Pilar Sordo, psicóloga y escritora:
Recientemente la psicóloga y súper ventas de libros Pilar Sordo visitó Puerto Montt en el marco de una de las tantas charlas que realiza frecuentemente a lo largo del país en su rol de “coaching” o consultora motivacional. Esta vez se trató de la charla Motivación y Desarrollo Laboral, “El desafío de ser feliz”, que dictó en una universidad de la capital regional el pasado viernes. A su paso por la ciudad, “Más Mujer” estuvo con ella conversando acerca de su último libro, “Lecciones de Seducción”, sobre las tareas que la mujer aún tiene a su haber en la búsqueda de su felicidad y de cómo todos, hombres y mujeres, podemos llegar a seducir sin tener que caer necesariamente en burdas caracterizaciones llenas de silicona, bailes del caño y reggeaton.
¿Cómo se gestó la ¡dea que dio píe a su último libro “Lecciones de Seducción”?
-“El libro parte desde un estudio que realicé en Centroamérica donde logro darme cuenta de que las mujeres centroamericanas tienen una capacidad de autocuidado sorprendente: por ejemplo en el uso y cuidado de la ropa interior, ya que ellas se ponen conjuntos todos los días. O cómo por ejemplo las colombianas y guatemaltecas se cuidan y andan peinadas de peluquería, con las manos hechas. Entonces cuando llegué a Chile hice un estudio que me permitió chequear si aquello que pasaba en Centroamérica pasaba o no pasaba acá en Chile y efectivamente no pasaba y es a partir de ahí que empiezo a trabajar el tema de la seducción. Además, de igual forma yo estaba rabiosamente cansada con el concepto de seducción que existe en Chile, que tiene que ver con lo transparente, con la silicona, con este tipo de cosa erótica mas bien burda y mi pregunta era, ¿qué pasa con una persona que tiene el brazo quemado?, ¿con alguien que es gordo?, ¿no puede seducir?. A partir de esta investigación logro percibir que casi un 99% de la gente quedaba fuera de este juego que mediáticamente se muestra como seductor. A partir de allí se comienza a elaborar el libro”.
¿Estamos entonces en deuda las chilenas con cómo expresamos nuestra sensualidad?
-“Nosotras nosarreglamos y preocupamos solamente cuando alguien nos ve. Y si alguien no nos va a ver, podemos andar peludas y da lo mismo, con calzones rotos y da lo mismo. Objetivamente las mujeres chilenas tenemos problemas con el autocuidado y eso va desde no hacernos el papanicolau y una mamografía, hasta tener la delicadeza de andar depiladas.
Hay un tema detrás de esto que tiene que ver con el “yo no puedo seducir a otros si no me he sedu do a mí misma”, o “yo no puedo ser atractiva para otros si yo no me siento atractiva”. A la larga a lo que yo invito en el libro es que la gente se trabaje a si misma, y no trabaje solamente para ser coqueta o atractiva, porque yo puedo seducir desde el humor, desde la personalidad, desde mi pelo, desde una sonrisa y no solamente desde una conducta erótica”.
Diario Llanquihue de Puerto Montt
Por: Karla Faúndez
La mujer sobrecargada
¿Qué consejo les daría a las mujeres que se sienten tan sobrecargadas hoy en día?
-“Yo creo que nosotras las mujeres tenemos la obligación de disfrutar de la vida, del trabajo, de la casa, de los niños y creo que cuando uno le pone la palabra “carga” a las cosas todo se complica y cuando uno pone la palabra “disfrute”, todo se disfruta. Siento que el hecho de sentirse sobrepasada pasa por un tema de que no somos capaces de disfrutar ni de agradecer, nos cuesta eso y en ese mismo sentido nos cuesta la noción de autocuidado, de autovalorarnos para poder de alguna manera empezar a cambiar conductas que está en manos de una cambiarlas: uno tiene la vida que quiere tener, hace lo que quiere hacer… o aguanta lo quiere aguantar”. En ese sentido de aguantar lo que hay que aguantar. ¿Por que la mujer no logra delegar responsabilidades?
-“Porque nos sentimos indispensables y la tendencia de la mujer de sentirse hiper- necesaria hace que le cueste delegar y entonces se tiende a sobrecargar mas allá de lo que ella es capaz y de lo que puede hacer bien. Un consejo sería aprender a soltar y dejar de hacer lo que a uno le hace mal en beneficio de poder cuidarse. Finalmente nadie puede ser feliz si no es agradecido y si es que no tiene la capacidad para centrarse en lo que tiene, cosa que las mujeres generalmente no hacemos. Las mujeres somos muy eficientes en centrarnos en lo que nos falta, pero estamos en deuda con la capacidad de disfrutar de lo que una simplemente es”.
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