Archivo por meses: marzo 2009

Escuela Productiva alternativa a la corrupción

El origen de la corrupción está en los primeros aprendizajes que ocurren en el entorno del niño como son las personas que lo rodean, el nido y la escuela. Es un aprendizaje principalmente por observación. El niño aprende con mayor significado de lo que ve.

La separación de la Escuela de la producción ha quitado a los niños la posibilidad de aprender la producción. Por tanto el niño crece en un medio artificial, interactuando con otros en un aula, observando que hay adultos que viven sin producir (trabajar). El niño estudia por estudiar, y no estudia para producir mejor, por que ese es el modelo de profesor que tiene en el aula.
El Presidente Alan García, entregando las becas “Víctor Raúl” a un grupo de jóvenes, expuso sus ideas sobre la educación. Sus principios, parece son estudia y estudia y triunfarás y, si sabes poco aprende si sabes mucho enseña. Con la concepción que el Perú está regido por un Estado y Gobierno Únicos, se entiende que el desarrollo surgirá si en el país cuenta con un gran colegio de élite: Los mejores alumnos y los mejores profesores seleccionados por un examen a nivel nacional, estudiando y enseñando en una especie de internado que estaría en Lima. Este “súper colegio” será la fuente de la masa gris del país. Incluso afirma, que este gran colegio debe tener como Director a un Rector. ¿De cuál Universidad? Pareció preguntarse. Por que en su alocución, el Presidente afirmó que hay Universidades y Universidades y contó su experiencia que tuvo al enseñar en una Universidad de la Capital que le reclamó por desaprobar a los estudiantes porque estaban perdiendo alumnos y se iban a quedar sin financiamiento. Estas ideas hace recordar a los centros de alta formación que desarrollaron los nazis, allí donde se educaban los mejores herederos de la raza aria. Estos rasgos también se han dado y dan en los países socialistas, que obviamente contrasta con el principio que cada uno con libertad decida la forma de ser educado y con libertad, también decida el nivel de formación.

Al margen de las diferencias de formas de las instituciones educativas, todas tienen un rasgo común: están separadas de la producción. Los que allí enseñan en su mayoría no han tenido ni siquiera experiencia productiva. Por eso, no se trata de la forma, sino del fondo. Debemos pasar a la Escuela Productiva. Aquí no estoy hablando de una escuela con proyectos productivos como crianza de animales, o cultivo de hortalizas, sino de una Escuela, donde esta es una parte de la producción de una comunidad. Los conocimientos de las diferentes ramas del saber, se aprenden participando en el mismo proceso productivo. Leer más »

Crisis Económica: El Estado, el Gobierno y la Patria

La economía de una comunidad es el flujo de la riqueza entre sus miembros y con otras comunidades. La riqueza es el fruto del trabajo que cada uno realiza con el fin de satisfacer sus necesidades. Sin embargo, el flujo de la riqueza es lento o se detiene ocasionando que sectores de la población no tengan la suficiente riqueza para satisfacer siquiera sus necesidades básicas. Los hambrientos son impulsados por la necesidad de sobrevivir a obtener riqueza robándola de otros. Esta situación es lo que llamo la aparición de una crisis económica.

El flujo de la riqueza se detiene porque se han realizado intercambios de productos del trabajo sin equidad (intercambio corruptivo). El resultado es que algunos obtienen riqueza sin haber trabajado. Es la especulación, los juegos al azar y el robo los que propician intercambios corruptivos. Un “hábil” en el timo y la especulación, con unas cuantas “movidas” puede haber obtenido riqueza sin mover ni un músculo ni sin mayor esfuerzo intelectual que las falacias que “confunden emocionalmente” a quién produce riqueza, que termina cediéndola en forma “voluntaria”. En consecuencia una crisis económica puede ser producto de esta aleatoriedad y “juego al azar” que en determinadas circunstancias dejan de hambre a poblaciones enteras.

Para “evitar” estas fluctuaciones producto de la confusión emocional, las comunidades se organizan para influir en el curso del flujo económico. Esta estructura organizativa es lo que llamo el Estado. No se trata de regular la aleatoriedad, es imposible, es en ese sentido, mediante la educación, una comunidad aspira a que le flujo económico siga la ruta de los intercambios justos (productivos), con lo cual la fuente de las crisis queda eliminada. Alcanzar este nivel de desarrollo, significará la extinción del Estado, tal como lo han previsto Marx, Engels y Lenin.

