por Andrea Urrutia
El objetivo de este estudio fue lo que los habitantes de la comunidad consideran no adecuado mostrar al visitante en su propia comunidad. Para ello, es necesario reflexionar acerca de lo que ellos consideran sucio o feo en su vida cotidiana, y qué es lo que en contraposición se piensa limpio o bello. Estamos explorando entonces las líneas de lo permitido y no permitido, de los elementos o lugares que transgreden la visión que tenemos del espacio donde nos desarrollamos. También, exploramos la manera en la cual dividimos los lugares al asociarlos con las diferentes esferas de nuestra vida cotidiana y con ciertos grupos humanos.
Estructura del trabajo:
1. Limpieza y Suciedad
1.1. Proyecto: Escuelas Saludables
1.2. Manejo de la basura
1.3. Olores
2. Belleza
2.1. Iglesias San Juan de Lucanas y Utec
2.2. Plaza Central
3. Transgresiones
A continuación, los puntos desarrollados.
1. Limpieza y Suciedad:
En varios casos, vemos que de los residentes en San Juan tienen ideas contrarias acerca de lo que es lo limpio y lo sucio. El discurso occidentalizado de higiene y seguridad sanitaria choca con concepciones propias sobre la convivencia con la tierra y con cierto tipo de suciedad orgánica. En lo que los entrevistados coinciden, sin embargo, es en la necesidad de asegurar la salud de los residentes y sobre todo de los niños: parece haber un consenso alrededor de lo que ya es perjudicial a su desarrollo como la acumulación de desechos.
Por otro lado, percibimos que la limpieza está muy asociada al origen de su actual argumentación: los foráneos y posibles turistas son entendidos como habitantes de ambientes pulcros y libres de suciedad orgánica, por lo cual se considera que no deberían estar cerca a elementos irruptores como la basura, excrementos de animales o junto a sus restos (mujeres adultas, San Juan). Esto pudimos observar en el cuidado de no ver o no sentir al menos la presencia de animales muertos para su consumo: el olor de la sangre, las vísceras, etc. era prontamente eliminado por el trapeado con agua limpia.
En este sentido, se entiende la opinión del informante acerca de los olores y de otros sobre la necesidad de implementar servicios de desagüe y de limpieza de las calles dentro de un proyecto turístico (hombres mayores, San Juan). No se entiende, por ejemplo, cómo los foráneos podrían estar acostumbrados a dichos ambientes, o que la percepción de olores, texturas, colores relacionados a lo sucio puedan ser vinculados a una experiencia general de la región andina y que sea entonces tolerada o aceptada. Esto no quiere decir que sea algo adecuado pues puede encubrir visiones peyorativas, pero sí existe en el imaginario de foráneos (hombre joven y mujer joven, San Juan).
1.1. Proyecto: Escuelas Saludables
Este proyecto de la Escuela Primaria José María Arguedas nació el año pasado y recolecta basura inorgánica de plástico, papel (aunque poco) y aluminio cada jueves para revenderlo a S/. 0.50 el kilo. (Hombres adultos, San Juan).
Hay conflictos con los padres de familia a partir de los requerimientos para recoger basura que los niños no poseen necesariamente en sus casas. Así, se pueden ver a niños rebuscando entre los 4 rellenos sanitarios (Mujer joven, San Juan).
Otro problema que surge con el proyecto es que no queda claro adónde va lo recaudado por la escuela. La escuela da respuestas vagas, y los padres de familia ahora tienen desconfianza con sus autoridades. Además, el discurso de higiene sanitaria científica de la escuela choca con la idea que los niños deben crecer en contacto con la suciedad, la tierra, los excrementos en las calles (pero no en la basura orgánica) para que tengan más defensas (mujeres jóvenes, San Juan).
1.2. Manejo de la basura
En la actualidad, vemos depósitos de basura solamente en la Plaza Central. Existía con anterioridad depósitos de aluminio en ciertas calles, sin embargo fueron removidas porque se depositaban excrementos y otros tipos de basuras inorgánicas. Se está trabajando en realizar 1 gran relleno sanitario pero el proceso burocrático demora su planeamiento. Además, se piensa conseguir un camión para recolectar la basura pero es un proyecto poco probable a concretarse en el corto plazo (hombre adulto, San Juan).
