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25/08/11: MORAL PÚBLICA Y ESTILO PRESIDENCIAL

MORAL PÚBLICA Y ESTILO PRESIDENCIAL

Efraín Gonzales de Olarte

Uno de los temas negativos del gobierno que concluyó en julio pasado fue haber hecho casi nada para resolver la crisis moral que heredáramos del fujimorismo. Crisis que se expresa en la corrupción, el transfuguismo, la impunidad, y un gran etc. Para superarla necesitamos de un nuevo” estilo presidencial”.

Los mercados y las sociedades deben funcionar sobre la base de la confianza, la que se funda sobre la verdad, la honradez y el cumplimiento de la ley y la palabra empeñada. Por ello, el progreso, la democracia y el desarrollo son sostenibles en el largo plazo solo si se apoyan sobre principios éticos y en la legalidad.

Cuando esto no sucede aparecen fácilmente los males como la corrupción, que no es otra cosa que el aprovechamiento de los recursos públicos para el provecho privado. El problema es que si no se corta drásticamente las raíces de la corrupción, ésta puede llegar a tener una amplitud tal que haría imposible que el estado logre cumplir con sus funciones. La lucha contra la corrupción no es sólo una batalla moralizadora, sino sobre todo una necesidad para reducir la pobreza y para redistribuir oportunidades de desarrollo.

Por ello, el desafío del Presidente Humala es emprender una cruzada por la recuperación de los principios éticos sobre los cuales debe funcionar su gestión y el Estado, para que su propuesta de inclusión social pueda funcionar.

Para lograr este objetivo hay varias medidas que se deben tomar. Pero para que tengan éxito el “estilo presidencial” es muy importante, pues en el Perú los gobernantes regionales, locales y funcionarios tratan de seguir el estilo del presidente. Así como Fernando Belaúnde hizo de la inauguración de obras su estilo, Alan García se caracterizó por su predisposición al floro ilustrado, Ollanta Humala debería imprimir transparencia, respeto por la honradez, la verdad y la probidad en toda decisión y acto de gobierno. Este sería un factor importante para construir el país sobre la base de la recuperación moral y ética.

Si ello fuera así, no sólo seguiría aumentando la inversión, sino también se recuperaría la confianza en el Estado, sobre la base de una moral pública de rectitud que debería ser emulada en todo nivel.

Publicado en el Suplemento D1 del diario El Comercio del 19 de setiembre del 2011 Leer más »

02/06/11: Qué entendemo por modelo económico o de desarrollo

MODELO ECONÓMICO Y DESARROLLO HUMANO

Efraín Gonzales de Olarte

El modelo económico que adopta un país es una combinación de dos aspectos: 1. Qué sectores productivos lideran el crecimiento y la integración socio-económica. 2. Qué combinación de estado con mercado se escoge. En consecuencia, el modelo es una mezcla de estructura económica con un esquema institucional, que al interactuar de manera adecuada puede generar crecimiento y desarrollo, y si la combinación no es buena genera subdesarrollo y crisis social. Por ello, la construcción de un modelo que genere desarrollo es una tarea delicada y una gran responsabilidad tanto para el gobernante, para el sector privado como para la sociedad civil.

Pero lo más importante es qué se entiende por desarrollo, que a menudo se confunde por incremento del producto o del ingreso por persona, definición que deja de lado las desigualdades y reduce el problema del desarrollo a los bajos ingresos es decir a la pobreza. El verdadero desarrollo es aquel que mejora las capacidades de las personas, les da acceso a oportunidades para realizar sus proyectos y les permite vivir en libertad. Este es el desarrollo humano.

Obviamente, el modelo económico debería ser el medio para lograr estos fines, por ello que en la parte productiva debe generar no sólo más producción e ingresos, sino oportunidades de empleo, de trabajo, de hacer empresa, de crear e innovar y en la parte institucional debe asegurar la mejor combinación entre lo que hace el mercado y lo que debe hacer el estado.

A menudo se habla de modelo tomando en cuenta una sola de sus partes o modelo primario-exportador o modelo industrial, o privatista pro mercado o estatista. Cuando tomamos en cuenta los dos componentes la pregunta central es ¿Qué combinación mercado-estado es capaz de generar el máximo de producción, ingresos, empleo y oportunidades para todos? La respuesta a esta pregunta nos dirá de qué manera se generará o no desarrollo humano en un país o en una región.

