Adrián Fernández | 2013-06-11, 11:39
Zimmerman asegura que actuó en defensa propia.
Esta semana comenzó en Estados Unidos la selección del jurado en uno de los casos judiciales más controversiales de los últimos años; el homicidio del adolescente Trayvon Martin.
Martin, de 17 años, murió de un disparo en el pecho en un confuso incidente el año pasado en Sanford, una localidad del centro del estado de Florida. El acusado, George Zimmerman se declaró inocente y afirma que actuó en defensa propia.
El juicio pondrá en evidencia los alcances de una polémica ley vigente en Florida conocida como “Stand your ground” que autoriza el uso de fuerza letal cuando se percibe una amenaza de muerte o de serio daño corporal.
Esta ley, vigente en más de 30 estados, tiene sus defensores y detractores como era de esperar, pero no es el único ingrediente que está causando controversia aún antes de que comience el juicio. El otro es el componente racial.
La muerte de Martin, de raza negra, generó protestas contra la discriminación racial y contra la policía que no presentó cargos contra Zimmerman de forma inmediata. Los padres de Martin dicen que a su hijo lo mataron sólo por ser negro.
Lo que me sorprende es cómo los medios de información de Estados Unidos se esfuerzan por identificar el origen racial del acusado.
Se ha dicho muchas veces que la prensa es el reflejo de la sociedad a la que pertenece y la sociedad estadounidense ha estado obsesionada con las razas desde hace varios siglos.
Por eso quizás los medios estadounidenses describen a Zimmerman, hijo de madre peruana, de distintas formas.
El Miami Herald lo llama “mitad blanco, mitad hispano”, para el Orlando Sentinel es “hispano de tez clara”, el New York Times lo describe como “hispano blanco” o simplemente “hispano”, la agencia de noticias AP dice que “se identifica a si mismo como hispano” mientras que para Wikipedia de acuerdo a su carnet de votante es “hispano” aunque aclara que su padre dijo que son “una familia multirracial”.
Algunos amigos latinos con quienes he hablado del caso en los últimos días creen que se trata de un circo mediático que intenta poner en la pista central al peor estereotipo de dos minorías mientras el público anglo mira ajeno desde afuera.
Puede que ésta sea también una visión simplista y reduccionista del caso pero yo me pregunto: ¿aporta algo cuán oscuros o cuán claros sean la víctima y el acusado? ¿O deberíamos tratarlo como un caso de homicidio y basta?
Quizás algo difícil en un país que vive obsesionado con las razas.
Fuente: BBC Mundo