Lady Tabares, la conocida actriz de la película ‘La vendedora de rosas’, cuenta a Radio Nederland sus nuevas vicisitudes, esta vez desde la cárcel El Pedregal, en San Cristóbal, Medellín, donde está recluida.
Lady denuncia los maltratos sicológicos por parte de los carceleros y la violación de algunos de sus derechos como reclusa. A la vez, habla de los 11 meses que estuvo en la cárcel de Valledupar, a 800 kilómetros de su Medellín natal, lejos de sus hijos, sus otros familiares y amigos. Antes había pasado los primeros años de su condena en antiguo el centro penitenciario ‘El Buen Pastor’, en la capital de Antioquia.
Antecedentes
La vida de Lady tuvo altibajos en los últimos años. Tras el éxito en la pantalla grande y aprovechando la fama, trató en vano de recomponer su vida trabajando en una corporación para ayudar a niños de la calle y a jóvenes prostitutas, pero los apoyos prometidos quedaron solo en promesas. Volvió entonces a vender rosas.
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Es en la calle, su lugar natural, donde Tabares y su compañero sentimental, Edison Castañeda, de pronto de se ven involucrados en la muerte del taxista Óscar Galvis, ocurrida el 16 de agosto de 2002 en el municipio de Bello, Medellín, en un intento de robo.
Lady cumple una condena de 26 años de prisión, acusada de ser la coautora de ese homicidio, cuya participación ella no reconoce. En el juicio, que estuvo plagado de irregularidades, la joven nunca aceptó los cargos que se le imputan.
La entrevista
La transcripción que sigue es literal. Se han respetado los giros lingüísticos y los localismos antioqueños.
Juan Carlos Roque: Lady, un poco para ubicar a nuestra audiencia, comencemos hablando de lo sucedido desde la última entrevista que tuvimos hace algunos años en la cárcel el Buen Pastor, en Medellín. ¿Qué pasó después? ¿Por qué te trasladaron y a dónde? Y, ¿cómo viviste todos estos años?.
Lady Tabares: Pues muchas cosas. Yo cambié de cárcel. Estuve en la de Valledupar once meses, porque (en El Buen Pastor) hacía demasiadas denuncias, porque tuve algunos inconvenientes con la guardia, porque hubo un teniente que pagó a algunas internas para que… Y bueno… definitivamente me sacaron la paciencia.
Serios problemas de salud
Después de eso me trasladaron para la cárcel de máxima seguridad de Valledupar, en la que estuve once meses. En el transcurso del viaje me golpearon… Fue un tiempo demasiadamente difícil, me enfermé demasiado. Allá fue donde me aparecieron los quistes, el problema de hemorroides, muchos problemas. Presencié un homicidio, otras que se suicidaron.
A nivel de salud la pasé súper mal… ¡Súper mal! Rebajé como unos siete u ocho kilos. Llegué a pesar 38 kilos. Ya cuando llegué, me recibieron bien las internas. Me vieron como un… como el ángel de la ‘guardia’, la persona que pudiera divulgar todo lo que sucedía al interior de la penitenciaría. Y eso me ha traído muchas consecuencias, positivas y negativas. Una de esas fue devolverme para acá para Medellín. Y ahorita… pues… Yo estoy ahorita en la reclusión de El Pedregal, porque la (cárcel) de El Buen Pastor la entregaron a las monjas.
Maltratos sicológicos
De ahí para acá todo ha sido muy difícil. La guardia ha sido realmente muy severa conmigo. Más que todo el teniente Álvarez, que es el que está ahorita encargado, de Director… Volver acá a Medellín ha sido muy difícil porque la guardia realmente me trata bastante mal, no me dan trabajo, he estado algo enferma y no me suministran los medicamentos. Si tengo la posibilidad de poderlos entrar, el teniente Álvarez no me los deja ingresar. Ha sido bastante difícil. Es como una persecución, una vaina toda… toda maluca. Con mi familia, en los días de visita, es algo muy complicado. Les ponen muchos problemas, no me los han dejado entrar. Otro día que sí, otro que no. Entonces ellas poco pueden venir por falta pues de… de lo que ya sabe todo el mundo: el dinero… Cada vez que vienen es un problema con ellos. Entonces a los niños ya casi no les gusta venir, poco los veo.
