¿Se abre una puerta para la comunión a los no católicos?
8:00 p m| 25 nov 15 (THE TABLET/BV).- En 1996, el fallecido cardenal Basil Hume escribió a Tony Blair, por ese entonces un anglicano por convertirse en Primer Ministro, pidiéndole que se abstenga de comulgar cuando asista a misa con su familia. Blair, casado con una católica, aceptó de mala gana, pero en su carta de respuesta al cardenal escribió: “Me pregunto qué es lo que hubiera dicho Jesús”. Blair resaltaba la tristeza que muchos cristianos casados con católicos sienten al no poder participar del sacramento de la eucaristía con sus cónyuges (salvo en circunstancias particulares), a pesar de estar unidos en el sacramento del matrimonio.
La semana pasada una mujer luterana en esta situación dirigió una pregunta a Francisco cuando el Papa visitó la Iglesia Luterana en Roma. “Hemos vivido juntos durante muchos años, compartiendo alegrías y tristezas”, dijo. “Y por lo tanto nos duele mucho estar divididos en la fe y no poder participar juntos en la Cena del Señor ¿Qué podemos hacer para lograr una comunión a estas alturas?”. Como se podía suponer el Papa no dijo “sí, háganlo nomás” pero tampoco ignoró la pregunta. Dejó una sensación más bien como lo ocurrido en la Asamblea del Sínodo sobre la familia y el tratamiento de la cuestión de la comunión para los divorciados vueltos a casar: una puerta se ha abierto.
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En su respuesta Francisco por un lado, subrayó que “no me atrevería a permitir esto, porque no es mi competencia”, pero luego dijo que corresponde decidir a la conciencia de cada persona.
“Es verdad que, en cierto sentido, compartir significa que no hay diferencias entre nosotros, que tenemos la misma doctrina -subrayando esa palabra, una difícil de entender por completo.
“Y yo me pregunto: ¿no tenemos el mismo Bautismo? Si tenemos el mismo bautismo, ¿no deberíamos estar caminando juntos? Y son testigos de una profunda jornada, el matrimonio: En sí es una jornada familiar y de amor humano y de una fe compartida, ¿no?”
“Tenemos el mismo Bautismo”.
Continuó: “¿Sobre la comunión? Hay preguntas que, solo si uno es sincero con uno mismo y con la pequeña luz teológica que tiene, deben ser respondidas por uno mismo. Véalo usted misma. Esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre. Hacedlo en memoria Mía -este es un viático que nos ayuda en el camino”.
Por último, el Papa añadió: “Sólo puedo responder a su pregunta con otra pregunta: ¿qué puedo hacer con mi marido que la Cena del Señor me podría acompañar en mi camino? Es un problema al que todo el mundo debe responder”, dijo. “Un pastor amigo me dijo una vez que ‘Creemos que el Señor está presente allí, Él está presente’… Usted cree que el Señor está presente. ¿Y cuál es la diferencia? Hay explicaciones, interpretaciones, pero la vida es más grande que las explicaciones e interpretaciones”.
Cabe señalar que hay situaciones en que cristianos no católicos pueden recibir la comunión en la Iglesia Católica. El directorio ecuménico de 1993 emitido por el Vaticano dijo que era posible que otros cristianos puedan recibir los sacramentos en “situaciones de grave y urgente necesidad” a discreción del sacerdote y de acuerdo con las normas de la conferencia de obispos locales.
El documento de 1998 de los obispos de Inglaterra y Gales, “One Bread One Body”, identificó situaciones de “alegría y la tristeza” en los que se podían hacer excepciones, como un funeral o primera comunión. También es norma que los cristianos de otras denominaciones que se casan con católicos reciban la comunión durante la misa de la boda.
Hay, sin embargo, movidas hacia un permiso más general.
El documento de trabajo de la asamblea sinodal del mes pasado propuso que se podría dar siempre que el pastor de la iglesia no católica no esté disponible.
