ELECCIONES DE CARICATURAS

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La conclusión más llamativa de la encuesta de IPSOS publicada hoy es la consolidación de Yonhy Lescano en el primer lugar y de que le ganaría a todos en la segunda vuelta, con lo que prácticamente, -repito, según IPSOS- el Perú ya habría definido la sucesión presidencial para el quinquenio 2021-2026. Salvo algún escándalo personal de “Gargamel” (según los memes) o que Acción Popular se involucre en la nueva intentona golpista que se agita en estos días, el resultado estaría cuasi definido.

Pero lo llamativo no siempre es igual a significativo, y hay realidades más profundas que otros datos aportan. Por ejemplo, que el primer lugar lo sigan ocupando los blancos y viciados con 19.6%. Si sumamos a los que no irían a votar, ésta sería una de las elecciones con menor legitimidad de los últimos años.

Que solo dos candidatos raspen los dos dígitos y todos los demás uno, es el otro dato que evidencia el descrédito de los partidos. Con solo un dígito, varios obtendrán bancadas congresales. Con una fragmentación entre 7 u 8 bancadas así de famélicas, la gran interrogante será la venidera gobernabilidad. Si algún futuro congresista piensa que su escasa legitimidad de origen le servirá para los siguientes 5 años, creo que está profundamente equivocado. Los nuevos políticos necesitarán reconstruir su conexión con sus electores: ¿lo harán?

En tercer lugar, el otro dato que arroja la encuesta es el proceso de reacomodo en cada uno de los bloques ideológicos y programáticos en que se ha dividido el Perú en las últimas décadas: derecha, centro e izquierda.

En la derecha, Keiko Fujimori pierde el liderazgo absoluto que logró en las elecciones del 2016. Primero, al compartirlo con López, De Soto y Urresti, y luego al dejarse pasar por el autodenominado Porky. No ha dejado de llamar la atención el trato “cool” entre ellos (“abachos” entre dos de ellos y ausencia de “mano dura” de ella contra su competidor más peligroso). Si en los días que faltan, sus rivales del mismo espacio lo siguen tratando así, no debe sorprender que sea Porky quien pase a la segunda vuelta.

En la izquierda, prácticamente se va a repetir lo del 2016. El nuevo Gregorio Santos se llama Pedro Castillo, quien le arrebata por la izquierda los votos que Verónica Mendoza necesita para alcanzar la preciada segunda vuelta. Nuevamente la división de la izquierda les explota en la cara, pero cada uno de ellos parece tener la explicación más convincente de que la división -y no la unidad- es lo políticamente correcto. Aquí la novedad es que el candidato de un partido de centro derecha con un discurso de izquierda ha absorbido parte de ese electorado.

El centro por su parte, lo que ha hecho es implosionar. Sacudidos por sus propios traspiés, cada partido se ha sumergido en su propia incapacidad que los medios han hecho saber con desmesura que ya ni vale la pena comentar. Según IPSOS, Forsyth detiene su caída y preserva el segundo lugar. Pero si comparamos su tendencia a la baja con la tendencia al alza de López Aliaga, “Ken” tendrá que bregar muy duro estos días para que “Porky” no lo supere.

Epílogo. En realidad, falta todo un mes para las elecciones y nada está dicho. Aun así, con ellas, el Perú no parece despejar ni resolver nuestra ya larga crisis política. Sigue honda y oscura la distancia entre política y sociedad: hay crisis de representación, crisis de gobernabilidad y hasta crisis de confianza. Necesitamos más que nunca, nuevos caminos desde la sociedad para recuperar nuestro destino. También depende de cada uno de nosotros.

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Vicente Sánchez Vásquez

Presidente del Instituto de Neurociencias para el Liderazgo. Abogado y Magister en Gerencia Pública.

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