El aporte católico al proyecto europeo
9:00 p m| 03 nov 17 (VN/BV).- “(Re)pensar Europa: una contribución cristiana al futuro del proyecto europeo”, es el título de la conferencia internacional organizada por la Santa Sede y la COMECE -la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea- que reunió en el Vaticano a cerca de 350 representantes de la Iglesia y líderes políticos europeos de alto nivel para contribuir a una reflexión constructiva sobre los desafíos fundamentales del proyecto europeo. Los cardenales Marx (presidente del COMECE) y Parolin (Secretario de Estado Vaticano), y el papa Francisco pronunciaron mensajes, motivando el diálogo y la solidaridad, siempre mirando al futuro, sin olvidar el pasado y la realidad del presente.
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Tal como afirmó el Cardenal Reinhard Marx en la conferencia de prensa para la presentación de la Conferencia (Re)Thinking Europe, la Unión Europea y Europa toda debe afrontar grandes desafíos, ante los cuales los ciudadanos esperan al menos objetivos claros y prospectivas. Entre otros, el cambio climático, el aumento de los cambios en el mundo del trabajo a través de la digitalización, los movimientos de fuga y migraciones que emergen en la así llamada “crisis de refugiados”.
Tras enumerar algunos de los grandes resultados de la Unión Europea, como lo son la contribución a crear paz, solidaridad, crecimiento y progreso en Europa, el purpurado indicó también las falencias, como aquella que señala que, a la vez que se progresa en la creación de las vías mencionadas, muchos ciudadanos han desarrollado una actitud desapegada, con una tecnocratización de la Unión Europea, es decir, por una parte los ciudadanos esperan todo de “Bruselas” (en relación al consumo) y se decepcionan si no lo consiguen; y por la otra, y esto sucede a menudo, “no esperan nada en absoluto”, pero contemporáneamente “no están dispuestos a hacer del ‘Proyecto Europa’ su propio proyecto”.
De ahí que haya señalado la finalidad del presente encuentro: reencender el diálogo entre políticos y representantes de la Iglesia, como entre los representantes de las entidades sociales, sobre Europa y la Unión Europea, las expectativas, esperanzas, y también las desilusiones. Un diálogo que es sólo el inicio de un proceso de reflexión y de discusión sobre Europa y la Unión Europea, que presenta desafíos que no se limitan sólo a esta realidad geopolítica.
Por su parte el Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Monseñor Paul Richard Gallagher, se refirió a la dedicación que los romanos pontífices han demostrado en relación a Europa. Como en la actualidad, que en tan sólo cinco años de pontificado el Papa Francisco demostró su interés tres veces, con su visita a Estrasburgo, con la celebración del 60 aniversario de los Tratados de Roma, y con la acogida del presente Congreso Internacional.
Un congreso que no quiere ser la clásica “conferencia” sino un espacio de diálogo, de modo de ejercitar esta virtud entre la política y la Iglesia. Esto porque, -tal como señala Mons. Paul Gallagher– “encontrarse y hablar no es igual al diálogo”, porque “un diálogo afectivo es efectivo” y es además “necesario para rejuvenecer Europa y redescubrir los carismas de los padres fundadores”. “Europa es capaz de afrontar los grandes desafíos, proyectar un futuro, y un compromiso cristiano y católico para el futuro”.
ENLACE: Conferencia de prensa de presentación “(Re)Thinking Europe”
Encuentro sobre Europa: “No podemos dar marcha atrás”
Europa debe continuar con su evolución, también y precisamente a causa de las crisis del pasado. No hay marcha atrás, asegura el cardenal alemán Reinhard Marx, presidente de los obispos europeos entrevistado por el p. Bernd Hagenkord, de la Secretaría para la Comunicación vaticana. “Queremos crear un ámbito en el cual lograr tomar nuevo coraje”: es este el punto focal resaltado por el cardenal Marx.
Es verdad, agrega, sirve mucho coraje, ya que Europa no es más aquel lugar solar de hace algunos años. Hay menos optimismo en lo que respecta a la voluntad de una mayor comunidad; más bien, las señales indican una tendencia a la división.
“Estamos en un proceso de búsqueda, en una fase de orientación en la cual debemos decidir cuál deberá ser el destino de Europa en el futuro, en los próximos 20 o 50 años. ¿Cuál es el objetivo?”: estas son las interrogantes que se plantea el cardenal Marx. Las crisis siempre han existido, también si las más recientes han sido más bien “ásperas”, y la Iglesia quiere dar su contribución para volver a encontrar coraje.
Europa: un proyecto al que no se debe renunciar
“Europa es un proyecto al que no se debe renunciar. Es una experiencia única en la historia de la humanidad, el hecho de que pueblos y naciones hayan decidido libremente renunciar a una parte de su soberanía para trabajar juntos y nunca más declararse la guerra unos contra otros y colaborar para obtener ventajas comunes y el bienestar de los pueblos en su singularidad, en el respeto de los derechos humanos, con la democracia, con la ayuda de las Constituciones, con el Estado de derecho, es un hecho grandioso. A veces es necesario recordarlo –la tendencia a olvidar es fuerte”.