La siguiente pregunta es: ¿de qué depende entonces la combinación mercado-estado? En parte depende de cuanta productividad y cuanta equidad generan los sectores productivos, a mayor desigualdad la necesidad de un estado igualador de oportunidades es incuestionable. Pero también hay determinantes políticos e históricos del tamaño y funciones del Estado. En los países con democracias duraderas y estables el estado tiende a ser mediano, sino grande, así los impuestos cobrados para financiar el estado nunca bajan de 25% del producto nacional, los países europeos tienen incluso ratios por encima del 40% y, sin embargo, tienen sectores privados muy competitivos.

En el Perú podríamos definir el modelo económico como primario-exportador y de servicios, pues son estos sectores los más dinámicos para crear riqueza, generar ingresos, empleo y oportunidades. Sin embargo, este modelo por ausencia de un sector industrial integrado internamente (el sector industrial actual funciona integrado al exterior pues importa la mayor parte de sus insumos, tecnología y maquinarias) genera desigualdad de manera estructural, parte de la cual se refleja en altos niveles de pobreza. Frente a esta desigualdad es obvio que el Estado peruano debería convertirse en el igualador de oportunidades, ingresos y bienestar, pero no lo puede hacer por tres razones: 1. El Estado es chico desde el punto de vista fiscal, pues en su conjunto (gobierno centra, gobiernos regionales y locales) sólo logra cobrar entre 16 y 17% del producto nacional con lo cual no alcanza para resolver la desigualdad estructural de largo plazo. 2. El estado es débil, es decir, que pese a tener recursos fiscales no es capaz de gastar con eficacia tanto para mejorar el bienestar de las personas como para mejorar la infraestructura para la producción, porque su organización ya no corresponde a los problemas actuales, no tiene el personal calificado adecuado, no tiene carrera pública y, además, está infestado de corrupción. 3. El estado no es un promotor del crecimiento de aquellos sectores donde se generarían mayores oportunidades de empleo, de creación de empresas, de innovación. Ha abdicado de una labor crucial en países pequeños y no industriales como el Perú, que es la de promover aquellos sectores de transformación industrial y de incorporación de valor agregado.

Por estas razones, es necesario ajustes en el modelo económico del Perú no para cambiarlo drásticamente sino para hacerlo evolucionar hacia un modelo exportador, industrial y de servicios, requerimos de una integración de todos los sectores y regiones para generar más producción, ingreso y oportunidades. Pero requerimos también un estado que pueda cobrar más de 20% del producto como impuestos, pero que con estos recursos sea capaz de hacer su rol plenamente. Por ello es necesaria una reforma del estado, para que funcione mejor la economía. Un modelo corregido estoy seguro que promovería el desarrollo humano.

Lima, mayo 2011

Publicado en PUNTO EDU – PUCP, Lima Leer más »

01/02/11: Etica y participación en la elecciones. La perversión de la política

PERVERSIÓN DE LA POLITICA: Ética y participación en las elecciones

Efraín Gonzales de Olarte

La casi inexistencia de partidos políticos en el Perú está promoviendo la perversión de la política, al trastocar algunas de las motivaciones de los candidatos que participan en las elecciones, generando una moral perversa. Para entender este fenómeno es preciso un análisis microeconómico antes que uno de ciencia política.

¡Juro por Dios y por la plata! es la frase que sintetiza las motivaciones de una buena parte de candidatos que quieren llegar a los distintos niveles de gobierno y al Congreso. Hoy, la participación política pareciera que se hace sobre un cálculo económico antes que sobre motivaciones cívicas o políticas, en una suerte de mercado político que se abre en cada proceso electoral.

Por el lado de la oferta, se conforman movimientos, o los propios partidos establecidos, que ofrecen incorporar candidatos en las listas para el gobierno local, regional, central o para el congreso a cambio de un pago. El reciente testimonio de un potencial candidato al que le querían cobrar 200mil dólares para darle el quinto lugar en la lista para el congreso ilustra esta situación y en las elecciones municipales hay cientos de ejemplos.

Por el lado de la demanda, el cálculo se hace en función de la “tasa de retorno” que se obtendría si se invierte una cierta cantidad de dinero para ser incorporado como candidato y para la campaña electoral. En consecuencia, el objetivo de participar en política se convierte en un negocio, en el cual para asegurar el beneficio esperado una vez electo, hay altas probabilidades de utilizar medios corruptos o ilegales para alcanzarlo.

