Cada cierto tiempo me ocurre que me desentiendo del blog y luego acuso que tiene que ver con mis dificultades para escribir, con lo jodido que es retornar o con cualquier otra cosa coyuntural. Esta vez no es así. Dejé de escribir por la sencilla razón que creo que es momento de ir dejando de lado este viaje para emprender otro.
No sé si este es el inicio del fin pero sí sé que me queda poco tiempo para seguir escribiendo por acá. De lo que sí estoy seguro es que es necesario que siga escribiendo. A veces, y lo he compartido en varias ocasiones, me gustaría escribir una novela. Pero como el trabajo a largo aliento me pesa hasta en las orejas, optaré por empezar con un cuento. Historias tengo varias. Es cuestión de encontrar las palabras.
Básicamente es lo que ha estado pasando por acá. En realidad es lo que se puede contar. Las mismas preocupaciones rondan por mi cabeza: educación, psicoanálisis, crianza, política, etc. Quizá lo dispersos de mis interese me han hecho agotar con rapidez. Cosa rara y extraña porque de cada tema hay mil posibles.
En fin, que pase lo que tenga que pasar.
No sé si este es el inicio del fin pero sí sé que me queda poco tiempo para seguir escribiendo por acá. De lo que sí estoy seguro es que es necesario que siga escribiendo. A veces, y lo he compartido en varias ocasiones, me gustaría escribir una novela. Pero como el trabajo a largo aliento me pesa hasta en las orejas, optaré por empezar con un cuento. Historias tengo varias. Es cuestión de encontrar las palabras.
Básicamente es lo que ha estado pasando por acá. En realidad es lo que se puede contar. Las mismas preocupaciones rondan por mi cabeza: educación, psicoanálisis, crianza, política, etc. Quizá lo dispersos de mis interese me han hecho agotar con rapidez. Cosa rara y extraña porque de cada tema hay mil posibles.
En fin, que pase lo que tenga que pasar.