El mayordomo pescado in fraganti

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4.00 p m| LIMA 31 may 12 (Buena Voz).- Este largo y lamentable episodio de la filtración de documentos vaticanos a la prensa italiana está menoscabando seriamente la imagen de la Iglesia ante el mundo. Eso advierten no sólo sus críticos sino los hombres más poderosos de su jerarquía. A las declaraciones del mismo Benedicto XVI, difundidas por su portavoz, el Padre Federico Lombardi S.J., se han sumado las palabras de Monseñor Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado. El prelado, uno de los hombres de confianza del Santo Padre junto al Cardenal Tarcisio Bertone, afirmó el miércoles 30 de mayo en una entrevista publicada en el L’Osservatore Romano que esta situación “nos debe hacer reflexionar y estimularnos a todos nosotros a esforzarnos a fondo para hacer que se vea una vida más conforme con el Evangelio”. ¿Qué quiso decir Monseñor Becciu con estas declaraciones? Acaso una autocrítica a la lucha de poderes dentro de la Iglesia.

Todo indica que el mayordomo del Papa no actuó solo. Muchos comentan que detrás de él existen movimientos interesados en cambiar la situación actual de la Iglesia, o al menos sustituir las cabezas que la dirigen.Pero en lo que no estamos de acuerdo es en que esa supuesta “profilaxis” vaticana de quienes filtraron las cartas persiga fines santos o heroicos. La Iglesia es una institución fundada por Jesús, pero dirigida por hombres, algunos de los cuales poseen ambiciones desmesuradas y propósitos poco evangélicos. Estamos sin duda ante un escándalo grave con repercusiones que podrían costarle el cargo a más de uno.

Hasta ahora nadie en el Vaticano ha negado la veracidad de los documentos sacados a la luz por el periodista Gianluigi Nuzzi en su libro Sua Santità, en el que se los expone como parte de las luchas de poder entre algunos cardenales. Incluso la Jerarquía ha intentado explicar el trasfondo de dichas cartas reservadas. Mons. Becciu, sin embargo, en la entrevista mencionada se sale de la estrategia mediática planteada por el mismo Lombardi –tristeza por la traición al Papa pero fortaleza de la Iglesia ante todo- y va más allá. “Por una parte [los artículos de la prensa], acusan a la Iglesia de gobernar de modo absolutista; por otra, se escandalizan de que algunos, escribiendo al Papa, expresen ideas o quejas sobre la organización del gobierno mismo”, expresa el Arzobispo. Y agrega el argumento de la libertad para tratar de justificar las críticas dentro del Vaticano: “los documentos publicados no revelan luchas o venganzas, sino esa libertad de pensamiento que, en cambio, se dice que la Iglesia no permite. (…) Los diversos puntos de vista, incluso las valoraciones contrastantes, son más bien normales. Si alguien se siente incomprendido, tiene todo el derecho de dirigirse al Pontífice. ¿Dónde está el escándalo? Obediencia no significa renunciar a tener un juicio propio, sino manifestar con sinceridad y hasta el fondo el propio parecer, para luego aceptar la decisión del superior. Y no por cálculo, sino por adhesión a la Iglesia querida por Cristo”.

La prensa a nivel mundial se alimenta de la especulación. Sin ella se vuelve inofensiva e intrascendente. Periodistas y vaticanistas han comenzado a formular una cantidad sorprendente de teorías sobre quién estaría detrás de Paolo Gabriele, más conocido como “Paoletto”, el mayordomo del Papa quien fue apresado el último fin de semana por posesión ilegal de documentos confidenciales. Incluso han aparecido en medios italianos supuestos jefes de “Paoletto” afirmando que él solo era operador de un grupo que pretendería “limpiar” la Iglesia de la corrupción de esta manera. Otros han sostenido que “Paoletto” es el alfil de un grupo de cardenales, obispos y secretarios que desean sacar del juego a Bertone, a quien consideran débil e incapaz para ejercer su trabajo. Otros añaden un secreto a voces en el Vaticano: la rivalidad entre el Cardenal Ángelo Sodano, Decano del Colegio de Cardenales y personaje ligado estrechamente a los círculos ultraconservadores de la Iglesia y Bertone, luego de que éste lo reemplazara en el cargo un año después de que Benedicto XVI asumiera el pontificado. Entonces las preguntas que caben hacerse son ¿Sodano está detrás de la cabeza de Bertone? ¿Hasta qué punto esta situación puede afectar al actual Secretario de Estado?

A estas hipótesis se suma el hecho de que Bertone ya pasó el límite de los 75 años (en diciembre cumple 78) y, siguiendo las normas de la Iglesia, debería pasar a la situación de emérito y dejar el cargo que ostenta. Sodano mismo dejó la Secretaría de Estado a los 78. En todo caso, ¿la situación actual puede precipitar su retiro? ¿Quién podría suceder a Bertone? ¿Acaso alguien cercano a Sodano?

Otra voz que no descarta la teoría conspirativa contra Benedicto XVI y sus principales colaboradores es la del Cardenal Robert Sarah, presidente del Consejo Cor Unum, responsable del trabajo misionero y de la ayuda humanitaria, quien sostuvo en una reciente entrevista que “esperemos que el arresto de Paoletto sea un caso aislado y que no haya otros traidores conspirando contra el Vaticano. Hasta que los magistrados (vaticanos) hayan echado suficiente luz sobre este chocante caso, nadie puede excluir escenarios como conspiraciones o tramas organizadas”, afirmó el religioso.

Seguramente que en los próximos días irán saliendo más documentos a la luz y aparecerán nuevas pistas sobre los responsables de esta conspiración. Tal como dijo Monseñor Becciu, esperemos que esta situación sirva para visibilizar una vida más conforme con el Evangelio, incluso para los miembros de la jerarquía de la Iglesia. Benedicto XVI ya ha demostrado que esto es posible; encontró el modo, en medio de la crisis producida por las denuncias de pedofilia, de convertir la crisis en oportunidad. Su opinión sobre estos temas ha sido clara; no es la animadversión anticlerical la que constituye nuestra mayor amenaza sino nuestros propios pecados. Regresar a Jesús y al sentido de la Iglesia como sacramento del reino antes que como burocracia cortesana es el desafío; nos alienta la confianza en el Espíritu y la promesa de que las amenazas no prevalecerán contra ella.

El periodista José Manuel Vidal, director del portal Web Religión Digital, sostiene que le “parece imposible que, tras el mayor escándalo de la historia vaticana, esté sólo un simple laico”, y “que la lucha entre la vieja guardia (Sodano, Castrillón y Cia) y la nueva guardia (Bertone y Cia) es ya total y abierta y se llevará por delante a varios curiales. A los verdaderos culpables. Aunque, desgraciadamente, no a todos”. Asimismo le hace una recomendación casi apocalíptica al Santo Padre: “aun así, limpie, Santidad. Tras limpiar a las manzanas podridas del clero, limpie ahora su propia casa. Eche a todos los curiales que buscan el poder y nada más que el poder. Rodéese de hombres santos, que también los hay (y muchos) en la Iglesia”.

Imagen:(Getty) Paolo Gabriele,”Paoletto” delante de Benedicto XVI en el papamovil

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Buena Voz

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Un pensamiento en “El mayordomo pescado in fraganti

  • 1 junio, 2012 al 6:07 pm
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    Me parece oxigenante que podamos saber de tantas actitudes antievangélicas por manejar el poder en la Iglesia de Jesús que corrompen a la Iglesis.

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