Vecinos y autoridades marcharon contra violencia. (Piko Tamashiro)
Luego de que se descubriera que Victoriano Sebastián Mora (34) fue quien violó y estranguló a su propia hija Rosita, de 7 años, la población quedó consternada y preocupada por la seguridad de los menores. ¿Es que ya no se puede confiar en sus propios padres?
Según cifras del Ministerio Público, 17 menores de edad fueron asesinados por algún integrante de su familia, el año pasado. La mayoría tenía de 1 a 6 años y fue víctima de sus propios padres o padrastros.
MARCHA. La psicóloga de la ONG Asociación para una Feliz Infancia (AFI), Doris Montoya, advierte que la violencia y el abuso por parte de los progenitores se ha convertido en un panorama común en los distritos más pobres de la capital. La carencia económica, el hacinamiento y las condiciones precarias son factores que influyen en este problema.
Montoya recuerda que solo en el Cerro El Pino, donde ocurrió el asesinato de la pequeña Rosita, se han suscitado dos homicidios de menores el año pasado. “Esta es una zona muy peligrosa. Hemos instalado un proyecto llamado la Pinoteca, donde asistimos a los menores y a los padres para evitar episodios de violencia”, agregó.
Precisamente en esa zona, más de 400 pobladores marcharon ayer bajo el lema ‘No me dejes sola, cuídame’, invitando a los padres de familia a tener más cuidado con sus hijos y a no confiar en cualquiera.
La ONG AFI y la Municipalidad de La Victoria esperan sensibilizar a la comunidad y que aprendan a defender a sus hijos de agresiones.
REVELAN PERFIL. El estudio de psicología forense de Sebastián Mora reveló distorsiones en su personalidad. El documento señala que el acusado de violar y matar a su hija era una persona “emocionalmente inmadura, con baja autoestima, conductas infantiles y falta de seguridad”. El estudio demuestra que el sujeto asumió con pasividad e indiferencia todo lo relacionado a la muerte de su hija. Podría ser condenado a cadena perpetua.
Fuente: Perù21