El papa Francisco motiva a la comunidad universitaria

7:00 p m| 31 oct 17 (RV/VI/BV).- En discursos recientes el Papa se ha dirigido al ámbito de la educación superior, exhortando a la plenitud de su misión formativa y con enseñanzas a los jóvenes estudiantes. La necesidad de desarrollar una cultura sapiencial y de preparar nuevos líderes conscientes de las cuestiones éticas actuales, fueron el centro del mensaje de Francisco en la audiencia a una delegación de estudiantes y profesores de la Universidad de Tel Aviv.

Luego ante la comunidad de la Universidad Católica Portuguesa, pidió no mirar al grado universitario como sinónimo de mayor prestigio, sino como una responsabilidad ante el cuidado de los necesitados y del medio ambiente. “No basta hacer análisis, hay que generar espacios de verdadera investigación”, añadió. Finalmente a los estudiantes de la Institution des Chartreux de Lyon, les llamó a recorrer los caminos de la fraternidad, “ser constructores de puentes entre los hombres y edificar una sociedad más justa y más humana”.

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El Papa: “La Universidad, lugar donde la ciencia y la sabiduría colaboran en la formación integral”

“Nuestro mundo tiene urgente necesidad de desarrollar una cultura sapiencial. Tenemos necesidad de modos adecuados para formar líderes capaces de abrir nuevos caminos para responder a las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer aquellas futuras”, lo dijo el Papa Francisco a la Delegación de estudiantes y profesores de la ‘Tel Aviv University’, a quienes recibió en audiencia, la mañana del 23 de octubre, en la Sala de los Papa del Vaticano.

Favorecer la formación integral

En sus saludos, el Santo Padre expresó su aprecio a los miembros de esta Universidad, por su empeño en la formación de nuevas generaciones, que representan el presente y futuro de la sociedad. “La actividad educativa –precisó el Pontífice– aunque a veces sea ardua, es siempre una de las tareas más importantes y delicadas, porque mira a formar a la persona en su integridad. Para realizar esta fundamental tarea se necesita ciertamente experimentar habilidad profesional y técnica, pero también empatía y sensibilidad humana, en relación a estimular un diálogo sincero con los estudiantes y favorecer su formación, sea como personas, sea como futuros profesionales en las respectivas áreas de estudio”.

Ciencia y sabiduría deben caminar juntos

En pocas palabras, para realizar esta tarea, señaló el Papa Francisco, ciencia y sabiduría deben caminar juntos. “La sabiduría, entendida en sentido bíblico, permite ir más allá de las realidades empíricas para descubrir el significado último. Por ello, afirmó el Pontífice: la Universidad está llamada a educar en una cultura sapiencial, capaz de armonizar el enfoque técnico y científico con aquel humanista, con la convicción que la búsqueda de la verdad y del bien es en última instancia única”.

Desarrollar una cultura sapiencial

Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco enfatizó que nuestro mundo tiene urgente necesidad de desarrollar una cultura sapiencial. “Tenemos necesidad de modos adecuados para formar líderes capaces de abrir nuevos caminos para responder a las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer aquellas futuras. Satisfacer esta exigencia de modo eficaz – precisó el Papa – es muy importante considerando la actual fase de evolución y de desarrollo global, marcada por una crisis económico-social y conflictos generacionales”.

Hacia un nuevo liderazgo tutelando a los últimos

Estoy seguro que su Universidad – afirmó el Santo Padre – puede contribuir a crear un nuevo liderazgo, atento a las grandes cuestiones éticas que interpelan nuestra sociedad y a la exigencia de tutelar y promover a los más vulnerables entre nuestros hermanos y hermanas. “Sólo sirviendo a un desarrollo humano integral – agregó – la ciencia y las disciplinas humanistas pueden expresar su plena dignidad”.

Les agradezco por su visita y les pido que puedan tener siempre sed de sabiduría, que es un don divino, alentó el Papa Francisco, para que nos haga capaces de conducir una vida buena y fecunda.