Pero… estuve estudiando, gané el año. Más… sin embargo, en agosto me hicieron una operación de hemorroides y debido a eso me sacaron de la escuela. No les importó que hubiera ganado el año. Me tienen sin descuento, ya como cinco meses. Hace apenas como unos cuatro días me dieron la orden de trabajar… Bueno… ahí voy… Ahí como con todo ese cuento. El problema de los senos ha sido algo bastante complejo. Estoy esperando a ver si de pronto me hacen los exámenes, para saber exactamente qué es lo que tengo. Si son quistes o si no… Si son positivos, si son negativos… Aquí esperando. Realmente aguantando hartas cosas…
Altos mandos exasperados
Me ha ido muy difícil, después de regresar de Valledupar. Prácticamente no me dejan salir del patio, no me dicen el por qué, no me dicen el motivo. Tengo conducta ejemplar y aún así ha sido muy difícil. Prácticamente la guardia conmigo tiene pues… O no tanto la guardia, es más como los altos mandos, como el teniente, los cabos. Llevan como una persecución conmigo, con mi familia. No me las dejan entrar en muchas ocasiones. A nivel de salud pues ha sido muy poco lo que me han podido atender. Los medicamentos que necesito no me los dejan entrar. Ha sido más bien difícil. Más, sin embargo, no me arrepiento porque lo que deseaba era estar aquí, en Medellín, para poder estar cerca de mi mamá.
JCR: ¿Has denunciado esta situación a través de organismos de defensa de los derechos humanos, a través de organizaciones que tienen que ver con la situación de los reclusos en Colombia?
LT: Sí. Lo he denunciado con la Procuraduría, con el Cónsul de Derechos Humanos de la Regional de acá. En cierta parte sí me ayudo porque hasta hace poquito ya me dieron trabajo. Pero el resto no. No me ha servido como para nada más. Porque al hacer ese tipo de denuncias han sido… aquí internamente… la guardia, ha sido un poco más severa conmigo, con mi familia. Tengo una hermana a la cual le han puesto mucho problema para entrar, porque ella ahorita está embarazada. Tiene seis meses de gestación y la obligan a pasar por los rayos X. Bueno, cantidad de cosas. Entonces ella no ha vuelto debido a eso. Pero yo prefiero estar acá. Yo sé que Dios me da la fortaleza para soportar todo eso. Esto en algún momento va a acabar. La verdad, he tenido unas crisis bastante fuertes pero… pero Dios está conmigo y yo se que todo va a salir bien.
JCR: Lady, en cuanto a la disciplina, a las tareas que debes cumplir, ¿haces todo como te indican? ¿Respetas las órdenes? ¿No te rebelas? Es decir… Yo simplemente estoy buscando en ti que me des todos los elementos. Si en algún momento tú también has fallado dentro de la cárcel. ¿Ha pasado eso?
“No soy ninguna perita en dulce”
LT: ¡Claro! ¡Por supuesto! Por supuesto. Yo no soy ninguna perita en dulce. Y ha sucedido más con la guardia, no con las internas. Yo con todas pues me llevo bien, me tratan bien. Lo que pasa es que yo soy una persona muy sola. Pero mis encontrones o mis rebeldías son con la guardia. Porque la guardia ahora es muy agresiva; por todo lo gasean a uno. Cantidad de cosas. Entonces yo… Será por eso de pronto que las internas me apoyan, porque yo no soporto la injusticia. Yo cumplo con lo que supuestamente es el reglamento, que no conocemos. Yo cumplo con lo que debe ser: La hora del silencio, las horas de la comidas, las horas de la contada. Yo cumplo con todo lo que tiene que ser. Pero a mí las injusticias no me gustan. Y ellos son demasiadamente arbitrarios con todas, no solo conmigo, con todas. ¡Con todas! Y esas cosas yo no las tolero. Yo no te voy a decir: “Es que yo soy la más santa”, no. Yo, como ser humano, cometo errores; y de pronto, acá, los he cometido en el sentido de que a la dragoneante, o al cabo, o al teniente, o al que sea, le digo las cosas que le tengo que decir en el momento. Pero a ellos no les gusta. ¡Eso es lo que no les gusta! Entonces, cuando hago, entrevistas y publico esas cosas ellos toman represalias conmigo.
JCR: Lady, ¿el hecho de que estés ahora ofreciéndome esta entrevista para una radio internacional, estas declaraciones podrían acarrearte algún problema?
Amenazas por dar entrevistas
LT: Pues yo no creo. Porque yo creo que en este momento no saben siquiera que la estoy dando. Porque cuando estuve en Valledupar, por todas las denuncias que hice, el ministro de apellido Cossio, él me mandó un comunicado en el que prácticamente me vetaba para dar entrevistas. Y ahí intercedieron unas personas de Defensoría del Pueblo, de las Cruz Roja y de Derechos Humanos Internacionales, en las que le decían que él no tenía por qué prohibirme eso, ya que las entrevistas por teléfono para mí no eran prohibidas a menos que tuviera era que ingresar cámaras y todo eso al establecimiento. Porque él me amenazó, como quien dice, que si yo seguía dando entrevistas me iban a quitar la redención. Entonces yo creo que no. Por ahorita, mientras no se den cuenta, no. Porque ellos no me tienen por qué prohibir si yo doy entrevistas por teléfono o no.
