Las dificultades de ser Obispo en China

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4.00 p m| ROMA 22 abr. 10 (EDA/BV).- No es fácil hoy en día ser obispo “oficial” en China tras el comunicado de prensa del 25 de marzo por la Santa Sede. Consultados varios obispos “oficiales”, reconocidos episcopalmente tanto por Roma como por Pekín, opinan que la aplicación, para ellos, de ciertos consejos expresados por la Santa Sede en esa reciente declaración sobre la Iglesia en China, los colocan en una posición delicada.

La declaración en cuestión es el 25 de marzo de 2010, publicada al concluir la tercera reunión de la Comisión del Vaticano para la Iglesia en China. En este texto, la Santa Sede, pidió a los obispos de China que se comprometan en el camino de la unidad de la comunidad eclesial “evitando por tanto realizar gestos (como, por ejemplo, celebraciones sacramentales, ordenaciones episcopales, participaciones en reuniones) que contradigan la comunión con el Papa y que creen dificultades, a veces angustiosas, dentro de las respectivas comunidades eclesiales”.

Aunque los tres obispos entrevistados,forman parte de los obispos “oficiales” reconocidos por el Papa, pidieron no ser identificados, y optaron por hablar anónimamente, lo que muestra la sensibilidad de las cuestiones implicadas.

En cuanto a un antecedente se puede decir que China endureció sus relaciones con el Vaticano en 1951, luego de que el estado religioso reconociera a Taiwán. En la actualidad, China, permite la práctica religiosa sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la Asociación Patriótica de Católicos Chinos. De ahí la diferencia entre una Iglesia “oficial” y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa formando la Iglesia “clandestina”. De manera que hay obispos nombrados por la República Popular China y que el Vaticano ni se entera. Por eso Benedicto pidió a los obispos no nombrados por el Vaticano para que no lleven a cabo el ministerio sin mandato pontificio, y que eviten realizar gestos (como, por ejemplo, celebraciones sacramentales, ordenaciones episcopales, participaciones en reuniones) que contradigan la comunión con el Papa.

El obispo de Hong Kong, Mons. Joseph Zen Ze-kiun, dice que “La Iglesia en China, aparentemente dividida en dos, es en realidad una sola Iglesia, pues todos quieren estar unidos al Papa”. Y que “después de largos años de separación forzada, la mayoría de los obispos de la Iglesia oficial han sido legitimados por la magnanimidad del Santo Padre”.

El problema mayor nace cuando Benedicto invita a 4 obispos no nombrado por el Vaticano al Sínodo de este año
, lo que fue rechazado por la Asociación Patriótica católica, porque el anuncio de la invitación “no mostraba respeto” a la autonomía de decisión de los organismos de católicos chinos. Y es que si un obispo no oficial e invitado por el Vaticano, va al Sínodo, estaría cometiendo un delito contra la República Popular China

Monseñor “Joseph” no niega que esta declaración ha puesto “bajo presión” a los obispos de China. Elogió la “claridad” de propósito y las indicaciones “más concretas” para lograr la “reconciliación” de las comunidades católicas en China, pero cree que algunos obispos pueden tener dificultades para seguir el consejo y la orientación formuladas por Roma. Explicó que las situaciones difieren de una diócesis a otra, y que “cada obispo actúa según su propia conciencia”.

Los otros dos obispos – llamémosles “Pablo” y “Pedro” – también afirman que no participarían en una ordenación episcopal ilícita, como expresó claramente el papa Benedicto XVI en su carta de 2007. “Aunque mi diócesis o yo mismo pudieramos sufrir debido a esto, yo desde luego, no participaría en una ordenación ilícita”, dice el obispo “Pablo”. En cuanto a ser llevados a la Eucaristía concelebrada junto con uno o más obispos ilegítimos, lo que puede suceder durante una reunión especial organizada por las autoridades eclesiásticas, afirma: “Yo no asistiría si el obispo presidente es ilegítimo, pero si es alguno de los concelebrantes, dificilmente puedo hacer otra cosa que participar”, explica.

Según monseñor “Pedro”, la próxima reunión de la Asamblea Nacional de representantes católicos sólo puede conducir a una división en la comunidad “oficial”. “Yo preferiría participar, aunque sentado pasivamente, para ampliar mis posibilidades en el campo pastoral y para no avergonzar a las autoridades locales de mi diócesis”, dice, añadiendo que según él, la mayoría de los obispos “oficiales” “haría lo mismo”. Actuar de otra forma sería poco realista, dice. Aquellos que deseen seguir el consejo dado por la Santa Sede debe prepararse para unas relaciones mucho más difíciles con las autoridades y a un control más estricto – que es otra manera de ser testigo de Cristo, concluye

Imagen: (Getty) El obispo católico del Shan de Kaohsiung Kuo-hsi celebrando la misa en el condado de Kaohsiung, China.

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