SOBRE SUMAR PROYECTOS TURÍSTICOS A LOS PROYECTOS DE DESARROLLO

por: Giacomo Bassilio
Los proyectos en Viseca parten desde distintos intereses y se encuentran ante distintas representaciones. El proyecto de hacer en la casa hacienda Viseca un museo de sitio, así como de disponer de sus instalaciones para una sala de conferencias y un comedor, mientras se habilita alojamiento en la misma casa o en las antiguas instalaciones de la mina de Utec, es impulsado por el actual alcalde del distrito de San Juan, Américo Peñafiel. Este proyecto permitiría, según el propio alcalde, atender estudiantes y empresarios. Los primeros, interesados en la figura de José María Arguedas; los segundos, en las instalaciones dispuestas para reuniones.

El proyecto de hacer de Viseca un lugar de esparcimiento, encuentra acogida entre los integrantes de la asociación Nueva Generación que agrupa a algunos comuneros de Utec y residentes fuera del distrito. Este proyecto estaría, según Jesús Velarde (presidente de la asociación), pensado para atender personas que desean pasar un día “campestre”: buen clima, río, comidas, juegos, áreas verdes, animales y sembríos.

Este centro recreacional es, sin embargo, una reformulación del proyecto anterior de instalar en la casa hacienda una granja de cuyes. Es un intento de compatibilizar el proyecto turístico con el proyecto productivo en provecho de ambos.

Los intereses no parecieran ser opuestos; bien podría usarse el espacio de Viseca para ambos proyectos. La asociación Nueva Generación, sin embargo, no parece comprometida con la figura de José María Arguedas ya que, según su presidente, es poca la gente que estaría dispuesta a visitar el lugar donde alguna vez este vivió. Sin embargo, es esta la única que por ahora visita el lugar. Los miembros de Nueva Generación estarían interesados en el negocio, en aquello que haría que mucha gente fuera a Viseca. El alcalde no se opone a esto, la sala de conferencias serviría para atraer empresarios y varios grupos de gentes; pero Américo Peñafiel simpatiza con la figura de Arguedas y encuentra significativa la historia de la antigua casa hacienda.

La Nueva Generación representa solo a sus miembros, pues no cueta con el respaldo de la mayoría de comuneros que no les han autorizado el uso de la casa hacienda ni de las tierras de este sector. Por lo general, los comuneros tienen una imagen positiva de la asociación, pero la ven incapaz de comprometerlos a todos en un mismo proyecto. Y es la comunidad de Utec la que es dueña de Viseca, de las tierras de la vieja hacienda y de su casa hacienda. El municipio no puede decidir sobre Viseca, mucho menos cualquier otra sociedad o comunidad que no sea la de Utec.

El gobierno distrital puede impulsar un proyecto de recuperación y puesta en valor de la casa hacienda, en tanto dispone de una parte del presupuesto local; sin embargo, el grueso de su presupuesto es presupuesto participativo y, como tal, sujeto a los resultados de la consulta a toda la población del distrito donde el alcalde deberá plantear y lograr aprobació para el proyecto.

Nueva Generación se encuentra en la misma situación, con la diferencia de que sus recursos no provienen de otras instancias del gobierno sino, principalmente, de la contribución de sus asociados, comuneros o descendientes de comuneros en otras ciudades. La relación de la asociación con la comunidad es más “cercana”, pues Nueva Generación pertenece a Utec, son todos comuneros, Hijos de Utec. Por lo mismo, son solo una fracción dentro de la comunidad. De otro lado, la autoridad del alcalde es distinta a la comunal. Si bien la comunidad se encuentra dentro del distrito, el poder del alcalde se encuentra, en cierto sentido, limitado por la soberanía de cada comunidad, aun cuando, en esta ocasión, el alcalde es también comunero de Utec.

Las de Viseca son tierras altamente apreciadas porque cuentan con riego, tan escaso localmente. Los comuneros deben ver algún beneficio real de cualquier proyecto, a fin de comprometerse a realizarlo. No basta, por esto, que una asociación o un alcalde marchen solos con sus proyectos. ¿Por qué no dedicar las tierras fértiles de Viseca enteramente al sembrío? ¿Qué tanto terreno agrícola y corrales se verán comprometidos? ¿Por qué hacer de la casa hacienda de Viseca un lugar de esparcimiento? ¿Por qué incluir un museo y una sala de conferencias? Las respuestas quizás se encuentren en quiénes sean los beneficiados de cada proyecto.

Nueva Generación parece ubicar todo su proyecto en Viseca. Si bien con el proyecto de crianza de cuyes intentaría demostrar a la comunidad que la asociación también la beneficia, lo cierto es que la asociación, como tal, nunca será lo mismo que la comunidad; más aun, cuando ese beneficio se traduce en un pago por las tierras en que estarían ubicados los criaderos. El proyecto de la Nueva Generación es el proyecto de la asociación, y no de la comunidad. Por lo tanto, Nueva Generación no garantiza a todos los comuneros la inclusión en los beneficios ni la participación en el proyecto. Es cierto que cada cual tiene su mérito, y le pertenece lo que su labor hace; pero si la labor se realiza sobre un bien que es de todos, no puede darse por sentado este principio.

El alcalde, de otro lado, según el propio presidente de la comunidad de Utec, ha pasado por encima de la autoridad comunal al realizar labores de remodelación en Utec sin haber consultado. Varios comuneros no están contentos con esta actitud del alcalde, que parece demostrar que él quiere realizar su proyecto.

De otro lado, si bien el presidente de la comunidad de Utec se encuentra como miembro invitado de Nueva Generación, este no menciona por sí mismo al turismo como una vía de desarrollo para Utec. El presidente de la comunidad piensa en empresas en su inclusión en la asociación acaso no es una estrategia de la asociación para conseguir poder y decidir sobre Viseca.

Entonces, de un lado, según algunos comuneros, el alcalde ha pasado por sobre la autoridad comunal. De otro lado, la Nueva Generación, no garantiza la participación ni el beneficio de todos los comuneros. Puede tratarse, en pocas palabras, de que nunca es cierto que algo sea de “todos”. Cualquier proyecto respecto de la casa hacienda de Viseca implicaría la produción de beneficios diferenciados. Esto no está mal ni es irreal. Los comuneros, de hecho, no son todos iguales, justamente, cada quien busca lograr el mayor éxsito y el acceso al máximo de recursos que se lo permitan; y es, por lo tanto, bastante difícil ponerse de acuerdo. Que Viseca sea propiedad comunal hace, en realidad, que sea de nadie o que pueda ser de alguno.

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