En la misma capacitación que comenté en el anterior post ocurrió que una de las sesiones estaba destinada para el desarrollo de prácticas y políticas de evaluación acordes con los ideales de la institución. Una cuestión que aunque aparentemente técnica tenía un fundamento pedagógico sumamente interesante.
Lamentablemente este no es un post que discuta académicamente lo que se propuso en dicha capacitación porque hubo algo que llamó más mi atención.
Lamentablemente este no es un post que discuta académicamente lo que se propuso en dicha capacitación porque hubo algo que llamó más mi atención.
Cuando el capacitador señalaba que es distinto plantear en un examen una pregunta como: “Indique las principales causas de la revolución francesa” a otra como: “Explique las principales causas de la revolución francesa”, estaba señalando la pertinencia de saber distinguir que es lo que se espera y que se les pide a los alumnos al momento de evaluarlos. En cada consigna se exige una acción cognitiva distinta.
Esto que pareciera sencillo puede generar más de una confusión e incluso hacer más complejo el diseño de evaluaciones escolares ya que demanda de los docentes definir con claridad los objetivos de la misma. Algo de lo que no había pensado quizá porque asumía que así era. Lamentablemente, después de lo que pasó, dudo que así sea.
Cuando el capacitador empezó a presentar algunos casos para analizar me resultó más que sospechoso que a cada ejemplo un importante grupo de docentes repitiera casi en estribillo capacidades como análisis y síntesis. Aun cuando nada tenían que ver en el ejercicio.
Esto me hizo pensar en dos cosas.
A veces hay modas pedagógicas. Momentos en los que una palabra más que un concepto o enfoque se torna común en las escuelas. Educación pluricultural, educación para la diversidad, educación en valores son los ejemplos que recuerdo haber escuchado con cierta liviandad en otros espacios con docentes. Quizá análisis y síntesis es algo que todos los docentes quieren trabajar pero que no saben cómo. Esto precisamente me lleva al siguiente punto.
Si esto ocurriese en otros lugares, si esta fuese una práctica común: que los docentes planteen evaluaciones sin tener objetivos claros ¿puede ser que ocurra lo mismo con el desarrollo de una clase? Es decir, hace buen tiempo la educación en sus enfoques contemporáneos trata de ir de la preocupación por el conocimiento hacia el desarrollo de habilidades y competencias. ¿Sabrán de esto todos los docentes?
Me temo que no y, lo que es peor, que en muchas escuelas y quizá universidades ocurra que los alumnos sigan resolviendo exámenes que se hicieron por hacer, sin objetivos pedagógicos claros. Esto me resulta paradójico en un gremio que pareciera amar/odiar las evaluaciones. Pero de esto hablaré en otro momento.
Esto que pareciera sencillo puede generar más de una confusión e incluso hacer más complejo el diseño de evaluaciones escolares ya que demanda de los docentes definir con claridad los objetivos de la misma. Algo de lo que no había pensado quizá porque asumía que así era. Lamentablemente, después de lo que pasó, dudo que así sea.
Cuando el capacitador empezó a presentar algunos casos para analizar me resultó más que sospechoso que a cada ejemplo un importante grupo de docentes repitiera casi en estribillo capacidades como análisis y síntesis. Aun cuando nada tenían que ver en el ejercicio.
Esto me hizo pensar en dos cosas.
A veces hay modas pedagógicas. Momentos en los que una palabra más que un concepto o enfoque se torna común en las escuelas. Educación pluricultural, educación para la diversidad, educación en valores son los ejemplos que recuerdo haber escuchado con cierta liviandad en otros espacios con docentes. Quizá análisis y síntesis es algo que todos los docentes quieren trabajar pero que no saben cómo. Esto precisamente me lleva al siguiente punto.
Si esto ocurriese en otros lugares, si esta fuese una práctica común: que los docentes planteen evaluaciones sin tener objetivos claros ¿puede ser que ocurra lo mismo con el desarrollo de una clase? Es decir, hace buen tiempo la educación en sus enfoques contemporáneos trata de ir de la preocupación por el conocimiento hacia el desarrollo de habilidades y competencias. ¿Sabrán de esto todos los docentes?
Me temo que no y, lo que es peor, que en muchas escuelas y quizá universidades ocurra que los alumnos sigan resolviendo exámenes que se hicieron por hacer, sin objetivos pedagógicos claros. Esto me resulta paradójico en un gremio que pareciera amar/odiar las evaluaciones. Pero de esto hablaré en otro momento.