), hoy por hoy el sexo lo inunda todo.
Recuerdo una ocasión donde estaba asistiendo a un taller de sexualidad (o educación sexual, no lo recuerdo) dado para un grupo de chicos entre 10 y 12 años. Mientras el facilitador hablaba de los cambios a nivel físico, enfatizando las erecciones involuntarias, uno de los chicos casi grito: “Sí, se pone como un desgraciado”.
Más allá de la risotada general, incluido yo mismo, la frase refleja la violencia con la que los impulsos sexuales aparecen. Para este chico, y para muchos más, la vivencia de que una parte del cuerpo actúa bajo su propio orden, aparentemente sin obedecer razón alguna, puede llegar a ser una amenaza a la experiencia del self (vale decir, a sentirse integrados física y psíquicamente).
Otro ejemplo puede sacarse de los sueños húmedos. Aquellos con un contenido sexual tan vívido que logra hacer que el cuerpo humano actúe como si, efectivamente, estuviese en un coito.
Sospecho que en las mujeres la vivencia es completamente diferente pero igual de intensa. Cuando tenía 10 una vecina mía un año menor contaba que a veces sentía que su vagina (en ese entonces no sabía como decirle) latía (dijo algo de un corazón pero eso suena muy poético ahora).
Lo cierto es que la sexualidad pubescente tiene una fuerza inusitada y disruptiva. Menuda tarea para un chico o una chica de 10 años bregar con una energía tan descomunal… y sin contar con las múltiples tareas que se le plantean. Felizmente ya paso tanto tiempo de eso.
Pd. ¡ah! Las cuatro fuerzas de la naturaleza son: la gravitatoria, electromagnética, nuclear débil y nuclear fuerte.
la vagina late y late paja… es otro corazon
las mujeres pueden amar por la vagina,
es una proteccion, es una entrada
una bienvenida…
no se si los hombres puedan amar con su pene…
el visitante número 10 mil tiene un premio!