Monseñor Warduni: ‘En Iraq hay libertad de culto, pero no libertad religiosa’

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4.00 p m| BAGDAD 16 may 12 (BV/RELIGION DIGITAL).- En Iraq hay libertad de culto para enseñar el catecismo, para realizar celebraciones, pero no libertad religiosa, si uno quiere convertirse al cristianismo, no puede, manifestó Monseñor Warduni, obispo auxiliar de Bagdad y responsable de Cáritas Iraq.
Aquí la entrevista donde explica la situación que se vive en ese país, donde el 85% de los beneficiarios de Cáritas Iraq son musulmanes.

-¿Cuál es la situación de los cristianos en Iraq, después de tantos años de guerra?
-Lo primero es hablar de los iraquíes, de la situación de los ciudadanos iraquíes y de los cristianos de Iraq, que son igualmente ciudadanos, y como tal, viven una situación parecida. Cuando hay un ataque de un coche-bomba, mata indiscriminadamente a cristianos y a musulmanes, pero también es cierto que algunos fanáticos atacan específicamente a los cristianos. Los cristianos son ciudadanos por excelencia, porque son iraquíes de toda la vida. Y, como todos los cristianos, tratan de vivir su vida según los principios del Evangelio. Pero esta situación en la que nos encontramos actualmente hace mucho daño, porque obliga a los cristianos a dejar el país al que pertenecen. No hay ni paz ni seguridad, y falta trabajo. Algunos intentan hacernos entender que éste no es nuestro país. Y esto atenta contra la dignidad y los derechos humanos.
El cristianismo llegó a Iraq desde el siglo I de la mano de Santo Tomás, que vino de la India. Hasta el siglo IV había 80 millones de cristianos caldeos. Nuestros misioneros llegan hasta Mongolia, China y otros países, fundando grandes escuelas y universidades. Tenemos grandes profesores de teología, otros que han escrito tantas poesías sobre la Virgen… Ahora los cristianos en Iraq no son tantos en número, pero está la cuestión de la libertad religiosa. Tenemos libertad de culto para enseñar el catecismo, para realizar celebraciones… Pero no tenemos libertad religiosa: si uno quiere convertirse al cristianismo, no puede. Si un padre o una madre se convierten al islam, los niños automáticamente pasan a ser musulmanes. Es una ley que está impuesta en todos los países árabes, y es el gran problema que tenemos. Piensan que somos la beneficencia de la nación. De 10 años para acá, la inmigración se ha debilitado muchísimo por este motivo. Más de la mitad de los cristianos se han ido del país. La situación es muy complicada.

-¿Cómo ha sobrevivido el país después de las dos guerras y del final de régimen de Saddam Hussein?
-El pueblo iraquí tenía gran esperanza al principio de la ocupación, pero esta ocupación no estuvo bien organizada. Era un caos. Al Qaeda llegó a Iraq a sembrar el luto: coches-bomba, bombas-lapa, secuestros… y tantas otras cosas que antes no había en Iraq. Y esto dio una sensación de especial inseguridad. Ésta es una de las razones por las que los iraquíes abandonan el país.

-¿Cuál es el papel que debe tener la Iglesia en la reconstrucción del país?
-La Iglesia y los cristianos en todo el mundo siempre son constructores. Viven siempre en la paz, se sacrifican por el país… Ésta es también la actitud de la Iglesia iraquí. Ya desde el inicio de la ocupación trató de ordenar y construir la nación. Pero nosotros, como cristianos, también queremos nuestros derechos, trabajo para los jóvenes y paz para todos los iraquíes. Pedimos al gobierno poder trabajar juntos, reconciliarnos unos y otros para reconstruir el país. Alejarse de los intereses propios, del partido político propio, de la religión o confesión propia… Queremos trabajar por Iraq y por sus ciudadanos, desde el principio de ciudadanía: no por ser cristiano o musulmán, sunita, o chiita… sino por ser iraquí. Es nuestro país, y debemos trabajar juntos para reconstruirlo, para que camine hacia delante.
Nosotros le decimos a todo el mundo que Iraq es muy rico. Pero, ¿a dónde va toda esa riqueza? Debido a la guerra, el fanatismo y la situación de inestabilidad, por el momento es muy pobre. Por eso ha venido la delegación de Cáritas Iraq: para pedir ayuda al público. Si se preguntan por qué Iraq tiene que pedir ayuda, simplemente esperamos y pedimos al Señor que un día ellos también puedan ayudar a tanta gente.

-Desde Occidente se suele pensar en lo religioso como un factor de desestabilización más. Se equipara la confrontación entre religiones a la guerra o la violencia. En el caso de Iraq, ¿ha sido así? ¿Qué papel tienen las distintas religiones para solucionar el conflicto?
-La palabra Cáritas está de por sí llena de amor. San Juan evangelista dijo que Dios es amor. En ese sentido, las asociaciones de Cáritas vienen del Evangelio. “Todo lo que habéis hecho a mi hermano, me lo habéis hecho a mí”, dijo Jesús. Todas las iniciativas de Cáritas van en esta dirección. Cáritas Iraq también, sin distinguir entre cristianos y musulmanes. El 85% de los beneficiarios de Cáritas Iraq (la gran mayoría) son musulmanes. Son beneficiarios de nuestros servicios de alimentación y de salud. Esto incide en la cultura musulmana. Muchos jóvenes musulmanes quieren colaborar con nosotros como voluntarios. Son tocados por el espíritu de servicio gratuito, de servir incluso a los que no son amigos. Con este espíritu la Cáritas de Iraq quiere servir a todo el pueblo de Iraq.

-¿Cómo se realiza en concreto, sobre el terreno, Cáritas Iraq?
-Actualmente tenemos al menos 6 programas: uno para niños huérfanos, otro para viudas, otro para discapacitados, otro para construcción de la paz y la conciliación, otro para trabajo con voluntarios, y también centros sociales donde las mujeres aprenden a coser y a cocinar. Estos programas los coordinan tanto el director como la secretaria.
Queremos pedir a Cáritas, a la Iglesia que sufre, a Manos Unidas y a otras organizaciones, que nos ayuden en lo que puedan ayudarnos en este momento, porque nuestra situación actual es de mucha necesidad: nos falta luz, necesitamos generadores, faltan infraestructuras, energía…

-Monseñor, ¿cuál es el futuro que soñaría para Iraq?
-Estamos en un túnel tan oscuro que todavía no vemos luz. Pero, como hijos de la esperanza, creemos en la bondad de Dios y en la buena voluntad de los hombres. Creemos que llegará el final del túnel y veremos la luz. Sobre todo, esperamos que caiga la luz del Señor sobre los gobernantes, para que trabajen por la paz. Porque sin la paz la emigración continuará, los problemas seguirán sin resolverse. Si uno no cree y niega el infierno, que venga a Iraq y lo encontrará. Si pasan 5 o 6 días sin que pase nada, se sabe que pronto habrá otro atentado.
Lo que quiero es el bien de Iraq, y futuro para todo el mundo. Nosotros tenemos que combatir contra las armas, pero también hay otras guerras, como la que hay contra la familia en Europa, la guerra contra los jóvenes, contra los niños… Por eso pedimos la paz verdadera para todo el mundo. El hombre sin Dios, el mundo sin Dios, es un caos. Por eso deseamos que venga la paz a la tierra. ¡Viva la paz!

Imagen: Monseñor Warduni

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