“(…) con gran lucidez las extensas lomas de ‘La Providencia’; las ruinas de los centenares de andenes incaicos que bajaban desde la parte mansa de los cerros hasta el rio; toda una zona de rocas y tierras negras, escarpadas, casi abismales, ahora cubiertas de arbustos que permitían ver, sin embargo, la línea de los antiguos andenes, su altura, su ordenamiento.”
(José María Arguedas, Todas las Sangres, Ediciones PEISA: Lima, 1973:251)
La Hacienda, otro eje fundamental para la sierra peruana, no es solo una construcción contemporánea como espacio de producción. Tal parece recordar Arguedas en esta cita, que la agricultura articula la región desde hace mucho tiempo, haciendo un especial recuerdo en el incanato.