Ayer me di una vuelta por el Centro Cultural de la PUCP para ver Medea aprovechando que en el colegio donde trabajo tuvieron la muy acertada idea de invitar a alumnos y profesores. Además ganas de volver al teatro y/o al cine las tenía desde hace varias semanas.
He aquí mis impresiones
He aquí mis impresiones
Medea es una mujer que ama y odia con la misma intensidad. Se entrega a sus pasiones y planifica cada paso, da vida y da muerte, vive a la sombra de los hombres pero no puede estar sin ellos. Medea trabaja, le gusta la ropa cómoda y toma el taxi cuando quiere volver a casa y si le sonrío ella me devuelve el saludo.
No hay que hacer tanto esfuerzo para traer a Medea a nuestros días. Es la maestría de los griegos y una apuesta segura en el teatro. Es entonces cuando hay que hacer algo más.
La propuesta de Gisela Cárdenas es un intento por acercarnos más a Medea, por colocarla frente a nosotros y sentir su ira, su aliento y su desgarro. A veces es fiel al texto griego y otras se rebela. Como un buen cover.
Tiene fortalezas: la puesta en escena es impresionante, el trabajo corporal –casi acercándose a lo performance- es brillante y mención aparte para Mirella Carbone quien destaca y brilla con luz propia. Los personajes femeninos perfectamente delineados, el juego con los simbolismos aportan y enriquecen, llegando a alcanzar momentos notables.
Pero esos momentos notables son los que desnudan las debilidades. No es una obra que se sostenga, que sea íntegra. Muestra la locura pero no nos permite adentrarnos a ella (aunque hay un esfuerzo notable en la aparición y desaparición de los personajes). El coro no mantiene la misma intensidad ni en los diversos momentos ni en sus propias voces. Baste como ejemplo el empleo del cuerpo desnudo de los actores: está presente pero no actúa.
Vuelvo a la idea del cover. Uno bueno requiere irrespetar amorosamente al original.
Les dejo unos links con dos críticas a Medea.
No hay que hacer tanto esfuerzo para traer a Medea a nuestros días. Es la maestría de los griegos y una apuesta segura en el teatro. Es entonces cuando hay que hacer algo más.
La propuesta de Gisela Cárdenas es un intento por acercarnos más a Medea, por colocarla frente a nosotros y sentir su ira, su aliento y su desgarro. A veces es fiel al texto griego y otras se rebela. Como un buen cover.
Tiene fortalezas: la puesta en escena es impresionante, el trabajo corporal –casi acercándose a lo performance- es brillante y mención aparte para Mirella Carbone quien destaca y brilla con luz propia. Los personajes femeninos perfectamente delineados, el juego con los simbolismos aportan y enriquecen, llegando a alcanzar momentos notables.
Pero esos momentos notables son los que desnudan las debilidades. No es una obra que se sostenga, que sea íntegra. Muestra la locura pero no nos permite adentrarnos a ella (aunque hay un esfuerzo notable en la aparición y desaparición de los personajes). El coro no mantiene la misma intensidad ni en los diversos momentos ni en sus propias voces. Baste como ejemplo el empleo del cuerpo desnudo de los actores: está presente pero no actúa.
Vuelvo a la idea del cover. Uno bueno requiere irrespetar amorosamente al original.
Les dejo unos links con dos críticas a Medea.
Crítica de Alonso Alegría
http://blogs.peru21.pe/gritosysecretosdelteatro/2010/10/medea-una-tragedia-entretenida.html
Critica de César de María en El Comercio
http://blogs.elcomercio.pe/tuvidaespuroteatro/2010/10/medea-rocha-temible-e-inolvida.html
Una tesis psicoanalítica de Medea
http://tesis.pucp.edu.pe/tesis/ver/230