En esta perspectiva, no importa si uno es de centro, derecha o izquierda, lo importante es pensar que la política puede ser un negocio rentable. Esto no sólo devalúa la política sino que la hace perversa, peor aún, da bases para que la corrupción se institucionalice.

Esta situación obviamente, tiene connotaciones éticas, es decir, parece aceptable participar en las elecciones con estos métodos y de hecho, estos comportamientos, que no son conocidos por los electores son convalidados al momento de elegir y todos somos responsables de nuestra ética. Las reglas del todo vale con tal de alcanzar un cargo de gobierno se ha instalado en el Perú y augura una devaluación de la política.

Razones de peso para abogar por una ley de partidos que reduzca al mínimo estas perversiones. Para abogar por una cruzada ética. Además, es necesario que los ciudadanos tengamos mucho cuidado al elegir por quienes votamos tanto en las elecciones generales, como en las regionales y locales.

Adiós Ciencia Política, bienvenida la Micro Economía Política.

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07/12/10: El cebiche perfecto

EL CEBICHE PERFECTO
Efraín Gonzales de Olarte

El cebiche perfecto de Gastón Acurio no es sólo un plato de nuestra ya famosa cocina peruana, es sobre todo una propuesta de desarrollo humano y sostenible. Si su propuesta pudiera extrapolarse a otros ámbitos productivos, los peruanos podríamos dar un salto a otra dimensión del desarrollo

La búsqueda del “cebiche perfecto” a lo largo de la costa peruana es en parte una aventura culinaria para descubrir o redescubrir sabores e ingredientes, guiada por el sentido del gusto. Pero la parte más interesente e importante, desde mi punto de vista, es aquella de buscar el cebiche socialmente perfecto y sostenible, guiado por la ética del desarrollo. En efecto, cuando Gastón estuvo en la Universidad Católica el pasado noviembre, nos explicó que lo más importante era buscar qué cebiche beneficiaba de manera equitativa a todos aquellos que intervienen en su elaboración. Es decir, si los pescadores y los agricultores productores de la cebolla, el limón, el ají, la papa o el camote reciben un precio justo, el transportista y el comerciante tienen una ganancia adecuada, el cocinero que lo prepara y el mozo que lo sirve reciben una remuneración decente, y si además la pesca o la producción de estos ingredientes no dañaba el medio ambiente, estaríamos probablemente frente al cebiche perfecto. Tendría sabor a desarrollo.

Por ello, creo que Gastón más que un Chef es un promotor del desarrollo, a partir de lo que sabe hacer y esto es notable, pues finalmente si lo que se produce no sirve para que todos los que participan estén mejor , entonces no progresaremos y seguiremos sólo reconociendo el buen sabor sin importar cuanto esfuerzo cuánta equidad hay detrás. Los sentidos seguirán tapando a la razón y a la ética.

Creo que el desafío es extender el mismo razonamiento a todos los productos y buscar el pan perfecto, el oro perfecto, el gas perfecto, la electricidad perfecta, el transporte perfecto, etc. Esto cambiaría drásticamente la ideología del desarrollo, hoy reducida a una competitividad a veces desenfrenada, donde lo importante es producir para ganar mercados sin tomar en cuenta si la mayor productividad está siendo repartida de manera equitativa y si no está afectando el medio ambiente.

Nuestro crecimiento con desigualdad creo que se explica porque nuestros productos son casi todos imperfectos. Gastón nos desafía a cambiar esta situación.

Publicado en el Suplemento D1 del Diario el Comercio, del 6 de diciembre del 2010 Leer más »

19/05/10: DENSIDAD DEL ESTADO PARA EL DESARROLLO HUMANO

LA DENSIDAD DEL ESTADO PARA EL DESARROLLO HUMANO
Efraín Gonzales de Olarte


¿Cuánto hace el estado para promover o facilitar el desarrollo humano? es el tema sobre el cual trata el último Informe del Desarrollo Humano en el Perú, publicado por el PNUD recientemente. Lo más novedoso es el enfoque conceptual sobre desarrollo y sobre el papel del Estado, además de proponer, por primera vez a nivel internacional, un Índice de la Densidad del Estado como indicador de su eficacia para promover el desarrollo humano.

