Con más de cien años de diferencia, las independencias de (la mayor parte de) América Latina y del Sudeste Asiático fueron puestas en movimiento por dos acontecimientos de importancia mayúscula: las guerras napoleónicas y la segunda guerra mundial. A diferencia del caso latinoamericano, en el que la invasión napoleónica se limitó a la península misma, en el caso del Sudeste Asiático las metrópolis no solo se vieron invadidas (como Francia o los Países Bajos) o atacadas (como el Reino Unido o Estados Unidos), sino que lo fueron las colonias mismas. Tamaña perturbación en el discurrir ‘normal’ de estas no podía sino tener trascendentales consecuencias. Diez años después de la rendición japonesa, la mayor parte del Sudeste Asiático había alcanzado la independencia, y el resto estaba en camino. Este fue el tema sobre el cual tuve la buena fortuna de exponer en el Centro Cultural Peruano Japonés el pasado 18 de agosto durante mi breve estancia en Lima, tras una gentil invitación de Rolando Tamashiro.
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