Alejandra Martins
BBC Mundo
“Este 20 de marzo de 2013 me comprometo a intentar crear más felicidad en mí y en el mundo que me rodea”.
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En más de 130 países, más de 20.000 personas ya han firmado en internet en las primeras horas del día esa declaración, parte de los eventos a nivel global con que se celebra este miércoles el primer Día Internacional de la Felicidad.
La fecha fue escogida por Naciones Unidas, que celebró el año pasado una cumbre sobre el tema y adoptó recientemente una resolución llamando a dar más prioridad en planes políticos y económicos a la felicidad y el bienestar.
“¿Un llamado de la gigantesca y burocrática ONU? ¿Firmar una declaración? ¿No es la felicidad un tema individual y el producto de un laaaaaaaargo proceso de trabajo personal?”, dirán muchos escépticos.
Jóvenes en Londres muestran mensajes positivos al público en el primer Día de la Felicidad.
Pero lo cierto es que la conmemoración ha logrado algo sin precedentes. “Felicidad”, a secas, sin condiciones ni subjuntivos, es uno de los tópicos que domina las tendencias en las redes sociales.
“Felicidad significa calidad de vida tal como cada uno la experimente. Si más personas en el mundo viven en una forma que contribuye a la felicidad de otros, tendremos un mundo con mayor cohesión”, asegura Richard Layard, economista y profesor emérito del London School of Economics.
Layard es uno de los fundadores de Action for Happiness, o Acción para la Felicidad, el movimiento global que promueve la firma de compromisos en la red e insta a gobiernos e instituciones a tomar la felicidad en serio y comprender que no hay progreso sin bienestar.
El grupo, que cuenta entre sus seguidores al Dalai Lama, incluye en su sitio en la red medio centenar de sugerencias concretas que pueden tomarse a nivel individual en el día a día.
Layard dijo a BBC Mundo que aunque varíen los métodos, el mensaje es universal, y habló de cambiar tanto lo interior como lo que nos rodea. En su caso personal, cita como ejemplo “mi campaña para que el Servicio Nacional de Salud en el Reino Unido ofrezca más ayuda psicológica”.
Pasos transformadores
De la larga lista de acciones sugeridas, decidimos destacar diez que se repiten una y otra vez en los sitios vinculados al Día del Felicidad.
–Vivir más en el presente, cultivando mindfulness o conciencia plena, no siendo rehenes de lamentaciones pasadas o ansiedades futuras, sino conscientes del momento presente. ¿Qué veo? ¿Qué me rodea?
–Ver lo bueno en otras personas. El criticismo constante puede ser destructivo y enfocarse en lo bueno es una clave en las relaciones, según el psicólogo John Gottman.
–Agradecer por tres cosas buenas cada día, aunque a veces parezca un ejercicio difícil. La gratitud es poderosa y las personas más agradecidas son más saludables, según Acción para la Felicidad, que habla de valorar o “ver con el corazón” a las personas en nuestra vida.
Para el economista Richard Layard, promover la felicidad debe ser prioridad de los gobiernos.
–Contribuir como voluntario. Ayudar es bueno para la salud, de acuerdo al sitio, que también habla de pequeños gestos positivos o compasivos con uno mismo y los demás: una sonrisa, una palabra de aprecio.
–Hacer algo nuevo, fuera de lo usual, expande la creatividad.
–Aprender a meditar. Son muchos los estudios que vinculan la meditación con un estado alerta, mayor calma y mejor salud.
–Tener más contacto con la Naturaleza
–Saber qué nos motiva, qué nos hace feliz. Pase lo que pase, nadie puede quitarnos el poder de elegir cómo reaccionamos, según la pianista de 109 años Alice Herz Sommer.
–Crear un clima de mayor autonomía en el trabajo, ya que esto mejora la motivación e incentiva la creatividad.
–Pedir ayuda, si no se logra escapar de patrones destructivos.
Andar en bicicleta
Desde Bután, que lleva una medida nacional de bienestar, hasta el índice para una vida mejor de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, son muchos los gobiernos e instituciones que parecen haber despertado a algo que pocos dudaban a nivel de la calle: el Producto Bruto Interno y el crecimiento económico no bastan para medir el bienestar en una sociedad.
Para Layard, numerosos estudios en los últimos 30 años indican por qué crear las condiciones para una vida satisfactoria es una decisión inteligente para los gobiernos desde el punto de vista económico.
A efectos de crear más felicidad a nivel de la sociedad, Layard recomienda a los gobiernos varias acciones, desde dar prioridad a la salud mental (la depresión y la ansiedad están detrás del 40% de las licencias por enfermedad en el mundo industrializado), hasta menor disparidad salarial y escuelas que enseñen a los niños a tener más resiliencia emocional y contribuir más al bien común.
Para el maestro budista Thich Nhat Hanh, cultivar la felicidad es como andar en bicicleta.
Acción para la Felicidad asegura que el movimiento no pretende dar fórmulas que nada tienen que ver, por ejemplo, con la realidad de la pobreza en muchos países en desarrollo. Pero señala que tomar medidas hacia una sociedad con mayor felicidad es una responsabilidad de gobiernos no sólo en países industrializados, sino en economías emergentes.
“Sea en América Latina, en Los Angeles o en Londres, lo más probable es que las personas quieran felicidad para ellas mismas y quienes las rodean. Invitamos a cualquier persona en el mundo a ayudar a crear felicidad en la vida de otros y ver la enorme diferencia que esto genera para todos. Aún hay mucho por hacer para asegurar que la felicidad y el bienestar sean consideradas como una necesidad y no un lujo”, dijo a BBC Mundo un vocero de Acción para la Felicidad.
A nivel individual, lo más importante parece ser recordar que la felicidad puede aprenderse.
Como señala el maestro budista Thich Nhat Hanh, la felicidad se cultiva y se asemeja a andar en bicicleta.
Si nos caemos, la clave está en las pequeñas acciones y día tras día, volver a pedalear.
Fuente: BBC