El purpurado menciona un segundo punto: la necesidad de una mayor solidaridad y subsidiariedad para Europa. Son, estos, dos conceptos estrechamente unidos en la Doctrina social.
Una mayor solidaridad
El tercer punto, en el elenco que la Iglesia ha preparado para afrontar el diálogo: ¿Qué representa Europa para el mundo? “¿Sobre cuáles valores fundamentales se basa Europa? Es, también este, un aspecto que debemos testimoniar al mundo; y ¿quién tiene el papel de exponerse por el gran desarrollo de la humanidad, precisamente en la época actual en la que la voz de los Estados Unidos se ha vuelto un poco difícil? Pensemos en la cuestión del clima, en el gran concepto expresado por el Papa, de la ‘casa común de la Creación’; pensemos en el hecho que debemos estar presentes para todos, para que los pobres estén siempre en nuestro horizonte junto a la generación futura”.
“Europa tiene en esto una grandísima responsabilidad A Europa le corresponde un papel importante. Esta es la hora de Europa y también nosotros, como Iglesia, debemos recoger el reto”. El prelado alemán no contempla la posibilidad de dar marcha atrás: es un camino equivocado, asegura. “No se puede volver atrás: jamás se debe retroceder, sino siempre ir adelante”.
Mons. Parolin: El diálogo sobre Europa debe comenzar “de la vida cotidiana de las personas”
El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, intervino también en el primer día de la conferencia. Parolin señaló que durante estos años, ha nacido un “diálogo constante entre el Santo Padre y Europa”, caracterizado por varias etapas, comenzando con las visitas memorables de Estrasburgo, el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa, hasta llegar a la audiencia concedida a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea el 24 de marzo y al encuentro “Re thinking Europe”, citó Mons. Parolin.
En este contexto, el cardenal señaló que el Papa Francisco escribió en la tercera parte de la Exhortación Apostólica ‘Evangelii Gaudium’, titulada : El bien común y la paz social,[2] cuatro principios que “orientan específicamente el desarrollo de la convivencia social y la construcción de un pueblo donde las diferencias se armonicen en un proyecto común”.
Estos son: i) el tiempo es superior al espacio, ya que “nos encontramos hoy para comenzar un proceso antes que para obtener resultados inmediatos que producen un rédito político fácil, rápido y efímero, pero que no construyen la plenitud humana”, dijo el cardenal Parolin; ii) “tenemos la convicción de que la unidad prevalece sobre el conflicto”; iii) “… en nuestras conversaciones no queremos olvidar que la realidad es superior a la idea, ya que la idea desconectada de la realidad origina idealismos y nominalismos ineficaces, que a lo sumo clasifican o definen, pero no convocan, lo que convoca es la realidad iluminada por el razonamiento”; y iv) “no olvidemos que el todo es superior a la parte… la integración que gradualmente se ha hecho realidad es algo más grande que la simple suma de idiomas y culturas”.
ENLACE: Discurso de S.E. el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado
Francisco aconseja a Europa diálogo y vuelta a las raíces cristianas
En su discurso, el Papa destacó varias ideas que considera claves para el devenir del continente, guiado por la idea principal del diálogo entre Iglesia y Estado: “Es significativo que este encuentro buscase ser sobre todo un diálogo a través del cual enriquecerse mutuamente e iluminar el camino del futuro de Europa, para superar las crisis que padecemos y para afrontar los desafíos que nos esperan”.
En primer lugar, el Pontífice ha recalcado la “primera gran contribución del cristianismo en Europa” en la figura de san Benito, fundador de la orden benedictina. “Para san Benito no hay roles hay personas. Este es uno de los valores fundamentales que ha traído el cristianismo: el sentido de la persona, creada a imagen de Dios y no como instrumento del poder. Lamentablemente hoy en día vemos en muchas ocasiones que no hay ciudadanos, hay votos. No hay emigrantes, hay cuotas. No hay trabajadores, hay indicadores económicos. No hay pobres, hay umbrales de pobreza”.
En este sentido ha recalcado la importancia de la comunidad frente al individualismo “La comunidad es el antídoto más grande contra los individualismos que caracterizan nuestro tiempo, contra esa tendencia generalizada hoy en Occidente a concebirse y a vivir en soledad. Nos tergiversan la libertad, como si ser libre significara estar solo”.
Partiendo de esta idea de “comunidad como antídoto frente al individualismo”, el Papa ha subrayado la importancia del primer tipo e comunidad que surge, la familia: “La familia es la unión armónica de las diferencias entre el hombre y la mujer, que cuanto más generativa y capaz sea de abrirse a la vida y a los demás, tanto más será verdadera y profunda”.