En la actualidad, existen 4 rellenos sanitarios pequeños alrededor del pueblo, pero al parecer ya no dan abasto a la cantidad de basura. La basura orgánica es usada a veces como abono (mujer adulta, San Juan), o como alimento para ciertos animales. Vemos desechos orgánicos y excremento de diversos animales en trechos y calles, junto con pequeñas acumulaciones de basura inorgánica.
1.3. Olores
En opinión en relación al proyecto que tiene la asociación Nueva Generación Hijos de Utec, la cual está tratando de conseguir que se le otorgue permiso para la implementación de un criadero de cuyes en lo que era el huerto de la hacienda Viseca, un informante a favor de la iniciativa del alcalde de restaurar la hacienda con fines turísticos es negativa ya que piensa que la existencia de un criadero de cuyes no es compatible con la construcción del centro recreacional, realizar ambos proyectos de manera conjunta no le parece viable.
Uno de los principales problemas que habría para el informante es el olor que despiden las heces de los cuyes. Este olor es muy fuerte y según indicó “los turistas no están acostumbrados a diferencia de la gente local”. El centro recreacional que imagina, debería tener una serie de comodidades claramente diferenciadas de la situación local, debería ser un lugar que recree las comodidades del lugar de proveniencia, en ese sentido los cuyes no cabrían dentro del proyecto, estos no deberían ser vistos y mucho menos olidos al menos que estuvieran en un plato.
2. Belleza:
La cuestión de la Belleza es importante en un contexto de posible futuro turístico de la comunidad, pues coloca en el tapete el criterio estético local y exterior: “embellecer” o “limpiar” su comunidad para el Otro significa colocarse en el punto de vista que se piensa externo y según él alterar una realidad concreta.
Acerca de las consideraciones de lo bello, hay una consideración costumbrista acerca de la estética: lo bello es lo normal, lo que no es diferente. También parece haber una asociación fuerte entre un buen cuidado arquitectónico y la belleza, no mostrar restos o degradación (hombre adulto, San Juan). Regresando al caso de Viseca, la iniciativa que tuvo el alcalde de San Juan para el mejoramiento de una de las paredes exteriores de la casa hacienda causó en su momento gran controversia, ya que cubrió pinturas de la época que estaban en mal estado con una capa de yeso blanco. La asociación de lo bello con lo nuevo, con lo que parece no usado o no desgastado se aplica a una visión de la belleza “pura”.
Son diferentes los conceptos de lo que es bello para el exterior, por ejemplo calles más amplias y casas con materiales industriales, al concepto que ellos mismos tienen de la belleza. Vemos entonces que existe un paralelismo entre las definiciones de Limpio y Bello, y una clasificación entre las percepciones del interior y exterior de la comunidad.
2.1. Iglesias San Juan de Lucanas y Utec
La Iglesia San Juan de Lucanas fue construida en 1749 en base a piedra, madera y adobe. Su aspecto ha variado muy poco desde aquella época, incluso tiene una parte quemada por un accidente hace años y no ha sido restaurada. A su izquierda se encuentra un pequeño terreno que era jardín pero ahora es usado como bio-huerto por el colegio de la localidad.
La Iglesia está casi abandonada, ya que no hay un sacerdote de manera permanente ni hay financiamiento de parte de las autoridades clericales, “no les importa” cuando es la construcción que más sobresale en el pueblo (hombre mayor, San Juan). La visualidad que transmite es considerada importante por lo que transmite acerca del lugar y no en sí misma: la Iglesia es un lugar de culto y sigue siendo usada como tal, pero al mismo tiempo es un lugar que representa a San Juan de Lucanas por lo cual hay interés de que se vea “bella”.
Aquí vemos de nuevo el concepto que su restauración, es decir, que se vea más “nuevo” y “limpio” la hará más atractiva a los visitantes y foráneos. Una buena cantidad del total de informantes nos refirieron a la iglesia como “bonita”, “hermosa”, “central” (7 mujeres y 3 hombres, San Juan); pero que “podría ser más bonita”.