JCR: Pero, ¿puede que cuando se escuche esta entrevista y se publique, si tomen represalias contra tu persona?
Gracias a los medios estoy otra vez cerca de los míos
LT: Sí. Probablemente sí. Pero yo te voy a ser sincera: eso a mí no me preocupa. No me preocupa porque ustedes, los medios, a mí me han ayudado mucho. Si no hubiera sido por ustedes y por tantos colombianos y personas del extranjero que me han apoyado quizás yo no estuviera acá. Yo por eso vivo muy agradecida con todo el mundo, con Colombia, con todos los que me han apoyado; porque a raíz de eso es que yo volví a estar acá, cerca de los míos, aunque no los pueda ver casi, debido a la falta de dinero.
¿Sabes qué hacen? Ellos manejan todo como a oscuras, como decimos acá. Como en el mercado negro, todo por debajo. Entonces, de pronto, si yo necesito una entrevista con mi hijo, el teniente me la niega. Si yo necesito una entrevista de urgencia, por ejemplo con mi hermano, que hace tres años no lo veo, ellos me la niegan. Mira: ayer, algo tan simple, hicieron una lista para una maratón de aeróbicos y yo me hice anotar. En este momento yo tengo la disciplina ejemplar, no tengo informes, no tengo nada de esas cosas. Pero el teniente y el cabo mandaron a decir que Lady Tabares no sale. Les mandé a preguntar: “Por favor, que vinieran, que nos dieran la cara, que dijeran por qué”. Y no, que simplemente ellos no tenían por qué venir a darme explicaciones a mí, que no salía, y que no salía… y que esa era la orden… O sea, son esas cosas…
Castigos arbitrarios
Es como eso… No me castigan… Sin motivo y con motivo… O sea, yo acá no necesito manejarme bien o manejarme mal para estar castigada. Duré cinco meses en Patio 10, que es el patio de castigo. ¿Y sabes por qué salí de Patio 3 a Patio 10? Porque estaba llorando en las horas de silencio. Yo soy sico-depresiva crónica. Y me dan unas depresiones muy fuertes. Me cogió… me cogió… Yo estaba mal, yo no podía ni hablar del llanto. Y la dragoneante simplemente llamó al cabo Pérez y me sacaron para la UTE, que me fuera a llorar a la UTE, que son los calabozos. Allá me dejaron cinco meses, simplemente por ese motivo. Entonces, ¿te das cuenta? Es a lo que yo me refiero. Yo no tengo que manejarme bien o mal, yo soy la misma siempre. Como te digo, tengo conducta ejemplar. Pero igual, así, yo recibo sanciones, la guardia es muy despectiva conmigo, son bastante agresivos, me niegan la oportunidad de salir; sea a una actividad, sea de deportes, sea una fiesta que nos celebren del Día de la Mujer, o del Día de la Madre. No, no me permiten salir.
JCR: ¿Estás sancionada? ¿Te siguen sancionando?
LT: Sí. Me siguen sancionando. Y ellos no me dan cara. He mandado derechos de petición, he puesto tutelas y no me las contestan.
JCR: Hablabas de que estás depresiva… ¿Recibes asistencia médica sobre esta situación?
LT: No. No recibo asistencia médica de ellos.
JCR:¿Y de los otros males? Hablabas de problemas en el seno ¿Te han podido ver especialistas?
LT: Cuando llegué de Valledupar, sí. Me vieron, me dijeron que tenía unos quistes, que necesitaba una vitamina E y un Omega y no sé qué. El INPEC me dijo que ellos no me podían dar eso. Yo me lo trajeron de la calle y fue un problema porque no me lo dejaron ingresar. Luego tuve que escribir a Derechos Humanos y por medio de ellos me dejaron ingresar los medicamentos, pero las fórmulas no me las entregaron. Entonces cada vez que hacen una requisa me quitan los medicamentos. Me toca hacer cantidad de cosas para que, por favor, me los devuelvan. Hace ya un año, cuando nos trasladaron para acá ellos me robaron… Prácticamente se robaron todo el equipaje que yo traía. Ellos se lo robaron. Los medicamentos, ropa, zapatos, todas esas cosas. Lo único que me dicen es que no aparece, que no aparece. Y son medicamentos que me los mandó alguien de Estados Unidos, que yo acá no los puedo conseguir y que efectivamente tampoco tengo el dinero para comprarlos. Pero ellos se quedaron con ellos, se perdieron. Entonces, ahí estoy.