El índice de desarrollo humano (IDH) de la provincia de Lima (0.684) es el más alto del Perú, mientras que la provincia de Paucartambo (Cusco) es el más bajo (0.481). La diferencia entre ambas provincias es similar a la que existe entre un país europeo promedio y un país africano, es decir brechas de 40 a 50 años de desarrollo humano. La desigualdad de las oportunidades que tienen las personas para desarrollarse en su propia provincia es uno de los problemas que no hemos logrado resolver hasta ahora en el Perú.
Frente a tamañas desigualdades es el rol del Estado paliar, sino resolver, las desigualdades de oportunidades. Sin embargo, en el caso peruano se observa que el Estado tampoco ha logrado igualar acceso a servicios aún los más básicos. Así el índice de densidad del estado (IDE) estimado por el PNUD, muestra que la provincia de Arequipa tiene un IDE de 0.916, mientras que la provincia de Condorcanqui (Amazonas) tiene apenas un IDE de 0.304, es decir la presencia y eficacia del Estado peruano tiene desigualdades parecidas a las existentes entre estados europeos medios y estados africanos muy débiles.
Esta diferencia es tanto más grave si tomamos en cuenta que en la estimación del IDE, sólo se consideró 5 indicadores básicos para el desarrollo humano: el derecho a la identidad (DNI), el logro de un buen desempeño educativo, el acceso a un servicio de salud adecuado, tener agua y desagüe dentro de la casa y conexión eléctrica a domicilio.
Es obvio que el desarrollo humano concebido como el proceso de ampliación de las capacidades y oportunidades para que las personas progresen en libertad, que es el enfoque del informe, requiere de un Estado con mayor presencia territorial y con mayor calidad para ofrecer los servicios básicos que las personas tienen derecho.
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16/12/09: El desarrollo humano en el Perú y la pobreza

Los datos oficiales señalan que la pobreza en el Perú ha retrocedido, hoy está por debajo del 40%, cuando hace diez años estaba por encima del 50%. Es obvio que hay menos pobres según el INEI, sin embargo el desarrollo humano no ha mejorado proporcionalmente a esta disminución. Es obvio que esto se debe a que los factores de disminución de la pobreza no son los mismos que afectan al desarrollo humano.

La linea de la pobreza está definida por el valor de la canasta mínima que permite vivir a una familia, que está aproximadamente en 1,300 soles. Si las cifras oficiales son ciertas, habrá que convenir que en promedio los ingresos familiares han tenido aumentos y que un 10 % de familias ha dejado de ser pobre en estos términos. Pero este avance sólo habría afectado una parte de los factores con los que se mide el desarrollo humano, que además de los ingreso de las personas también toma en cuenta el logro educativo y la esperanza de vida y estos factores no han variado sustantivamente durante estos años.

Esto significa que la evolución económica y la orientación de las políticas públicas no han logrado mejorar la vida de las personas, tal como ellas quisieran de acuerdo a sus aspiraciones. Esto se debe a tres factores: 1. Que la política económica es básicamente orientada a lograr los equilibrios macroeconómicos, en un país muy desigual, los equilbrios macroeconómicos no sirven para reducir la desicualdad, sobre todo porque la estructura de los agregados macroeconómicos no tienen mecanismos capaces de reducir endógenamente las desigualdades, por ejemplo haciendo que el gini antes de impuestos se vaya reduciendo en el tiempo. Por ello, estas políticas macro no pueden hacer otra cosa que mantener las desigualdades, pese a que el gasto público es redistributivo, pero si el Estado peruano reduce su gasto, las desigualdades vuelven tal y cual. 2. Que las políticas sociales no son suficientemente eficaces y eficientes para focalizar las políticas de salud y educación de una manera efectiva, además su calidad promedio no ha mejorado a la velocidad con que se incrementado los ingresos personales. 3. No hay una política de empleo concordada con la política de inversiones. 3. Tampoco una política o una práctica de conectar el crecimiento de los sueldos y salarios con el incremento de la productividad. Es obvio que si el Perú ha crecido a tasas altas, parte de este crecimiento se debe a la productividad, entonces porque las ganancias han aumentado tanto y los salarios tan poco.

Es tiempo de pensar que las políticas públicas deben poner por delante la mejora de la calidad de las personas, de sus oportunidades y del uso de sus capacidades humanas. Para ello, se requiere de una macroeconomía que resuelva dos problemas, que incremente el empleo decente y que reduzca la desigualdad antes de impuestos.

