Escrito por Elisabeth Rehn y Ellen Johson Sirleaf:

“La violencia contra las mujeres en los conflictos es uno de los más grandes silencios de la Historia. Carecíamos completamente de preparación para la insensible magnitud de lo que vimos y escuchamos en las áreas de conflicto y post-conflicto que visitamos.
Conocíamos los datos. Sabíamos que el 94 por ciento de los hogares desplazados encuestados en Sierra Leona habían experimentado ataques sexuales, que incluían violaciones, tortura y esclavitud sexual. Sabíamos que por lo menos 250,000- quizás tanto como 500,000 – mujeres fueron violadas durante el genocidio en Rwanda durante 1999. Leímos informes sobre violencia sexual en las hostilidades que ocurrían en Argelia, Myanmar, el sur de Sudán y Uganda. Aprendimos sobre el aumento dramático de la violencia doméstica en zonas de guerra, y del número creciente de mujeres que fueron objeto de tráfico desde las zonas de guerra para hacer trabajos forzados y convertirse en trabajadores sexuales obligadas.

Pero saber todo esto, no nos preparó para los horrores que describían las mujeres. Vientres reventados por armas de fuego.
Mujeres violadas y torturadas delante de sus esposos e hijos.
Rifles introducidos por fuerza en la vagina. Mujeres embarazadas golpeadas para producir abortos espontáneos. Fetos arrancados de los vientres. Mujeres secuestradas, vendadas y golpeadas en su camino al trabajo o al colegio. Vimos las cicatrices, el dolor y la humillación. Escuchamos relatos de violaciones por pandillas, campos de violación y mutilación. De asesinatos y esclavitud sexual. Vimos las cicatrices de una brutalidad tan extrema que para algunas la supervivencia aparecía como algo peor que la muerte…. Durante el conflicto, las mujeres y las niñas viven la violencia en manos de muchos otros aparte de los grupos armados. Las mujeres son física y económicamente obligadas o dejadas con pocas opciones salvo para ser trabajadoras sexuales o cambiar sexo por comida, vivienda, un pasar seguro u otras necesidades: sus cuerpos se vuelven partes del sistema de trueque, una forma de intercambio que compra las necesidades vitales. Los oficiales de gobierno, los trabajadores de asistencia, las autoridades civiles y sus propias familias han sido todos cómplices en usar a las mujeres de esta manera.
La policía y otros civiles muchas veces toman ventaja de la falta de poder de las mujeres, incluso cuando están custodiadas.
Mujeres han sido violadas y torturadas como una forma de interrogatorio…..”

Fuente: www.un.org/special-rep/children-armed-conflict/soldiers.htm

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