Sin embargo, en días de la Asamblea el arzobispo de Birmingham, Bernard Longley, co-presidente de la Comisión Internacional Anglicano-Católica (ARCIC), emitió un comunicado criticando la propuesta. Argumentó que tal medida “establece una categoría de cristianos que no están en plena comunión con la Iglesia Católica y que los distingue de otros cristianos por el ‘derecho’ a recibir la Santa Comunión en una misa católica en cualquier ocasión”.
El Arzobispo Longley, sin embargo, es un hombre pastoralmente sensible que dijo que esperaba que las excepciones actuales que permiten recibir la comunión a los no católicos se hagan más conocidas. También ha insinuado en el pasado que se pueden incluir más excepciones.
En una entrevista con la Gaceta de la Iglesia de Irlanda en el 2013 el arzobispo dijo que “podría imaginar y prever como uno de los frutos de nuestro compromiso ecuménico el avanzar hacia una comprensión más profunda de la comunión y una participación más profunda entre nuestras iglesias”.
Y con Francisco, esto parece más posible que nunca.
Aquí la reseña completa de la visita de Francisco:
Francisco, en una iglesia luterana: “Debemos pedir perdón por el escándalo de la división”
“También el nombre de Dios es usado para cerrar los corazones”: así se refirió el Papa Francisco a los atentados de París, durante su visita a la Iglesia luterana de Roma, este domingo 15 de noviembre. El Pontífice habló asimismo de la división entre luteranos y católicos, unidos por el mismo Bautismo: “debemos pedirnos perdón por esto, por el escándalo de la división porque todos, luteranos y católicos – dijo – estamos en esta elección, la elección del servicio como Él nos indicó siendo siervo, el siervo del Señor”.
La gran alegría de la comunidad luterana por el encuentro con el Santo Padre se mezcló al dolor por las víctimas del atentado de París, que resonó punzante en las palabras de acogida del pastor luterano, Jens Martin Kruise: “Toda nuestra compasión – dijo – por las víctimas de los atentados terroristas y sus familiares”. Y el Papa, respondiendo a algunas preguntas de los presentes habló de la ‘cerrazón del corazón’ como causa del egoísmo humano, de la no acogida y también de la violencia. “Los muros – dijo – son un monumento a la exclusión que nos aleja del Señor”.
“Es una cosa fea tener el corazón cerrado. Mi hermano pastor ha nombrado París: corazones cerrados. También el nombre de Dios es usado para cerrar los corazones”.
Respondiendo luego a una luterana casada con un católico y sobre el deseo de participar juntos en la Cena del Señor, el Papa subrayó:
“Si tenemos el mismo Bautismo, debemos caminar juntos. Esto es parte de un diálogo teológico – prosiguió – que debe ser llevado adelante en modo proficuo”.
“¿Qué te gusta del ser Papa?” Preguntó al Pontífice un niño de nueve años:
“Me gusta ser Papa con el estilo del párroco: como servicio. Me siento bien cuando visito a los enfermos, cuando hablo con las personas que están un poco desesperadas, tristes. Hablar con los encarcelados. Cada vez que entro en una cárcel me pregunto a mí mismo: ¿por qué ellos y yo no?
Después de la lectura del Evangelio de Mateo, Francisco se preguntó: “¿Cuáles serán las preguntas que nos hará el Señor” el día del Juicio?
“Las preguntas son sobre los pobres, porque la pobreza está al centro del Evangelio. Él no considera un privilegio el ser como Dios, pero se ha rebajado, se ha humillado hasta el final, hasta la muerte de Cruz: es la elección del servicio”.
“Existieron tiempos feos entre nosotros. Piensen en las persecuciones. Debemos pedirnos perdón por esto, por el escándalo de la división”.
Pidamos la gracia – concluyó el Obispo de Roma – de una diversidad reconciliada en el Señor, aquel Dios que vino para servir y no para ser servido.
Finalmente, la invitación a los luteranos para que acompañen en comunión ecuménica a los católicos en el Jubileo de la Misericordia, en el “descubrimiento del perdón de Dios y de la belleza del amor por los hermanos”.
Fuente:
The Tablet / Radio Vaticana