El Estado se sostiene por que cada comunidad tiene un Gobierno. El problema económico surge cuando un Gobierno, intenta gobernar comunidades de las cuales no ha emergido. Entran en colisión el Gobierno propio de cada comunidad con el Gobierno que se reclama ese don en comunidad ajena. El Perú, no es Estado único, realmente es la suma de varios Estados con sus Gobiernos, tantos como las grandes comunidades existen. La frase “ausencia de Estado”, se refiere a que realmente en esas comunidades existen otro Estado y otro Gobierno. Las movilizaciones masivas por la descentralización, que de vez en cuando se dan en el país motivadas por la carencia de recursos económicos, no son sino, una demostración real a que avanzamos a reconocernos como un Estado resultado de la suma de otros Estados, por tanto de Gobiernos, que requieren ser articulados. Tanto en razas, alimentos, cultura, suelos y climas la Patria de los peruanos es diversa.

El ejercicio del Gobierno propio de las comunidades, su propia adecuación de su estructura organizativa a los avances en su desarrollo, irá propiciando una autoeducación en el sentido de propiciar cada vez mas los intercambios productivos, eliminando progresivamente los intercambios corruptivos, resultantes de la emotividad, para que sea la racionalidad, cuya fuente de desarrollo no es sino la propia educación de las comunidades, no como hoy se ha construido la falacia del desarrollo sustentado en una educación que proviene externamente a la comunidad. Un Gobierno de fuera de una comunidad, no puede educar a esta, si lo ha hecho, es precisamente por el lado de la apropiación de sus riquezas en intercambios inequitativos, conduciéndolas a crisis económicas cada vez más agudas.

¿Quiénes son los que hacen intercambios justos? Un Gobierno que se reclama ser gobierno de todas las comunidades y que todavía lucha por su progreso, se repite de periodo en periodo, pero las comunidades se mantienen congeladas en el tiempo, pagando impuestos o cediendo los recursos naturales. Esta verdad pueden corroborarlos los que emigraron a las capitales de provincias o a Lima y después de unos años regresan a su tierra natal.

Sin embargo, junto a la tecnología que el Gobierno se empeña en difundir por todos los lugares “recónditos” donde según ellos “no hay presencia del Estado”, llega la destrucción de la formación moral sana que practican las comunidades reemplazándola por la imagen de la televisión, internet o celular que llevan los significados de violencia, morbo y juegos sin sentido que generan adicciones. El resultado es que dicha comunidad aparentemente ha saltado del atraso al desarrollo. El centralismo se acentuará, porque los significados con los cuales se bombardean las mentes de los comuneros, hacen creer que practicar un modelo de vida citadino, es acceder a una vida de calidad. El proceso de la eliminación de las comunidades continúa. Esto es el resultado de la falacia del Gobierno único en un país cuya realidad es diversa. Este Gobierno no hará intercambios justos, solamente les interesa los salarios que deben cobrar los funcionarios por llevar los “programas de ayuda social a la comunidades”. En este gobierno trabajan ayudando y no dando ejemplo de trabajo generador de riqueza. En resumen un Gobierno debe ser productivo, y no uno de “ociosos” que andan de inauguración en inauguración y de agasajo en agasajo. Los líderes de las comunidades tienen esa cualidad: son los mejores en la producción. Toca a los electores ver las manos y los productos que han creado sus líderes y no como hoy ven solamente la boca y las palabras por la manipulación que se ejerce mediante las tecnologías masivas de comunicación. Leer más »

El alma de una universidad para el desarrollo de la ciencia y la tecnología

Una comunidad es más o menos desarrollada si mas o menos la razón de cada uno regula a sus propias emociones. Una universidad por esencia es la comunidad imperio de la racionalidad sobre la emotividad. Es una de sus misiones educar esta esencia en cada uno de sus miembros.

Hacer el inventario emocional de cada uno es un imperativo. Así como lo es también, ubicar en alguna escala cuál es el grado de desarrollo moral de la universidad. La moral, es precisamente la resultante colectiva de ese grado de regulación que ejerce la razón sobre las emociones en cada uno.

Las emociones negativas o gigantes negro y rojo del alma según Emilio Mira y López, que son el miedo y la ira se manifiestan en formas muy sutiles configurando un entretejido emocional colectivo cuyo resultado es el alma enferma de una institución. El alma es “mas pura” si es la razón que regula las emociones. La ciencia y la tecnología es un producto de la racionalidad humana, y son las instituciones como las universidades quienes la producen hoy día. Por eso, la importancia que tiene el alma de la universidad. Estamos hablando que si una universidad no crea ciencia ni tecnología, tiene un alma “de perro o de gato o de rata”, y pierde su esencia de universidad.

Es el caso de la UNT, institución que conozco más tiempo que a la PUCP. De esta primera institución de la cual trato de apuntar algunos rasgos de la emotividad del profesorado, siguiendo las descripciones de Emilio García.

