Musulmanes y católicos resaltan creencias compartidas sobre la vida social y política
8:00 p m| 10 may 16 (AGENCIAS/BV).- Especialistas en diálogo interreligioso -musulmanes y católicos- han emitido una declaración conjunta que expone creencias compartidas como base para una coexistencia pacífica y una cooperación para el bien común. La declaración se desarrolla en ocho puntos de convergencia, y menciona, entre otras cuestiones: un pedido de proteger por ley los derechos humanos fundamentales, un compromiso de solidaridad con todas las personas necesitadas, y poner énfasis en el derecho de los jóvenes a una educación que sea “respetuosa de la diversidad”.
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El comunicado se hizo público al finalizar una reunión de dos días en el Vaticano bajo el tema “Valores compartidos en la vida social y política: perspectivas cristianas y musulmanas”. El encuentro, que reunió a delegados de una docena de países diferentes, fue organizado por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y el Royal Institute for Inter-faith Studies de Amman, Jordania.
Francisco se reunió con los participantes el segundo día. Dijo que su visita a Jordania en el 2014 fue “un hermoso recuerdo que llevo conmigo”. Alabó la dedicación de los participantes a un diálogo constructivo, especialmente en un momento en que “nos hemos acostumbrado a la destrucción causada por las guerras”. El diálogo implica salir de uno mismo y escuchar al otro, dijo el Papa en su breve comentario. “Es la primera etapa de un camino. Después de este encuentro de la palabra, los corazones se encuentran y comienza un diálogo de amistad, que acaba con darse las manos. Palabra, corazón, manos. ¡Es simple! Lo sabe hacer un niño”, dijo el Papa.
En la declaración, los participantes afirman estar de acuerdo en la necesidad de reconocer y garantizar los derechos inalienables y la dignidad que Dios ha concedido a todos y que estos derechos deben estar legalmente garantizados. “Creemos en la función humanizadora y civilizadora de nuestras religiones, cuando sus seguidores se adhieren a sus principios de adorar a Dios y de amar y cuidar a los demás”, dice el documento.
Se manifestó también que musulmanes y cristianos comparten muchos valores, que “constituye una base sólida pacífica y fructífera para la convivencia, también con las personas de buena voluntad que no profesan una religión”, y comprometieron su solidaridad con todos los necesitados, independientemente de su origen religioso, étnico o cultural. Expresando solidaridad con víctimas de la violencia y conflictos armados, la declaración enfatiza en que “el respeto del derecho internacional, el diálogo, la justicia, la misericordia, la compasión son valores y medios adecuados para lograr la paz y la armonía”
The Vatican delegation was led by Cardinal Jean-Louis Tauran, president of the interreligious dialogue council, and included dialogue experts from Iraq, Syria, Algeria and Indonesia, as well as Anne Leahy, Canada’s former ambassador to the Holy See.
La delegación vaticana fue liderada por el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, e incluyó también especialistas en diálogo interreligioso de Irak, Siria, Algeria e Indonesia, así como a la embajadora canadiense en la Santa Sede, Anne Leahy. Radio Vaticana pudo conversar con Leahy, quien afirmó que fue un “encuentro de mentalidades” sobre los importantes valores que musulmanes y católicos compartimos en términos de ser buenos ciudadanos, actuando en conjunto por el bien común.
“Escuchamos mucho sobre nuestras diferencias”, agregó, “así que ahora es importante testimoniar sobre los valores que compartimos y que pueden contrarrestar esa negatividad”.
Por su parte, la delegación musulmana fue liderada por el príncipe El Hassan bin Talal, Presidente del Consejo de Administración del Royal Institute for Inter-faith Studies, que integró también expertos de Irak, Bahrein, Egipto, Jordania y Líbano.
Declaración completa luego del encuentro “Valores compartidos en la vida social y política: perspectivas cristianas y musulmanas”
Los participantes acordaron los siguientes puntos:
1. Compartimos creencias y valores morales. Lo que tenemos en común es mucho más que nuestras particularidades, y constituye una base sólida pacífica y fructífera para la convivencia, también con las personas de buena voluntad que no profesan una religión en particular.
2. Creemos en la función humanizadora y civilizadora de nuestras religiones, cuando sus seguidores se adhieren a sus principios de adorar a Dios y de amar y cuidar a los demás.
3. Creemos que Dios otorga a cada persona dignidad y derechos inalienables. Son dones suyos que deben ser reconocidos, garantizados y protegidos por la ley.
4. Ofrecemos nuestra solidaridad a nuestros hermanos y hermanas en humanidad que atraviesan por cualquier necesidad, independientemente de su origen étnico, religioso o cultural.
5. Nuestra ayuda a los pobres y los necesitados debe ofrecerse por compasión y por la gloria de Dios. Nunca se debe utilizar para hacer proselitismo.
6. Creemos que la juventud no sólo representa el futuro de la humanidad. También es una parte importante de su presente. Los jóvenes tienen derecho a una educación adecuada que los prepare para ser buenos ciudadanos respetuosos de la diversidad.
7. Nuestro mundo, nuestra “casa común”, está pasando por muchas crisis complicadas y necesita los esfuerzos constantes de sus habitantes para que sea un lugar adecuado donde podamos vivir juntos en paz, compartiendo los recursos del universo, conscientes de nuestro deber con las generaciones futuras.
8. Expresamos nuestra cercanía y solidaridad a todos los que sufren, especialmente a causa de la violencia y los conflictos armados. El respeto del derecho internacional, el diálogo, la justicia, la misericordia, la compasión son valores y medios adecuados para lograr la paz y la armonía”.
Palabras del Papa Francisco a los participantes del encuentro
“Es un gusto para mí darles la bienvenida. Les agradezco mucho que hayan venido aquí para este saludo.
Quedé muy, pero muy contento – y la recuerdo tanto – con mi visita a Jordania. Es un lindo recuerdo que llevo conmigo.
El trabajo que ustedes realizan es un trabajo de construcción. Vivimos en un tiempo en el que nos acostumbramos a la destrucción de las guerras. Y el trabajo del diálogo, del acercamiento nos ayuda siempre a construir.
En una reunión de este tipo, la palabra más importante es diálogo. Y el diálogo es salir de sí mismos, con la palabra, y escuchar al otro. Las dos palabras se encuentran, los dos pensamientos se encuentran. Es la primera etapa de un camino.
Después de este encuentro de la palabra, los corazones se encuentran y comienza un diálogo de amistad, que acaba con darse las manos. Palabra, corazón, manos. ¡Es simple! Lo sabe hacer un niño… ¿por qué no hacerlo? Y éste es –pequeño, pequeño, pequeño– el paso de la construcción, de la amistad, de la sociedad. Todos tenemos un Padre común: somos hermanos. ¡Vayamos por este camino, que es bello!
Les agradezco, porque están convencidos de que es bueno ir por este camino.
Una vez más, gracias. Les pido humilmente que recen por mí y les prometo que rezaré por ustedes ¡Gracias!”.
Fuentes:
Radio Vaticana / The Tablet / News.va