Además hay un interés para que conserve su aspecto rústico, no como ocurrió con la Iglesia de Utec (3 mujeres y 1 hombre, San Juan). Nos refirieron a este ejemplo al comparar con lo que “no se debe hacer”, pues su restauración el año pasado implicó poner cerámica en la fachada de la Iglesia. Se asoció entonces el uso de productos industriales con lo bello y también con cierto símbolo de status.
2.2. Plaza Central
El pueblo de San Juan sólo tiene una plaza y que esta está ubicada frente a la iglesia, el municipio y la gobernación, por lo cual la llamamos central, aunque no sabemos si la población la llama así. Sin embargo, parece ser el centro simbólico, por lo menos, a juzgar por la inversión municipal en renovarla y por la realización de actividades públicas del municipio y de la escuela. La iglesia sirve como elemento crucial en este espacio para definir sus contornos y sus usos, aunque el municipio parecía opacado o irrelevante.
La plaza posee una distribución que separa una parte para los asientos y áreas verdes, otra para el patio de laja donde se realizan eventos. La población la llama simplemente como plaza, y es el centro de la actividad social en la vida cotidiana y en eventos oficiales. Esta posee 2 estandartes y 1 busto de metal con la efigie de José maría Arguedas, que data de 2002. La Plaza ha sufrido grandes modificaciones de acuerdo a los períodos de cada alcalde. Se considera también que hay 1 desbalance entre su aspecto más análogo con otros pueblos de la zona en tanto que homogeneizado y con menos equivalencia a su aspecto original, y la Iglesia colonial. Esta incongruencia se percibe entonces como 1 “daño irreversible” (Hombre mayor, San Juan).
Hace unos 8 años fue la última remodelación de la plaza (hombre adulto, San Juan). Se ha realizado 1 réplica en miniatura de la parte alta de San Juan dentro de una de las áreas verdes, y 1 laguna dividida por 1 puente, donde se piensa llenar de agua y de peces de colores (hombre adulto, San Juan).
La disposición de las mesas de concreto y de las bancas, además del alumbrado que actualmente no funciona, focalizan la atención del transeúnte en este lugar y cumple con la función de atraer público y de ser 1 sitio destacado en todo el espacio de San Juan. El cuidado de la plaza está a cargo del Consejo Municipal, sin embargo cada área verde es asignada a 1 regidor. Esta iniciativa partió de la idea del alcalde de que a mayor distribución de dichas áreas, mayor cuidado se les daría. Muchas flores y plantas provienen de Lima y se observa 1 cuidado paisajístico en su ordenamiento.
Así, la Plaza Central es el centro espacial de la vida social de San Juan: es lugar de reuniones informales de niños, jóvenes y en poca medida de adultos, de juegos, de descanso… Además de ser 1 punto de referencia para sus habitantes y para los visitantes.
Vemos primero una apreciación de la convivencia con la naturaleza pero separación dramática cuando se ve con ojos del extranjero o de la autoridad: es necesario mostrar lo natural en jardines, en áreas verdes delimitadas y controladas. Por ello, el paisajismo no es considerado: vistas posibles de ecosistemas y del valle cercano son observados desde el lado de la cotidianeidad y no desde la óptica de apreciación y de captura que tenemos los foráneos con la cámara. Aparte de ello, la naturaleza valorada es el verdor de primavera, es la época de la fertilidad rebosante en oposición al paisaje de época seca, el cual puede ser bello en ojos foráneos.
Otro punto que se repite con el caso anterior es la jerarquización de discursos de criterio estético. Existe una parte que se posicionaliza y otra que se deja de lado, denotando jerarquías al interior y rencillas. Los litigios legales que impiden que las casas alrededor de la plaza sean renovadas denota la disputa acerca de quién quiere lo mejor para la empresa comunal (hombre mayor y mujer adulta, San Juan). Además, hay que considerar qué se pone en primacía: la visión “bonita” para el turista o la mejora de las casas donde residen los pobladores, las cuales no necesariamente saltarán a la vista.