La ecuanimidad esencia de los actos justos se ha cambiado por hacer la justicia con las propias manos, no a golpes sino con falacias. Tiene su origen en el temor a perder privilegios a los que se han accedido sin poseer los méritos y para defenderlos se forman grupos de ilegales anulando la libertad que debe primar en una universidad. Estos grupos son ocultos y se reúnen para complotar, en dichas reuniones utilizan un lenguaje procaz, pero fuera de ellas fingen ecuanimidad, buenas maneras o frases sin sentido como “no defiendo ni ataco”.

La critica se ejerce para “hablar mal y tratar de desvalorizar algo” que oculta la envidia y la carga colérica. Una crítica justa se ejerce en forma comprensiva y humana en una posibilidad real, basada en hechos comprobables y comprobados, en forma franca dando opción a la enmienda y a la vez constructiva indicando el camino de perfección. Un antídoto para la crítica iracunda es una actitud creadora ejerciendo la crítica justa. Quien critica en forma justa, es ridiculizado “no te apoyan porque te has peleado con todo el mundo”.

La ironía en las conversaciones tiene un fondo sádico y perverso, en un solo acto se humilla con la burla y se trata de mostrar superioridad. Es cobarde porque oculta la ofensa y la agresión se disimula en forma de elogio desproporcionado. La frase “muy dedicado pero…” es el sello del irónico universitario.

Otro rasgo observable es el mal humor. Se arremete contra lo respetable o temible por su capacidad intelectual y académica, y se lo ridiculiza para provocar risa en señal de dominio. No se meten con lo que quieren sino con lo que odian. Por el contrario, el buen humor es una actitud optimista que lleva a ver el lado alegre de las cosas y sucesos esparciendo una risa campechana y eufórica.

La soberbia de voz ahuecada, gestos y ademanes altaneros, porte provocativo y actitud despectiva. Es la “auto gratificación” que se exacerba como reacción a una frustración personal. Se “habla fuerte” exagerando los movimientos. Es el alma insatisfecha que a fuerza de engañarse llega a creerse valiosa, pero se siente rodeada de “envidiosos” que existen en su imaginación. Frases como “Hay sinvergüenzas….” “denuncia por envidia”.

El miedo paralizante que se manifiesta en la escrupulosidad de poner los puntos sobre las íes, esconde la agresividad. Personas que hacen dudar que algo esté mal, pero no concluyen. Aparentando un anhelo de perfección impiden la realización de tareas, su conducta paraliza (miedo) y destruye (ira). Las tareas iniciadas no terminan, son el resultado de estos cobardes quisquillosos que “hilan muy fino y hablan mucho” y ya por jubilarse toman en cuenta que no tienen resultados en sus funciones.

Otro tanto son los pesimistas que siempre encuentran razones que justifique su cobardía. Quieren algo pero no se atreven a luchar por ello y se auto engañan con la idea que la obtención de ese algo es imposible y no hay nada que hacer. No son personas de acción pero andan preocupados por logros que nunca llegarán.

Los escépticos, los vivos que ya están de vuelta. Los desengañados que no se dejan engañar por nadie ni por nada. Olvidan que la vida vale la pena vivirla si hay ilusión que lo idealiza y lo embellece. Las esperanzas nos dejan de ser autómatas animales, para convertirnos en creyentes y por ende en creadores. Estos “catedráticos” creen en no creer, estiman el no estimar, tienen fe en la falta de fe, valorizan la desvalorización. Son los que se “cuidan”, los que hacen que no conocen cuando su “viveza” es descubierta. Su actitud producto del miedo que los anula es adornada con filosofía catatímica (un cínico).

Aparte están los aburridos que tienen miedo a quedarse solos consigo mismos. Los escépticos que se jactan (vanidosos). Dime de que te ufanas y te diré de qué careces. Los hipócritas, rasgo de cobardía ligada a una ambición desmesurada, son los expertos en esconder la crítica negativa en un cálido elogio y, los mentirosos que lucen el arma principal de la hipocresía: la mentira.

En este recorrido emocional, siguiendo a Emilio Mira y López, se resalta que el grado de fortaleza psíquica de un país, y por ende de una institución -el tono ético y su auténtico valor- se mide por el promedio de mentiras que dice por día el promedio de sus habitantes. Más peor que la crisis económica es el coloniaje mental (el dominio de los gigantes negro y rojo), que al superarlos se liberará una fuente energética para la sinceridad y la templanza, alma sana para el desarrollo de la ciencia y tecnología en una institución universitaria.

Como nunca, la corrupción de las emociones observada, ha llevado al atraso, en un clima de aparente superioridad, pero que la ausencia de los productos en creación de ciencia y tecnología, debe llevar a una reflexión y a un cambio de actitud. Leer más »