‘No es malo que brille el Nuevo Sol’
IPE Instituto Peruano de Economía Comentario Diario
www.ipe.org.pe
10 de agosto de 2010
El BCR considera que divisa se recuperaría por compras de inversionistas para rescatar ganancias. Scotiabank señala que apreciación del sol responde a fortaleza de la economía peruana. Nuevamente intervino para impedir que el dólar cierre por debajo de los S/.2.80, al comprar US$217 millones. (Perú 21, 10/08/2010)
Decidimos escribir este comentario, que esperamos sea didáctico, dada la confusión de algunos de los que opinan sobre el tipo de cambio. Para empezar, ignoran lo que ocurre con el dólar estadounidense en el mundo. Simplemente lo aíslan de su análisis, como si no estuvieran opinando sobre el tipo de cambio entre el Nuevo Sol y el billete verde. El Nuevo Sol se está apreciando, en parte, porque el dólar está débil, lo que a su vez se debe a que la economía estadounidense está pasando por un momento difícil.
La importante diferencia entre los determinantes del tipo de cambio de corto y largo plazo también confunde a algunos. En el corto plazo, choques en los precios de los commodities que nuestro país exporta e importa, por ejemplo, alejarán al tipo de cambio de su tendencia de mediano y largo plazo. La práctica de cubrir los balances de exportadores e importadores primarios, privados o públicos, no está muy difundida. Por ello, una apuesta especulativa de un trader en Hong Kong, por ejemplo, afectaría el tipo de cambio en el corto plazo, si el BCR no interviniera. El diferencial de tasas de interés también explica la apreciación del Nuevo Sol: mientras el BCR está subiendo su tasa de referencia y se espera que lo siga haciendo, la Reserva Federal no lo ha hecho y los futuros de tasas no anticipan que lo haga hasta inicios del próximo año. Así, algunos capitales golondrinos vendrían a anidar aquí, si el BCR no estuviera modificando su política de encaje. En el largo plazo, las diferencias entre la productividad de nuestro país y otros del mundo determinará la dirección del tipo de cambio real -que considera la evolución del Nuevo Sol y las monedas de los principales socios comerciales del Perú, así como la evolución de la inflación de todos estos países-. Este es el tipo de cambio relevante, por ejemplo, para los exportadores no tradicionales.
El principal objetivo del BCR es que la inflación sea moderada. Pese al discurso, sin embargo, no es su único objetivo. Evidentemente, también interviene en el mercado cambiario y adopta algunas medidas consistentes con sus objetivos de política cambiaria.
La fórmula que utiliza en su lenguaje oficial, “moderar la volatilidad del tipo de cambio”, es un eufemismo: la volatilidad del Nuevo Sol es la más baja entre los principales países de América Latina y una de las más bajas entre las economías emergentes, algunas de las cuales -especialmente en Asia- anclan sus monedas al yuan, que está manipulado a la usanza del antiguo mercantilismo. Al “moderar” así la volatilidad del Nuevo Sol, paradójicamente, el BCR aumenta el apetito por dólares de los ahorristas más conservadores, buena parte de los que siguen parqueando sus fondos en el sistema bancario. La satanización de los especuladores que traen capitales golondrinos tampoco tiene sentido dada la pequeñez relativa de estos y los capitales de largo plazo: una de las razones por las que brilla el Nuevo Sol es porque viene inversión extranjera y préstamos de largo plazo, que mucho más que compensan la brecha externa. Otro daño colateral de la guerra contra los especulatos financieros es que se reduce la liquidez en el mercado de capitales, lo que agrava el exceso de demanda concentrada.
Uno de los errores más serios que leímos en estas últimas semanas es que había que endeudarse en dólares, ya que el Nuevo Sol seguiría brillando. ¡No, no y no! Especialmente las personas, típicamente conservadoras y poco sofisticadas financieramente, deben endeudarse en la moneda en que reciben sus ingresos. Así evitan choques financieros por la volatilidad del Nuevo Sol, se protegen ante una crisis como las que ocurren cada año o dos en el mundo o sustos electorales como los que ocurren cada cuatro y cinco años en el Perú. Si tienen un perfil más agresivo (y no les molesta que sus activos y pasivos no estén calzados), les sugerimos que apuesten por el Nuevo Sol. El status quo en las políticas públicas, si bien no alcanza para el desarrollo, es suficiente para que siga brillando el Nuevo Sol.