La imagen que comparten los informantes acerca de la Belleza de San Juan está segmentada por su propia experiencia y por lo que consideran un criterio exterior, separado a ellos pero hegemónico. Frente a ello se ven afectados los modos de percibir y de comprender lo estético. Según Taussig, se construye un conocimiento casi automático que es visual y sensorial: es un lazo activo entre el observador y lo observado. Así, la percepción se realiza a través del tacto: uso o impacto que provee la impresión de algún estímulo. Él entiende la alegoría como modo de leer la ideología en eventos y objetos, donde el fenómeno observado transmite algo más y envuelve sistemas de significados. Nuestra percepción sería una mezcla de “una cualidad extrañamente soñadora al tacto que ofrece el ojo adulto por la revolución de los medios modernos de copiar la realidad” (TAUSSIG, p. 152).
Si bien el autor se refería a la ciudad y a estímulos como el cine y la publicidad, podemos aplicar dicha propiedad táctil del estímulo para comprender cómo se entiende lo bello. Por lo visto, el impacto de lo bello se relaciona no con la noción de destaque, es decir, diferenciarse visualmente de los demás pueblos. Es más que nada una idea de lo propio y de la convivencia que ya existe entre naturaleza y urbanidad. Se rememora una tradición local, pero que no está claro cuál es o en qué consiste.
Por ejemplo, los habitantes como parte de la visualidad intervienen al ser piezas de la recreación de la realidad a través de danzas y música. La belleza también está en dichas ocasiones especiales, en lo supuestamente único de las representaciones artísticas, pero no se considera que la realidad cotidiana o que su participación en ella también posee belleza. Este punto es interesante dado el interés que han demostrado los turistas en otros lugares del Perú por actividades cotidianas para sus poblares como el arado, el hilado, etc. y por sus vestimentas y actitudes en ellas; lo cual está en contradicción con el argumento anterior.
La noción de belleza varía con el tiempo y con los actores. El pasado de la mina está integrado al modo de pensar la estética del lugar por signos de industrialidad considerados como progreso. Se ve en ciertos lugares la idea del progreso y por ello su cuidado es importante, pero este cambio siempre está ligado a la adición de elementos manufacturados y no al mantenimiento de construcciones o de elementos tradicionales. Las alegorías son encontradas en el uso de elementos que representen lo “nuevo” u occidental, o lo “rural”. Podría producirse entonces un conflicto de intereses porque de un lado hay una fuerte intención de mantener una autenticidad y costumbres, y aparte hay un grupo interesado en dejarlas y en usarlas sólo si son rentables.
El imaginario de José María Arguedas no es ya una imagen fiel del pueblo que ha cambiado desde que se escribieron dichas obras. Su visualidad está más ligada al campo, y ahora se desea valorarla pero no es en tono nostálgico sino de manera de aprovechamiento tecnológico. La pregunta es si esto ayuda a revalorar el entorno o si solo es un provecho circunstancial.
3. Transgresiones:
La problemática de la accesibilidad y de la transgresión están presentes en una calle, una plaza, dentro de un hogar. Los detalles resaltan lo inculcado por cada sociedad y los puntos de vista de cada sector social, la alta sensibilidad al rompimiento de las normas sociales relacionadas al espacio hace brotar dichos detalles; por lo cual me serviré de lo rechazado para entender lo aceptado.
Es difícil tocar el tema de las transgresiones ya que proviene de donde escribo, de mi auto concepción como visitante. La experiencia de la transgresión es singular: una se sabe en terreno prohibido pero no puede hacer nada respecto a ello. Es una especie de momento liminal donde se re-aprenden las normas sociales y se adapta el comportamiento a nuevos espacios y circunstancias.
Aquí retomo la definición de lugar de Cresswell, donde es más que un referente espacial pues implica un sentido de propiedad, y un significado determinado por las relaciones de poder y por las dimensiones simbólicas compartidas por la Sociedad. También usaré su acepción de transgresión como el rompimiento del comportamiento típico de una sociedad determinada o la incursión en un lugar donde estructuralmente no debe incursionar el transgresor. La transgresión ilustra las fronteras del proceder aceptable donde la mera existencia de fronteras puede no haber sido conocida previamente, es decir, no es necesariamente intencional.
