Cuando un muchacho busca una pareja pero no para una relación duradera, su atención se dirige al físico de la mujer – particularmente “el área de la cadera y cintura”.

El área del rostro sólo les interesa a la hora de encontrar una pareja estable. Lo cual no es exactamente sorprendente. Podría ser que existan razones evolutivas, los varones estudian el cuerpo femenino por cuestiones de fertilidad. Observan la zona facial para conocer el carácter y determinar si será una buena esposa.

Investigadores en Hong Kong se realizaron tres experimentos con heterosexuales y los resultados mostraron las mismas tendencias.

En el primer experimento, ciento once hombres y mujeres de China debían imaginarse en una relación con una persona del sexo opuesto.

Aventura o compromiso

El primer grupo debía imaginarse que eran los protagonistas en una historia en la que la pareja se une hasta que la muerte los separe. Debían pensar en un agradable encuentro con un chico o una chica, compartiendo una cena y conversando sobre el futuro hogar y los niños. Al final de la noche, se separarían con un beso de despedida.

El segundo grupo debía imaginarse viajando en un crucero donde conocían a una persona atractiva y, después de un breve flirteo, compartían la cama por una noche y nunca se volverían a ver.

Seguidamente, todos los participantes miraban fotografías de personas del sexo opuesto y los investigadores analizaban hacia dónde dirigían la atención.

En el caso de las mujeres no había diferencias, se enfocaban tanto en el cuerpo como en el rostro del varón.

Cadera o rostro

Sin embargo, el grupo masculino mostró una tendencia estable. Los varones que debían imaginar una situación de sexo por una noche fijaban la vista en las caderas y la cintura de las muchachas en las fotos. Los jóvenes que debían pensar en una relación de largo plazo, se concentraban en los rostros.

Es probable que algo similar ocurra en el caso de las mujeres, pero esto depende de la fase del ciclo menstrual en que se encuentren, opinan los investigadores aunque, a partir de este punto, el experimento excluyó a las mujeres y participaron solamente los varones.

Detectar las diferencias

En el segundo experimento, se volvió a pedir a 116 varones que imaginen los mismos escenarios. Luego debían observar dos fotografías de la misma muchacha. En cada imagen, la joven llevaba accesorios diferentes, ya sea en el rostro o las caderas.

Los participantes debían identificar las diferencias y señalarlas. Al igual que en el primer experimento, los jóvenes que debían fantasear con un encuentro sexual fortuito encontraban más rápidamente las diferencias en las caderas que en el área facial. Los muchachos que debían imaginarse un matrimonio duradero detectaban más rápido las diferencias en el rostro.

Distraídos

En otro experimento, los jóvenes debían señalar la diferencia entre una letra O o una letra Q junto a una foto de una seductora cadera o un bonito rostro.

Los jóvenes del grupo de sexo fortuito tardaban más tiempo en detectar las diferencias en la foto de las caderas, distraídos por el sexy físico. Pero los muchachos de las relaciones duraderas tardaban más tiempo con la fotografía del área facial – su atención se desviaba hacia el rostro de la chica.

Procrear…

Todo esto demuestra que cuando están buscando un momento de sexo pasajero, los muchachos van directo al grano y se fijan en las caderas y la cintura. Lo que ocurre, realmente, es que instintivamente están controlando la fertilidad de la mujer, explican los investigadores.

Las características de la zona de cadera y cintura es la mejor indicación para el varón sobre la fertilidad de la mujer. Si posee una cintura angosta y caderas amplias, es probable que se encuentre en la edad adecuada para procrear. Esencialmente, la estrategia de apareamiento del varón es conseguir un ligue de una noche y desaparecer.

…o criar a los hijos

Pero cuando el varón está considerando un compromiso de largo plazo, entonces su atención se dirige al rostro de la muchacha. Lo más probable es que trate de evaluar su carácter – honesta o deshonesta, dócil o agresiva, sexualmente reservada o frívola.

En este caso, el varón no sólo considera la posibilidad de que la mujer quede embarazada sino de que también se convierta en una buena madre para la crianza de los hijos.

PorNikolet Popkostadinova / LoveMatters.info

Foto: Paul B. Moore / LoveMatters.info

Fuente: Radio Nederland

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