Figura pública
JCR: Lady, tú sigues siendo una figura pública. Muchas personas en el mundo están pendientes de tu situación. Incluso en muchas páginas de internet, en blogs, en sitios de medios de comunicación, hay espacios dedicados a ti. ¿Qué mensaje envías tú desde El Pedregal, ahí en Medellín, a esas personas que siguen pendientes de tu situación?
LT: Sólo decirles… Primero a Dios, que muchas gracias… Y decirles que Dios los bendiga, que yo sé que si algo me ha mantenido parada aquí es el apoyo que he recibido tanto de mi gente colombiana como de los de por fuera. Gracias por creer en mí, por apoyarme, por seguir ahí. Eso es lo que me hace seguir adelante, lo que me hace aguantar, lo que me hace resistir todo esto y el tiempo que me falta. Dios los bendiga. Mi Dios les pague por todo. No sé… ¡Ya! ¡Que Dios los bendiga!
JCR: Muchos de ellos se preguntan, qué tiempo te falta. Si se puede esperar una reducción de la condena, con el paso de los años. ¿En cuánto calculas el tiempo restante?
Posible reducción de condena
LT: En unos cinco años y medio, supongo. Se dice que están esperando que en el Senado, allá en el gobierno, firmen unas supuestas rebajas que nos van a dar a los que estamos detenidos. Yo pedí el 10% y me lo negaron. Sigo como pegándome de Dios para que, por favor, nos den esas rebajas. Si nos dieran esas rebajas yo creo que yo quedaría penando apenas por unos dos años… tres años, yo creo.
JCR: ¿Y ha pensado Lady Tabares qué va a hacer cuando ya esté junto a sus hijos, cuando esté de nuevo en la calle? ¿Cómo vas a rehacer tu vida?
LT: He pensado tantas cosas. Yo en realidad anhelo terminar mis estudios, porque quiero seguir estudiando cine, teatro, todo esto. Y quisiera poder estudiar medicina forense, poder conseguir dinero para fabricar la casa en el lote que compré con la plata de La vendedora de rosas. Quiero estar con mis hijos, quiero cuidar a mi mamá. No quiero que mi mamá pase más necesidades; porque lo que hace que estoy acá la situación económica para ella ha sido bastante difícil. Me toca hacer muchísimas cosas para poderle pagar los servicios, el colegio de los niños y todo eso. Entonces sólo visualizo eso: poder terminar de estudiar y construir en el lote que tengo y cuidar de mis hijos. Poderlos ver crecer, acompañarlos, estar con ellos, trabajar. No sé… ¡Tantas cosas!
Cómo ayudar a Lady
JCR: Muchas de esas personas que se interesan por ti preguntan: ¿Y cómo podemos ayudar a Lady? ¿Sabes Lady cómo ellos pueden ayudarte?
LT: En este momento, realmente lo que más anhelo es poder construir la casa en el lote que compré con la plata de La vendedora de rosas. Pienso que ahorita, ahorita… lo más primordial sería eso y los medicamentos de mi mamá. En ese sentido me podrían ayudar.
JCR: Por interno podrías después pasarme la dirección de tu mamá porque muchas de esas personas, de esos lectores, de esos oyentes, se interesan por tener la dirección o un teléfono de contacto para, en la medida de las posibilidades, apoyarles. Te agradezco mucho que hayas atendido a este llamado mío, desde Radio Nederland, desde el programa Voces que siempre ha estado contigo; no solo en esta última etapa, Lady, sino desde que presentaste aquella vez la película, allá en San Sebastián. ¿Lo recuerdas, verdad?
LT: Sí, por supuesto… ¡Cómo olvidarme!
JCR: Bueno, Lady. Con esto me despido. Con un abrazo desde Holanda y exhortándote a que continúes con esa conducta ejemplar para que muy pronto puedas estar junto a los tuyos. Recuerda los consejos y que queremos lo mejor para ti.
LT: Dios me lo bendiga. Que lo colme de bendiciones. Que tenga un grandioso día, que me le vaya muy bien. Mi Dios le pague por todo.
JCR: ¡Suerte, Lady!
LT: Bueno, listo!.
Nota de la Redacción:
Los interesados en ayudar a Lady Tabares pueden hacerlo poniéndose en contacto a través del correo electrónico de una amiga en Medellín: gloelpice@hotmail.com
Fuente: Radio Nederland