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11/06/09: El problema de Bagua y el desarrollo humano

Efraín Gonzales de Olarte

La igualdad de oportunidades es una de las metas del desarrollo humano. En el Perú existe, desde hace mucho tiempo, desigualdades socio-económicas, siendo las más conocidas la desigualdad de ingresos y de riqueza, sobre las cuales hay estudios e indicadores cuantitativos, pero no existen indicadores sobre la desigualdad de oportunidades. En realidad el enfoque convencional dice que si las personas tienen riquezas sus oportunidades de desarrollo son altas, en consecuencia la oportunidad se define por lo que tiene cada persona y no por lo que le ofrece la sociedad. El gobierno tiene la idea que el desarrollo se debe basar sobre lo que tienen o pueden tener las personas, por ello insiste en el tema del perro del hortelano, que impide a otro lo que no puede tener o utilizar una persona. En el fondo, el problema de Bagua proviene de la incapacidad de la sociedad y del Estado de generar oportunidades iguales para todos y lleva al extremo la posibilidad de quitar los “teneres” de los recursos naturales para darselos a quienes podrían explotarlos, en lugar de promover que los pobladores nativos puedan utilizar estas riquezas en su favor, de acuerdo a su buen saber y entender. Creo que nadie estaría en contra de que los recursos del bosque amazónico sean explotados racionalmente por otros, si los nativos tuvieran acceso a oportunidades de trabajo bien pagado, a servicios básicos adecuados o una educación de calidad o asociarse con empresas privadas, el problema es que el Estado no les ofrece mucho. El asunto es que mientras no hayan posibilidades creibles de desarrollo, la sensación de atropello es muy grande, peor aún cuando se hace en nombre de las grandes mayorías del Perú. Pero la verdadera democracia es aquella que también se ocupa de las minorias.

Es muy probable que haya intereses en juego, de los nativos, del gobierno, de empresas, de los burocrátas y que la salida de esta situación conflictiva debe y tiene que ser negociada. El tema es que la negociación depende de la capacidad y poder de cada sector para imponer o proponer a los otros sus intereses, es aquí donde el Estado se debe convertir en un árbitro justo y no uno parcializado. Frente a este desnivel, los menos favorecidos se “empoderan” a través de acciones de fuerza, en la que incluso ponen en juego su salud y su vida, y se enfrentan curiosamente al Estado quien debería ser no sólo árbitro sino un equilibrador de oportunidades. El gobierno, creo que se debe corregir y cambiar su rol, si desean resolver la crisis inmediata, pero sobre todo si desean evitar conflictos futuros debe promover desarrollo para generar las oportunidades que hoy no existen o son muy escasas en la selva, en la ceja de selva y en la sierra rural.

Existen varios estudios que señalan que el sólo crecimiento económico e inversión no genera mayor equidad, por ello nada garantiza que concesiones e inversiones en la selva genere mayores oportunidades para sus habitantes, si ellos no participan directa o indirectemente en su propio desarrollo.

Lima, 12 de junio 2009

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08/06/09: ¿Crecimiento con felicidad o con libertad?

CRECIMIENTO CON FELICIDAD O CRECIMIENTO CON LIBERTAD

Efraín Gonzales de Olarte

“¿El crecimiento económico debería generar felicidad o libertad? Esta es la disyuntiva entre dos enfoques distintos del desarrollo. El desarrollo como libertad es mucho más efectivo para que la gente mejore en su bienestar”.

En reciente publicación del BID se señala que en América Latina se ha dado la “paradoja del crecimiento infeliz”. Es decir, que pese a que la gente habría mejorado materialmente, por ejemplo en ingresos o servicios públicos, sienten que su bienestar no ha mejorado y se quejan. Creo que esto se debe a que varios organismos, empresas y personas piensan que el desarrollo y la redistribución de los frutos del crecimiento se debe basar en una filosofía que responde a las preguntas siguientes: ¿qué podemos hacer por los pobres para que estén mejor? o ¿qué podemos hacer por terceros para que se sientan mejor?

En mi opinión, sería mejor enfocar el desarrollo y el crecimiento sobre una filosofía diferente basada en preguntas como: ¿qué pueden hacer los pobres por ellos mismos? o ¿que puede hacer cada persona para estar mejor por si misma? Si planteamos las cosas de esta manera, entonces en lugar de interrogarnos si las personas son felices con el crecimiento, nos deberíamos preguntar si el crecimiento económico las hace libres o los servicios que les presta el Estado aumentan sus grados de libertad para vivir. Por ejemplo, si pudiera escoger el lugar donde le gustaría trabajar, si pudiera comprar lo que sus aspiraciones le dicten, si pudiera ir al colegio o escuela de su preferencia o simplemente pudiera divertirse de acuerdo a sus preferencias musicales, entonces el bienestar sería apreciado.

