Publicado el : 20 de noviembre 2010 – 8:00 de la mañana | Por (www.revistamira.com.mx)

Al sur de México las condiciones de los campesinos indígenas continúan marcadas por profundas desigualdades como las que dieron origen a la revolución de 1910.

Shannon Young y Vladimir Flores, desde Oaxaca

Las profundas contradicciones que dieron origen a la primera revuelta campesina del siglo XX siguen vigentes, sobre todo para las comunidades indígenas que viven en territorios ricos en recursos naturales.

A pesar de que la rebelión iniciada en 1910 conquistó leyes en favor de la tenencia colectiva de la tierra, en varias regiones del país persisten antiguas desigualdades sociales que han permitido el lento despojo de extensas regiones donde potentes compañías trasnacionales buscan imponer sus intereses.

Antecedentes
Al inicio del siglo XX México se encontraba dominada por la dictadura del general Porfirio Díaz, un militar originario de Oaxaca que gobernó el país durante más de 30 años.

Durante su régimen las empresas estadounidenses, inglesas, y francesas tendieron miles de kilómetros de vías de ferrocarril, principalmente para sacar del país las enormes riquezas de minas, bosques y campos.

En muchas regiones del país estas riquezas se encuentran en territorios de los pueblos indígenas.

Durante su participación en el Foro televisivo “Discutamos México” organizado por el gobierno mexicano, la investigadora Alicia Mayer alertó sobre la realidad de los pueblos indígenas luego de más de 200 años de luchas de liberación.

Uno de los principales factores que definieron el rumbo de la revolución mexicana de 1910, fue precisamente el origen indígena de los combatientes populares, como explica el recientemente fallecido historiador austriaco Friedrich Katz, conocido por documentar ampliamente este momento de la historia de México. Según él, “al Norte no llegó Mesoamérica”.

Conquistas en peligro
Una de las conquistas de la revolución mexicana fue precisamente la Reforma Agraria en favor de la tenencia colectiva de la tierra, una de las prácticas con mayor arraigo entre las comunidades indígenas del sur de México. En opinión de Magdalena Gómez, abogada e integrante de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, las reformas de 1992 abren la puerta a nuevos modelos de privatización de la tierra.

Una de las características de los constantes movimientos de resistencia indígena en Oaxaca es precisamente la defensa del territorio.

Durante su recorrido en febrero del año 2006 por la zona del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, el subcomandante Marcos, reconocido líder de uno de los movimientos indígenas más importantes del México contemporáneo (Ejercito Zapatista de Liberación Nacional), se reunió con comunidades indígenas zapotecas que se oponen a uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno mexicano: las granjas de generación de energía eólica.

Para el jefe guerrillero siguen vigentes las formas de colonización, división y exterminio de los pueblos originarios.

Los desplazados
Pero además de la división social, las comunidades indígenas de Oaxaca enfrentan también el incremento de la violencia política para desplazarlos de sus territorios.

La señora Efendia López, originaria de San Juan Copala en la región triqui de Oaxaca, explica cómo llegó al campamento de desplazados instalado en el centro de la ciudad de Oaxaca, huyendo de balaceras y asesinatos. La señora Efendia simpatiza con un municipio autónomo creado en el año 2007 como parte de una estrategia pacífica para defender los derechos de las comunidades triquis.

Pero desde entonces estas comunidades han enfrentado una intensa violencia paramilitar que ha provocado una veintena de muertos y más de cien desplazados.

San Juan Copala cuenta con fértiles terrenos boscosos y existen documentos oficiales que indican que hay una impresionante riqueza mineral en la zona. Sumado a esto, la región triqui tiene una larga historia de conflictos políticos derivados de la influencia de grupos externos.

Reina Martínez Flores, vocera del grupo de desplazados del municipio autónomo de San Juan Copala , reconoce los efectos de la violencia y la división social en su comunidad.

La sociedad mexicana enfrenta hoy profundas contradicciones sociales derivadas de la corrupción, la pobreza y la desigualdad social, como sucedió durante la revolución de 1910. Pero como comenta el historiador Friedrich Katz, son otras las condiciones del México actual.

Mientras que las regiones norte y centro de México son testigos de una sangrienta guerra contra el narcotráfico, al sur del país las luchas campesinas enfrentan estrategias cada vez más sofisticadas de contrainsurgencia.

Fuente: radio Nederland

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