ENLACE: Mensaje completo en la audiencia a la Delegación de la Tel Aviv University

 

Francisco: “No mirar el grado universitario como sinónimo de mayor prestigio social”

En el marco del 50º aniversario de la Universidad Católica Portuguesa, el papa Francisco recibió en audiencia a la comunidad educativa de dicha institución. El encuentro tuvo lugar en la mañana del 26 de octubre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. El Pontífice felicitó a la Iglesia de Portugal, que promueve y apoya la universidad, “y que puede contar así con una lectura en profundidad de los tiempos que corren y sobre todo con la formación superior de los guías del Pueblo de Dios y de los líderes que la sociedad necesita”.

A cincuenta años de su creación, Francisco destacó el servicio de la Universidad “al crecimiento de la persona y de la comunidad humana: para la primera, una obra de construcción en tiempos relativamente breves, para la segunda en cambio, una obra sin fin. ¡Larga vida, pues, a la Universidad Católica Portuguesa!”, expresó.

El Santo Padre recordó a los docentes que son universidad, es decir que “abrazan el universo del saber en su significado humano y divino, para garantizar aquella mirada de universalidad sin la cual la razón, resignada con modelos parciales, renuncia a su aspiración más alta: la búsqueda de la verdad. A la vista de la grandeza de su saber y de su poder, la razón cede ante la presión de los intereses y la atracción de la utilidad, acabando por reconocerla como su último criterio”, afirmó.

“Pero cuando el ser humano se entrega a las fuerzas ciegas del inconsciente, de las necesidades inmediatas, del egoísmo, entonces su libertad se enferma”, advirtió Francisco, y citando la encíclica Laudato si’, señaló que “En este sentido, [aquel] está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener que carece de una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación” , en efecto, explicó, “la verdad significa más que el saber: el conocimiento de la verdad tiene como finalidad el conocimiento del bien. La verdad nos hace buenos, y la bondad es verdadera”.

Seguidamente, el Papa planteó a los docentes un interrogante: “¿Cómo ayudamos a nuestros alumnos a no mirar un grado universitario como sinónimo de mayor posición, sinónimo de más dinero o mayor prestigio social?”, y les preguntó: “¿Ayudamos a ver esta preparación como signo de una mayor responsabilidad ante los problemas de hoy, ante la necesidad del más pobre, ante el cuidado del medio ambiente?”, ya que “no basta hacer análisis, descripciones de la realidad; es necesario generar espacios de verdadera investigación, debates que generen alternativas para los problemas de hoy. Qué importante es concretar”, consideró.

Para finalizar, hizo hincapié en el carácter católico de la universidad, lo que “la valoriza al máximo”, porque “si la misión fundamental de toda universidad es ‘la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber para el bien de la sociedad’, una institución académica católica se distingue por la inspiración cristiana de sus miembros y de sus propias comunidades, ayudándoles a incluir la dimensión moral, espiritual y religiosa en su investigación y a valorar las conquistas de la ciencia y la técnica en la perspectiva de la totalidad de la persona humana”.

“Detrás del docente católico se encuentra una comunidad creyente, en la que, durante los siglos de su existencia, maduró una determinada sabiduría de la vida; una comunidad que guarda en sí un tesoro de conocimiento y de experiencia ética, que se revela importante para toda la humanidad. En este sentido, el docente habla no tanto como representante de una creencia, sino, sobre todo, como testigo de la validez de una razón ética”, añadió.

Finalmente, destacó que, “por fisonomía y presencia, son universidad portuguesa”, y aseguró que “esto constituye otro signo de esperanza que la Iglesia ofrece al país, puesto que pone a disposición de la Nación una institución cultural que, teniendo como objetivo el perfeccionamiento cristiano del hombre, es llamada precisamente a servir a la causa misma del hombre, en la certeza de ‘el que sigue a Cristo, hombre perfecto, también se hace él mismo más hombre’”.

Recordando la promesa del Cielo dejada en Fátima hace cien años, el Papa dijo “En Portugal, se conservará siempre el dogma de la fe”, y relató que en su visita a Portugal, “fui allí a venerar a la Virgen Madre, y para confiarle a sus hijos e hijas. Bajo su manto, no se pierden; de sus brazos vendrá la esperanza y la paz que necesitan”, concluyó.