Diálogo, inclusión, solidaridad, desarrollo y paz
El Papa ha propuesto estos cinco conceptos como los pilares de la Europa que debemos construir en el futuro. Ha recalcado la importancia del diálogo interreligioso, especialmente con los musulmanes del continente, y “Recuperar la percepción del valor positivo que tiene para la sociedad el papel público y objetivo de la religión, no como los que prefieren relegarla a una esfera meramente privada y sentimental que instauran el predominio de un cierto pensamiento único muy peligroso”.
Sin embargo ha alertado de los peligros de un diálogo mal entendido, en el que las reivindicaciones tapan al espíritu de conversación, confundiendo las prioridades.
“Encuentran así terreno fértil en muchos países las formaciones extremistas y populistas que hacen de la protesta el corazón de su mensaje político, sin ofrecer un proyecto político como alternativa constructiva. En un caso se destruyen puentes y en el otro se construyen muros. Y en Europa conocemos los dos” ha añadido el Papa.
En cuanto a la inclusión, Francisco ha asegurado que “los emigrantes son un recurso más que un peso. Los cristianos están llamados a meditar seriamente sobre la afirmación de Jesús: Fui forastero y me hospedaste”.
Sin embargo, también ha considerado que debe haber un esfuerzo inclusivo desde las dos partes: “No se puede pensar que el fenómeno migratorio sea un proceso indiscriminado y sin reglas, pero no se pueden tampoco levantar muros de indiferencia o de miedo. Por su parte, los mismos emigrantes no deben olvidar el compromiso importante de conocer, respetar y también asimilar la cultura y las tradiciones de la nación que los acoge”.
Después el obispo de Roma ha aconsejado un proyecto Europeo basado en la Solidaridad “esa palabra que tantas veces parece q se ha escapado del diccionario-ha dicho- ya que Europa perdería no solo uno de los desafíos más importantes de su historia, sino también una de las oportunidades más grandes para su futuro”.
El Papa ha querido acordarse también de mayo del 68, que sumió a Europa en una deriva ideológica sin precedentes “Al rechazo de lo que llegaba de los padres, le ha seguido el tiempo de una dramática esterilidad. No solo porque en Europa se tienen pocos hijos, y demasiados son los que han sido privados del derecho a nacer, sino también porque nos hemos encontrado incapaces de entregar a los jóvenes los instrumentos materiales y culturales para afrontar el futuro”. En este sentido ha insistido en la importancia e transmitir a los jóvenes la identidad e historia de sus países y Europa para construir un futuro más humano.
Una fuente de desarrollo
El Papa se ha detenido también en la idea del desarrollo de las propias personas y de un mundo empresarial sostenible “Es necesario volver a empezar desde el espíritu de las empresas cristianas, que son también el mejor antídoto a los desequilibrios provocados por una globalización sin alma, que —más atenta al beneficio que a las personas— ha creado gran cantidad de pobreza, desempleo, explotación y malestar social.” Aunque no exime de responsabilidad a los gobiernos, que considera que a ellos les corresponde “crear las condiciones económicas que favorezcan un sano empresariado y niveles adecuados de empleo”.
Finalmente Bergoglio ha hablado del derecho a la paz, y la importancia de entender cómo las Guerras Mundiales movieron al Tratado de Roma como “promesa de paz” sin embargo, ser hombres de paz no debe limitarse solamente a Europa, sino que “Ser trabajadores de paz significa hacerse promotores de una cultura de la paz. Esto exige amor a la verdad, sin la que no pueden existir relaciones humanas auténticas y búsqueda de la justicia, sin la que el abuso es la norma imperante de cualquier comunidad”.
“Los cristianos –ha concluido el Papa– son al mundo lo que el Alma al cuerpo”.
Intervención de Tajani
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, lambíen intervino en el congreso (re)thinking Europe, con un discurso en el que manifestó su deseo de cambiar Europa “dando respuestas concretas a problemas como el paro juvenil, el terrorismo y la migración ilegal. Sin embargo, quitar los crucifijos de las escuelas no es la forma de respetar la diversidad de los migrantes, sino que sirve para olvidarnos de nuestra identidad”.
En este sentido ha recalcado la importancia de tener presentes la historia de Europa “que está profundamente ligada a la tradición cristiana que debemos volver a abrazar”.
Respecto la crisis de los refugiados, ha dicho que “hay que tener en cuenta a la gente que huye de la guerra, debemos acogerles” y ha felicitado a la Comunidad de san Egidio de Roma por su importante labor de acogida de refugiados. En cuanto a terrorismo, ha sido tajante “Europa resurgirá, tenemos fe en el hombre, el diálogo y la tolerancia frente a la radicalización”.
Finalmente ha insistido en la importancia del diálogo con África para poner a dicho continente a la altura de los demás, y en el desarrollo de una economía social de mercado, que debe verse “no como un fin sino como un instrumento que genere riqueza que se distribuya entre todos”.
ENLACE: Discurso completo del papa Francisco
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- Web del evento “(Re)Thinking Europe, a Christian Contribution to the Future of the European Project”
Fuentes:
Radio Vaticano / Vida Nueva