El desarrollo como libertad significaría que el crecimiento debería favorecer a todos dándoles oportunidades por igual, por ejemplo: todos deberían tener el mismo acceso a salud y educación, cosa que no siempre ocurre en el Perú. Pero aún más, las personas deberían poder gozar de una libertad positiva, para hacer o emprender cosas nuevas, proyectos distintos basados en sus propias aspiraciones, es decir ser más dueños de su vida. Si así fuera, probablemente la gente tendría una apreciación diferente de su vida y de su futuro, pues su bienestar mejoraría en función de mayores oportunidades creadas por si mismos y no porque el estado le da un apoyo como una dádiva. Así, la apreciación del bienestar propio no estaría basada en cuestiones subjetivas y utilitarias, sino en argumentos objetivos y, sobre todo, en logros basados en la iniciativa propia (no la de los demás o del que hace la política social).

05.06.09

Publicado en el Suplemento D-1 del diario El Comercio, 8 de junio 2009 Leer más »

02/03/09: CAPACIDADES HUMANAS DESPERDICIADAS EN LAS REGIONES

CAPACIDADES HUMANAS DESPERDICIADAS EN LAS REGIONES*
Efraín Gonzales de Olarte

Si se utilizaran las capacidades de los catedráticos de universidades de provincias para el desarrollo de las regiones del Perú es muy probable que la pobreza y la desigualdad se reducirían rápidamente.

Hace algunos años, en el Directorio de una empresa estatal de distribución eléctrica, fuera de Lima, quisimos saber cuál era la demanda futura de energía de la región y, al mismo tiempo, cuáles eran las potencialidades de la región para generar más energía hidroeléctrica. Estábamos preocupados por el desarrollo de largo plazo de la región y sabíamos que sin más fuentes de energía no hay futuro para el desarrollo.

La discusión en el Directorio fue si contratábamos a una consultora limeña de prestigio o pedíamos al Departamento de Ingeniería Eléctrica y al Departamento de Economía de la Universidad local que realizaran dos estudios: uno sobre la futura demanda regional de electricidad y el otro sobre las potencialidades para incrementar la oferta de generación eléctrica en la región. Apostamos por la Universidad local, sabiendo que nos corríamos un riesgo, pues nadie conocía los estándares profesionales de los profesores de los mencionados departamentos. Quisimos aproximar la empresa con la universidad, para fines de desarrollo regional.

Grande fue nuestra sorpresa al recibir sendos estudios de una calidad muy competitiva y, sobre todo, de gran utilidad para programar inversiones futuras, para diseñar el plan de distribución, etc. ¿Quiénes fueron los autores? Profesores jóvenes con estudios de post grado fuera de la región, pero sobre todo con ansias de involucrarse en el desarrollo de su región, que estaban esperando que alguna empresa, estatal o privada, les pidiera estudios, investigaciones aplicadas. Además el costo era la quinta parte de lo que cobran las consultoras limeñas.

Este ejemplo es sólo una muestra de las grandes potencialidades de capacidades humanas que sí existen en las regiones, pero que no están siendo utilizadas. Esto es un verdadero desperdicio, pues contrariamente a lo que se cree, hay factor humano en las universidades de provincias que investigan, que está esperando ser convocado para poner sus conocimientos al servicio del desarrollo. Estoy persuadido que actualmente los recursos humanos son más importante que los recursos naturales existentes en las regiones, pues son creativos, no se agotan y mejoran en el tiempo.

Gobiernos locales, regionales, central y empresas privadas trabajen más con nuestras Universidades provincianas, sobre todo con las que hacen investigación.

26.02.09

* Publicado en el Suplemento Dia 1, El Comercio 2.03.09
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30/01/09: DIPLOMA DE DESARROLLO HUMANO – PUCP

El desarrollo humano, o desarrollo pleno de las personas, debería ser el fin de toda organización social, económica y política. Pero, ¿qué significa desarrollo pleno de una persona? Esta es la pregunta que se han hecho varias disciplinas, desde la medicina, la filosofía y psicología hasta la economía y la sociología, pasando por la ciencia política y la antropología. Como consecuencia tenemos múltiples definiciones de desarrollo humano congruentes con cada una de las disciplinas mencionadas.