ENLACE: Mensaje completo en la audiencia a la comunidad de la Universidad Católica Portuguesa

 

El Papa a los estudiantes franceses: “líbrense de la fascinación del dinero”

El Papa exhortó a los estudiantes franceses de los Chartreux de Lyon, instituto privado católico, a “permanecer libres de la fascinación del dinero, de la esclavitud en la que el dinero encierra a todos los que le rinden culto”, y a tener la fuerza para “no obedecer ciegamente a la mano invisible del mercado”, aconsejándoles que tomen “los senderos de la fraternidad” aunque el mundo se espere que ellos apuesten por el “éxito”.

Los Chartreux, hasta la Revolución francesa sede de los monjes cartujos, son en la actualidad un instituto escolar, además de colegio, en el que, desde la guardería hasta el bachillerato, estudian más de 3800 estudiantes y enseñan 265 profesores. La institución es católica, por lo que se relaciona con la diócesis de Lyon guiada por el cardenal Philippe Barbarin, pero está abierta a chicos de otras religiones y a los no creyentes. El superior, el padre Jean-Bernard Plessy, al saludar al Papa, llevó el mensaje del cardenal Barbarin, que, dijo, “le envía su saludo y reza con nosotros”. El Papa, al comenzar su discurso respondió saludando a los presentes “sin olvidar a todos los que se han quedado en Lyon, también al cardenal Barbarin”.

“Ustedes –dijo el Papa en su breve discurso– están comprometidos en un curso de estudios que los prepara para entrar a las grandes escuelas comerciales y que, cuando sea el momento, les permitirá desempeñar una profesión en el mundo de las finanzas internacionales. Me alegra saber que su formación académica incluye una fuerte dimensión humana, filosófica y espiritual, y doy gracias a Dios por ello”.

“Efectivamente –prosiguió el Papa– es esencial que, desde ahora y en sus vidas profesionales futuras, aprendan a permanecer libres de la fascinación del dinero, de la esclavitud en la que el dinero encierra a todos los que le rinden culto. Y también es importante –insistió el Pontífice– que puedan adquirir hoy la fuerza y la valentía para no obedecer ciegamente a la mano invisible del mercado. Por lo tanto, los animo a sacar ventaja del tiempo de los estudios para que se formen y se conviertan en promotores y defensores de un crecimiento en la equidad, artesanos de una administración justa y adecuada de nuestra casa común, es decir el mundo”.

Francisco también subrayó que en Roma los estudiantes franceses de los Chartreux están sumergidos “en la historia que ha marcado tan fuertemente el surgimiento de las naciones europeas. Admirando lo que el genio de los hombres y las esperanzas que cultivaron fueron capaces de hacer. Preocúpense, también ustedes, por dejar su huella en la historia. Efectivamente, ¡ustedes tienen la capacidad de decidir su futuro! Quiero repetirlo: tienen la capacidad de decidir su futuro. Por ello los exhorto a volverse responsables de este mundo y de la vida de cada hombre. No se olviden nunca de que cada injusticia contra un pobre es una herida abierta, y disminuye también la dignidad misma de ustedes”.

“Y aunque este mundo espere que ustedes apuesten por el éxito –insistió Bergoglio–, dense los medios y el tiempo para recorrer los senderos de la fraternidad, para construir puentes entre los hombres, en lugar de muros, para sumar su piedra a la edificación de una sociedad más justa y humana”.

Francisco concluyó con la invitación “a todos los que entre ustedes son cristianos a permanecer siempre unidos al Señor Jesús con la oración, para aprender a encomendar todo a Dios, y así no sucumbir a la tentación del desánimo o de la desesperación. También quisiera decir, con respeto y afecto, a cuantos no son cristianos: no se olviden nunca –dijo el Papa citando a Blaise Pascal–, en la mirada dirigida a los demás y a ustedes mismos, de que el hombre rebasa infinitamente al hombre”.

Después de haber animado a chicos y profesores a “trabajar por el bien, para convertirse humildemente en semilla de un nuevo mundo”, y a “cultivar la cultura del encuentro y del compartir en el seno de la familia humana”, el Papa bendijo a los presentes y concluyó diciendo: “Merci beaucoup”.

ENLACE: Mensaje completo en la audiencia a los estudiantes de la Institution des Chartreux de Lyon (Francia)

 

Fuentes:

Radio Vaticano / AICA / Vatican Insider / Oficina de Prensa de la Santa Sede

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Buena Voz

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