La dimensión religiosa del diálogo intercultural
4.00 p m| 16 jun 15 (VIS/BV).- El arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, intervino el 8 de junio, en el Seminario de alto nivel “Construir juntos sociedades inclusivas: aportaciones al Encuentro de Sarajevo sobre la dimensión religiosa del diálogo intercultural”, que tuvo lugar en el Consejo de Europa, en preparación del Encuentro de 2015 dedicado a ese argumento y que se desarrollará en la capital de Bosnia y Herzegovina del 8 al 9 de septiembre.
El arzobispo estructuró su intervención en cuatro tesis: Las religiones son un sujeto esencial en el ámbito del diálogo intercultural en el contexto actual de creciente multipolaridad; Las religiones están llamadas a dar una aportación específica al progreso de la cultura de los derechos humanos; La libertad de religión es un elemento clave para el desarrollo de una sociedad democrática; la promoción y protección del derecho a la libertad de religión es una tarea fundamental para los estados y las organizaciones internacionales.
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“Los encuentros abiertos y respetuosos entre las tradiciones religiosas, y entre ellas y el mundo social y político, son fundamentales para la cohesión social. La dimensión religiosa sigue siendo un punto de referencia para millones de personas en Europa, lo que afecta a sus decisiones y, en mayor o menor medida, a su identidad. Es una dimensión que está en continua transformación, debido a las nuevas formas religiosas de vida y a los profundos cambios experimentados en las comunidades religiosas que han estado durante mucho tiempo presentes en Europa… Para que el diálogo intercultural dé sus frutos, debe abarcar no sólo la dimensión religiosa en general, sino también interactuar con determinadas confesiones religiosas con todas sus características históricas.
Sin la contribución especial de la perspectiva religiosa sobre la persona toda la cultura de los derechos humanos, incluso los de los no creyentes, resultaría enormemente empobrecida. No puedo pretender hablar en nombre de otras culturas religiosas; pero creo que la contribución específica de la Iglesia Católica a una cultura común de los derechos humanos es patente, en diversas maneras… En primer lugar, por la conciencia de una radical igualdad y fraternidad entre todos los seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios.
En segundo lugar, por el reconocimiento del valor de los menores entre nosotros, de los pobres y los marginados, de la dignidad de toda vida humana no importa cuán débil o precaria, desde la concepción hasta la muerte natural.
En tercer lugar, por la capacidad de transmitir una identidad religiosa que es a la vez firme y respetuosa con los demás, abierta al diálogo con otras religiones y visiones del mundo. Como puede verse fácilmente, estos son valores universales, y aunque no son exclusivos de la fe católica, esta última ha ofrecido y sigue ofreciendo una contribución única.
Cada tradición religiosa puede y debe dar su propia contribución, también cuando es necesario encontrar una manera de relacionarse honestamente con otra, abrazando lo bueno que existe en todas las tradiciones e incluso invitando a la discusión sincera sobre las limitaciones percibidas en todas las tradiciones del pensamiento , ya sean religiosas o no.
En el contexto actual de las sociedades multiculturales, el respeto de la libertad religiosa es uno de los factores fundamentales para evaluar el estado de salud de una democracia y si ésta puede considerarse como un verdadero hogar para todos. Promover la libertad religiosa resulta particularmente importante en la prevención y la lucha contra el fenómeno de la violencia extremista y la radicalización, en la que están involucrados los gobiernos y las organizaciones internacionales, entre ellas el Consejo de Europa”.
Fuente:
Vatican Information Service