Brasil podría elegir por primera vez a una mujer presidente el domingo 3 de octubre. Incluso si no consigue el 50 por ciento de los votos en la primera ronda, Dilma Rousseff podría vencer en la segunda a su más probable contendor, el socialdemócrata José Serra.

Mario de Freitas

Para ello cuenta con un amplio respaldo popular y el abierto apoyo del presidente Lula da Silva. El debate de ayer jueves en la televisión brasileña, visto por millones de personas, no agregó hechos que pudieran alterar las tendencias de voto. Fue un debate tibio entre cuatro candidatos presidenciales, y con él se puso fin a las compañas oficiales.

El debate se centró en los planes de desarrollo de infraestructuras, nuevos empleos, vivienda, servicios sociales y salud. Pero, quedaron en el tintero cuestiones como la política económica, la educación, la corrupción o la política exterior. Durante las últimas semanas hubo momentos de gran tensión a causa de denuncias de corrupción y ataques directos a los planes y alianzas de los principales candidatos, pero en el debate del jueves por la noche no hubo enfrentamientos directos.

Empate
Las encuestas muestran prácticamente un empate técnico entre la candidata del gobierno, Dilma Rousseff, y el total de los otros aspirantes a la presidencia. ¿Habrá o no una segunda ronda a fines de mes? Para alcanzar la presidencia el sistema electoral brasileño exige que un candidato consiga el 50 por ciento más uno de los votos.

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Según los sondeos de opinión pública (DataFolha), la representante del Partido de los Trabajadores, (PT), Dilma Rousseff, lidera la intención de voto con el 52 por ciento, seguida por el opositor José Serra del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) con el 31 por ciento de la intención de voto.

La candidata Marina Silva, del Partido Verde, se quedaría con el 15 por ciento de los votos y las encuestas mostraban que iba en alza. Plínio de Arruda Sampaio, del Partido Socialista y Libertad (PSOL), no pasaría del 1 por ciento de la votación posible. El total de los candidatos opositores no llega al 50 por ciento de los sufragios, con un margen de error entre el 2 y el 3 por ciento. En principio y de acuerdo a los resultados de estas encuestas, Dilma Rousseff vencería el domingo y se convertiría en la primera mujer que ocupa la presidencia de Brasil.

Opiniones
En la Bienal de Arte de Sao Paulo escuchamos al profesor Victor Misael, que vota por Dilma Rousseff. Dijo que lo hacía por tratarse “de una mujer ejecutiva que hará avanzar las conquistas del gobierno de Lula y del Partido de los Trabajadores”. Agregó que Rousseff tiene además un pasado de lucha contra la dictadura militar.

André Silva, que defiende el social demócrata y liberal José Serra, dijo que su candidato tiene experiencia como gobernador de Sao Paulo y “puede mejorar mucho las obras iniciadas por el actual gobierno”. Serra, según él, tiene gran experiencia en tareas de gobierno.

Tercera vía
La ex-ministra de Medio Ambiente en el gobierno de Lula, Marina Silva, puede todavía convertirse en la pieza clave de estas elecciones. Si hay una segunda ronda, el 31 de octubre, la senadora podría decidir el destino de Brasil en los próximos cuatro años entregando su apoyo a Rousseff o Serra. Hasta ahora se ha mantenido equidistante de los dos candidatos, con críticas a ambos.

Perspectivas
Cualquiera sea el vencedor de estos comicios, se esperan pocos cambios en la política exterior de Brasil. Todos los candidatos han prometido continuar con la política de integración con América Latina y fortalecer los lazos económicos y políticos con los países africanos, principalmente los de lengua portuguesa.

UE y Holanda
En relación con Estados Unidos podría haber algunos cambios, con Brasil más a favor o en contra de la política de guerra estadounidense. Los economistas esperan que las relaciones con la Unión Europea se mantengan sin grandes variaciones, en un momento de expansión del comercio bilateral. El mes pasado la ministra de economía de Holanda, Maria van der Hoeven, estuvo en Brasil para firmar acuerdos de grandes inversiones con el sector energético brasileño.