Es obvio que el desarrollo de las personas tiene múltiples facetas encarnadas en un sólo hombre o mujer y el desafío consiste en tener una definición y aproximación que tome en cuenta las variadas dimensiones del desarrollo de las personas. Amartya Sen, economista indio y Premio Nobel de Economía de 1998, fue quien ha dado una definición multidimensional del desarrollo humano, como el proceso de expansión de las capacidades y derechos de las personas, dentro de un marco de igualdad de oportunidades, en el cual todas las personas pueden progresar en libertad. Las capacidades de la personas, entendidas como el conjunto de atributos innatos y adquiridos que permiten vivir e interactuar socialmente, por ejemplo el poder ver, escuchar, hablar o leer y escribir, permiten que ellas puedan hacer muchas cosas y puedan ser reconocidas. Esta visión está centrada en lo que pueden ser y hacer las personas, antes de lo que puedan tener (casas, máquinas, tierras, etc.). Es decir, las capacidades y las realizaciones personales (trabajar, estudiar, hacer música, participar en un sindicato o partido político, etc,) son los ejes de este enfoque, que se completa con las posibilidades y actitudes que tienen para abogar o luchar por sus derechos, es decir por su capacidad de ser agente de su propio desarrollo.

Esto quiere decir que, cuando se plantean programas o políticas de desarrollo, éstas deben tener como objetivo final el que las personas puedan mejorar sus capacidades, desempeñarse libremente y participar activamente para tener un sitio en la sociedad. Estos objetivos se logran a través de fines intermedios como: tener un empleo, conseguir un ingreso decente para reducir su pobreza, tener acceso a servicios de eduación y salud, gozar de un medio ambiente saludable, participar en sus comunidades o gobiernos para hacer escuchar su voz, esto son obviamente objetivos intermedios, que en otros enfoques de desarrollo -como el del Banco Mundial- constituyen objetivos finales. Por ello, la filosofia de este enfoque se basa en: ¿que pueden hacer las personas por ellas? antes de ¿qué podemos hacer por ellas?

Se trata pues de un énfoque novedoso, con un acento normativo, con una idea de libertad más amplia, que requiere ser difundido y trabajado en sus componentes operativos y prácticos. Por ello, desde inicios de los años 90 del siglo pasado se comenzó a establecer este nuevo paradigma, sobre la base de los informes de desarrollo humano de las Naciones Unidas, de la conformación de una comunidad académica aglutinada en la Human Development Capability Association, que organiza anualmenet una Conferencia Internacional en la que se presentan y debaten avances de investigación teórica, empírica, politica, cultural, sociológica, antropólogica, medio ambiental, de medio ambiente, todas centradas en el enfoque descrito. Precisamente, este año en el mes de setiembre se llevará a cabo en la Pontificia Universidad Católica del Perú la V Conferencia Internacional de Desarrollo Humano

http://www.capabilityapproach.com/Conference.php?grpcode=conference0&groupid=conference&sid=28dfc4703b5420283f0d218c794c8c31

Desde hace dos años un grupo de profesores principales de la Pontificia Universidad Católica del Perú ha ido preparando una espacio de reflexión e investigación sobre el Desarrollo Humano en la perspectiva de las Capacidades y Derechos, con un carácter multidisciplinario, en el cual participan: filósofos, antropólogos, historiadores, economistas, sociólogos, teólogos, abogados, ingenieros, psicólogos, por el momento. Uno de los resultados de este grupo de reflexión ha sido la creación del DIPLOMA DE DESARROLLO HUMANO, que se comenzará a impartir desde marzo del 2009 (http://www.pucp.edu.pe/content/pagina9.php?pID=1255&pIDSeccionWeb=26&pIDReferencial=).

Este diploma es el inicio de una actividad de enseñanza, investigación y difusión del desarrollo humano que pretende establecer un punto de referencia de este enfoque en el Perú y que concuerda con la orientación humanista y católica de la Universidad. Sus principales características son: la multidisciplinariedad como medio para entender un fenómeno humano de múltiples facetas, la apertura teórica, filosófica e ideológica, la preocupación central por aquellas personas que no tienen oportunidades, que están excluidos por sus capacidades mínimas, es decir por los pobres. El diploma es el primer paso para difundir este enfoque y están invitados todos aquellos que quieren progresar con tolerancia, comprensión, inteligencia y libertad.

Efraín Gonzales de Olarte
Lima, enero 2009.

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