Varios días después de mañana

Amaneció el 13. Eso significa que pasaron varios días después de la elección de Ollanta Humala como presidente de los próximos 5 años (al menos oficialmente) sin que se cumplan las dos profecías de Reinaldo dos Santos: el que Keiko Fujimori sería presidenta (ahora dice que no dijo cuando) y que se produciría un terremoto devastador (tampoco dijo cuando).
Apenas un zamacón en la BVL producto de intereses soterrados, y felizmente pocos, que buscaron seguir el juego del fin del mundo. Quizá también algo de la campaña del miedo que parece marcar nuestro quehacer político del último decenio. Esto último entendible.


De hecho, y esto hay que reconocer, nuestro próximo presidente ha sido lo suficientemente lúcido para decir que no espera que los peruanos que no votaron por él le den su confianza en un cheque en blanco. Esto es doblemente importante porque por un lado tiene la clara conciencia que habrá ojos vigilando lo que hace y por otro que tiene muy claro que hay trabajo por hacer. Su actitud, en cierto modo, humilde, contrasta con el ego colosal –y ahora monumental- de nuestro todavía presidente.
Sin embargo, es inevitable que algunas dudas empiecen a asomar.
• ¿Qué implementará: acaso el Plan de Gobierno o la Hoja de Ruta?
Recordemos que en primera vuelta el apoyo vino por el Plan de Gobierno, abiertamente opuesto a la concertadora Hoja de Ruta. Mientras que en segunda vuelta recibió el apoyo de aquellos quienes, más identificados con el sistema vigente pero ya sin candidato representativo, tuvieron que acomodarse a las únicas opciones percibidas.
• ¿Cuáles serán las prioridades del nuevo gobierno?
Es claro que tiene el marcado interés de reducir las inequidades del país con una agresiva (¿?) política de economía social. Sin embargo, en las últimas entrevistas, ya como presidente electo, ha sido claro en enfatizar su deseo de cambiar profundamente la educación peruana y de igual forma ha expresado su compromiso por pacificar el VRAE. De hecho, ha señalado que espera izar el pabellón nacional en dicha zona. Una recargada (Nota del editor que soy yo: aquí me ocurrió un lapsus. Imagínelo) agenda lo espera.
• ¿Qué tan respetuoso será de sus promesas?
Aquellas de: respetar los aportes privados de las pensiones, no gobernar más de 5 años y respetar los medios que fueron críticos y hasta infames con él en campaña. El tiempo (y su actuar) nos dirá que tan cierto era esto.
• Pero sobre todo, ¿qué tanto bien podrá hacerle al país un gobierno como el de Ollanta Humala?
Pudiendo ser antisistema, radical y hasta amenazante; hoy por hoy nuestro nuevo presidente da muestras de haber aprendido una valiosa lección: la concertación abre más puertas que el radicalismo. Todo resumido en ese honesto deseo de sanar los quiebres del país.
Todos esperamos que así sea.

Puntuación: 5.00 / Votos: 1

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *