En varias entradas en este blog he mencionado cuán importante son las acciones de los papás para sus hijos. La frase “los papás son el ejemplo” está tan manoseada que cuando la decimos puede no tener ningún efecto y caer en saco roto. Pero resulta que la frase es abrumadoramente real.
Ejemplo 1
Es decir, por ejemplo, ¡qué difícil debe ser para un niño entender que debe ser mesurado en el manejo de su teléfono celular, si sus propios papás se la pasan chateando todo el día y prefieren hacer eso que conversar o estar en silencio con la persona que tienen al lado!
Ejemplo 2
Otro ejemplo un poco más complejo: uno de los papás le saca la vuelta al otro constantemente y es evidente que no va a modificar su comportamiento. El otro papá, “la víctima”, puede decir: “¡qué mal ejemplo que le da a nuestros hijos!”, y tiene razón, sin embargo esos hijos también tienen el ejemplo de ese otro papá que se queda con la pareja infiel y que no hace nada para distanciarse, quedándose en ese rol de víctima. Esos chicos tienen no solo el ejemplo de cada uno de sus papás, sino tienen también un primer modelo de pareja sexual. Para ellos, así es (y probablemente así será) la vida de pareja. Cuando crezcan, lo harán con ese modelo en la cabeza, que será determinante para sus vidas futuras.
El niño observa, escucha, guarda en la memoria e imita
Aquí les voy a compartir algo que escribió Françoise Dolto sobre este asunto:
“El niño observa los gestos y los actos de los adultos. Escucha sus palabras. Guarda todos estos comportamientos en la memoria. Los imita cuando está solo (…). El niño ama a los adultos y teme desagradarlos. Desea conquistar su asentimiento, alcanzar su poder y su dominio de las cosas. Se ejercita imaginariamente en su propio dominio de las cosas y de las personas, solo y junto a ellos” (Dolto, 1998; página 33).
Aquí algunas de las últimas entradas en las que he mencionado cuán importante son las acciones de los papás en la crianza de los niños:
Ante una infracción no se salte nunca el reglamento
Pautas para formar hijos moralmente sanos
Como hacer para que los hijos no pidan solo gaseosas o bebidas dulces para calmar su sed
Referencia
Dolto, Françoise (1998). El niño y la familia. Desarrollo emocional y entorno familiar. Barcelona, España: Ediciones Paidós Ibérica.