Donde podía entrar como visitante era generalmente los espacios públicos, las calles, y los servicios. En la casa donde nos alojaron nos dejaron entrar solamente al dormitorio, luego comíamos en la sala y después en la cocina: cuando la señora me dejo entrar en la cocina comenzamos a conversar de cosas más intimas. También en el momento que las señoras supieron algo de mi familia o de mi infancia entraron en confianza conmigo: se relacionaron intencionalmente pues buscaban un vínculo de identificación, es decir, romper con la idea de que era completamente extranjera.
Asumí al inicio que esta inquietud por saber de mi familia, mi pasado, mis intereses, era mera curiosidad o un paso antes de entablar una conversación inquisitiva como fueron en ocasiones mis entrevistas. Pero re-pensándolo, su inquietud provenía más de la necesidad de encajarme en alguna categoría: de saber si yo era realmente foránea, qué tipo de relaciones podían entablarse, en qué espacios podría ingresar.
Que yo recuerde, nunca tuve un momento en el cual haya violentado el ordenamiento espacial. Mis acciones comenzaron con lugares públicos hasta entrar en las casas de las personas con su previo permiso. Hay además un status permisivo al foráneo, aunque no al visitante: cuando he sido informada de los daños a los establecimientos públicos de parte de escolares visitantes se me hizo entender que ellos no tenían excusa, que debían saber que su conducta era mala (mujeres adultas, San Juan).
En cambio, hay infracciones que no se reflejan en el espacio. La transgresión en actos se entiende por discurso de decencia: la ausencia de modales es gravísima para los pobladores y reprendida en público. Hubo un episodio durante nuestra estadía en la cual una pareja caminó de la mano y mostraron afecto. Aunque en zonas urbanas podría pasar desapercibido, en San Juan fue motivo de escándalo y de consternación: hubo incluso un profesor que les llamó la atención por “dar mal ejemplo a los niños”.
Este hecho es reflejo de los preconceptos acerca del afecto y de las relaciones de género. El matrimonio es vivido como una suerte de adecuación, no hay un enfoque en el amor romántico o se reserva a un ambiente privado. La noción de que las relaciones sexuales son malas tiene su origen en la moral católica: El placer es un pecado y no puede ser realizado con la mujer de la casa, la idea es que no se busca satisfacción por eso relaciones afectivas no son correctas.
Las parejas foráneas llaman la atención. Las personas mayores no expresan su relación en público, mientras que los jóvenes tienen una actitud más relajada al respecto. Lo afectivo permanece en un ámbito privado y reservado, se ve como si fuese una falta de respeto. Los “enamorados” están entonces en una situación indeterminada donde pueden caer fácilmente en la transgresión.
Este ejemplo nos permite analizar el grado de tolerancia hacia las irrupciones contra códigos morales y espaciales. La idea de que el turista pueda traer malas costumbres o mal ejemplo no es contemplada por las autoridades, solamente adjudicando la contención moral a la escuela (hombre mayor, San Juan). La realidad es que si se abre al turismo exterior, es imposible realizar un filtro “moral”, el cual es completamente subjetivo, y se deberá asumir el aumento de intercambios sociales con la convivencia con dichas prácticas. Además, también muestra un carácter moralista de parte de ciertos actores, cuando no se admite que dentro de la misma comunidad existen o pueden existir violaciones a las normas propugnadas.
Aparte de ello, hay momentos en el tiempo que pueden ser transgresores si evocados sin el consentimiento general. El terrorismo no es recordado de forma usual, salvo en momentos de mucha intimidad y de cautela por posibles amenazas o noticias de medios de comunicación. Los niños comparten y viven referencias construidas acerca de dicho episodio, pero sólo es debatido al interior del hogar, entre familiares y muy rara vez. Ellos también construyen memoria a través de eventos y fiestas comunales, donde lo permitido y lo no permitido se encuentran: se integra a los foráneos pero se los concibe como tales ya sea por signos visibles o por atención a detalles que ellos toman como naturales.
Bibliografía:
• Tim Cresswell, In Place/Out of Place: Geography, Ideology, and Transgression, University of Minnesota Press, 1996.
• Michael Taussig, “Tactility and Distraction”, en: Cultural Anthropology 6(2), 1991.