de guerra” que existía entre los dos países y se inaugura “una nueva era de paz y amistad”. Luego, el presidente eritreo Isaías Afwerki, visitó Adís Abeba, por primera vez después de 22 años.
Entre los dos líderes, hubo lugar para el abrazo y las palabras de aprecio y aliento recíproco, también dirigidas a la población. “Estamos haciendo historia ahora, mientras hablamos”, dijo el presidente Afwerki, agradecido porque después de decenios de conflictos y decenas de miles de muertos, registrados sobre todo entre el 1998 y el 2000, se esté trabajando en la dirección de la paz, aplicando un acuerdo quedado hasta ahora en papel mojado.
“Las palabras no pueden expresar la alegría que sentimos –ha continuado. A pesar de las vidas rotas, nosotros hoy somos afortunados por ver aquello que está sucediendo, somos un único pueblo y quienquiera que lo olvide no entiende nuestra situación”.
ENLACE: Júbilo tras la sanación del cisma de 27 años de duración de la Iglesia Ortodoxa Tewahedo de Etiopía
El 1 de julio pasado, desde la ventana del Palacio Apostólico a la hora del Ángelus, el papa Francisco había expresado su satisfacción por este acercamiento: “En medio de tantos conflictos, es un deber señalar una iniciativa que se puede definir histórica, y se puede decir también que es una buena noticia: en estos días, después de veinte años, los gobiernos de Etiopía y Eritrea volvieron a hablar juntos de paz. Que este encuentro pueda reencender una luz de esperanza para estos dos países del Cuerno de África y para el entero continente africano”.
Sobre el conflicto entre Etiopía y Eritrea
La segunda semana del pasado mes de julio, sucedió algo inédito en Etiopía y Eritrea, dos países africanos. Miles de ciudadanos de ambas naciones, desconocidos entre sí, se llamaron telefónicamente unos a otros, para recordar esos días de infancia en que la frontera no existía. Esto porque las líneas telefónicas entre ambos países fueron restablecidas por primera vez en veinte años.
La mayor parte de estas conversaciones se dieron en amhárico, lengua vernácula en Etiopía que es también conocida y utilizada en Eritrea. También durante el mes de julio, se reanudaron los vuelos entre los dos países, permitiendo la reunificación de familiares y amigos que no se veían desde hace décadas. Para completar, ambos gobiernos han anunciado que harán un traslado de prisioneros políticos para que los nacionales encarcelados en el extranjero, puedan por fin regresar a su país.
El reacercamiento entre Etiopía y Eritrea se da después de que mantuvieran un estado de alta tensión y hostilidades desde la década de 1990. Localizados en la región conocida como el Cuerno de África, en el noreste del continente, Eritrea y Etiopía fueron un solo país llamado la Federación de Etiopía, entre 1952 y 1993.
En 1993, Eritrea se independizó después de un sinnúmero de tensiones y transiciones políticas en Etiopía. Durante los años inmediatamente siguientes, los dos países mantuvieron estrechas relaciones económicas, ya que Etiopía depende de vecinos como Eritrea para tener acceso al Mar Rojo (Etiopía es parecido a Bolivia, que depende de Chile y Perú para tener acceso a puertos marítimos y así poder comerciar internacionalmente). Desafortunadamente, en 1998 una disputa fronteriza entre ambos países llevó a una violenta guerra que, en principio, todavía no se ha resuelto.
A pesar de que no ha habido mayores combates entre Etiopía y Eritrea desde principios de los 2000, los dos gobiernos se han mantenido en estado de alerta y desconfianza con respecto a sus antiguos compatriotas. Más aún, desde hace años no ha habido relaciones comerciales o diplomáticas entre las dos capitales, Asmara y Adis Abeba. Sin embargo, el nuevo Primer Ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, es una figura nueva y joven en la política del país que se ha fijado como prioridad la normalización de relaciones.
Tanto es así, que el 8 de julio, Abiy Ahmed Ali viajó a Asmara, la capital Eritrea, donde se reunió con su homólogo, el Presidente Isaías Afewerki, de 72 años de edad, quien ha dirigido Eritrea desde la independencia nacional en 1993 y, desafortunadamente, no es el más democrático de los líderes en la región. Aun así, durante la visita histórica, ambos dirigentes enfatizaron su voluntad de construir puentes entre los dos países, dejando atrás las diferencias del pasado. A los pocos días, el 14 de julio, el Presidente Afewerki aterrizó en Adís Abeba por primera vez en veinte años para una visita de varios días.
Leer aquí el texto completo sobre el conflicto y pacto entre Eritrea y Etiopía.
Fuentes:
Vatican Insider / Vatican News / El Definido
———-vengo de visitar Etiopia durante dos semanas,recorriendolo a ras de pavimento. Hay una atmosfera de acercamiento y afabilidad,y una condena a cualquier intento militarista -golpe de 14 junio-.La politica de pacificación del Primer Ministro ha despertado esperanzas y el pais lleva adelante un crecimiento inédito.