INTRODUCCIÓN A LAS NEUROCIENCIAS
- INTRODUCCIÓN.
El cuerpo humano es un prodigio de la naturaleza, una constatación de la extraordinaria capacidad adaptativa de los seres vivos ante los retos cotidianos de la supervivencia como especie y como individuos. Ahora es nuestra especie la que domina el planeta Tierra, y está en el vértice más elevado de la cadena alimenticia global. Pero esa conquista, a punta de inteligencia y esfuerzo, tiene un costo, y ese precio ha sido muy alto. Le llamamos antropocentrismo.
Tal como nuestra ingenio y conciencia nos ha dado la superioridad ante las demás especies vivas para habitar y transformar la Tierra, nos ha provisto de un sesgo cognitivo, un pecado, un punto ciego: creer que somos el centro del universo; obviando que somos una fuerza de la naturaleza, sí, pero tan solo una más y no pocas veces demasiado vulnerable; la convicción de que junto a nuestra maravillosa aptitud para la construcción de lo que hoy llamamos el mundo moderno, convive agazapada una perversa capacidad destructiva y autodestructiva.
Por otro lado, pese a todo lo que hemos alcanzado, no nos conocemos a plenitud. Sólo en las últimas cinco décadas, tiempo escasísimo respecto a los miles de años de nuestra pervivencia, hemos logrado conocer y seguimos conociendo ese maravilloso órgano nuestro llamado cerebro, algo así como el organismo rector del cuerpo humano: el núcleo de comando de nuestra existencia. Y es la tecnología más reciente la que nos permite entender su funcionamiento en tiempo real: mientras late nuestro corazón y millones de neuronas en nuestra corteza cerebral chispean en vivo circuitos químicos y eléctricos.
De esta manera, se abre una fascinante y nueva era para la humanidad: la eventualidad de que, conociéndonos mejor entre nosotros, podamos aprender a coexistir con nuestros congéneres y con nuestra casa grande, la Tierra.
- Una historia por contarse.
Las Neurociencias no son una invención contemporánea y sería un error pensar así. A lo largo de los tres últimos milenios el conocimiento ha ido desarrollándose con flujos y reflujos, a paso lento y con saltos gigantescos. Tampoco es una contribución exclusiva de Occidente, como muchas veces cierta deformación intelectual pretende hacer creer. Las neurociencias se nutren del conocimiento universal desarrollado en todo el planeta.
No podemos hacer una secuencia detallada de lo que en nuestra opinión es un proceso complejo y universal. Pero sí vamos a presentar los principales hitos (ni siquiera todos), que a lo largo de la historia nos llevan al estadio actual del avance científico. Incluso varios de ellos son breves biografías de mentes brillantes que hicieron en su momento un aporte sustancial a lo que en el futuro venimos a llamar Neurociencias. Pasemos al relato de una historia que bien vale la pena contar.